Compartir el post "El paro de futbolistas contra el gobierno y los dirigentes"
El paro de los futbolistas deja varias lecciones muy ricas: la primera es que el gran negocio del fútbol se sustenta sobre sus protagonistas, en primer lugar los propios jugadores. El poder de la huelga dejó como unos charlatanes a quienes se arrogan ser la solución para la crisis de la AFA. Desde el gobierno, que apretó para que hubiera fútbol con el propio ministro de Trabajo Triaca, hasta el conjunto de la dirigencia. Desde los delfines de Macri como Angelici y Medin de la Comisión Normalizadora, hasta los supuestos defensores de los más humildes como “Chiqui” Tapia, yerno de Moyano, líder de los dirigentes del ascenso y candidato a presidir la AFA, pasando por los dirigentes de clubes eficientes como Lanús, Nicolás Russo.
Todos dejaron de lado sus rencillas en relación a la AFA para complotarse contra los trabajadores amenazando con quitarle la personería a Futbolistas Argentinos Agremiados, con usar como carneros a los pibes de inferiores, con la quita de puntos para quebrar el paro…. Pero tuvieron que ir retrocediendo en las bravuconadas y no se jugó.
La segunda lección es que la lucha saca lo mejor a la luz: los jugadores-laburantes que más sufren los atrasos salariales consiguieron la solidaridad de las estrellas, que en muchos casos estrechan lazos con la propia dirigencia, los empresarios, los auspiciantes y los gobiernos, por la burbuja a la que los convida y a la vez somete el negocio.
El ejemplo de Ponzio de River, ligando la lucha de los jugadores a la de los docentes a la que considera prioritaria, fue un punto alto del conflicto. Hasta los técnicos, sometidos a la presión de ser una suerte de gerentes de los planteles y con presión al individualismo por la poca cantidad de cupos laborales para tantos aspirantes, se pararon como lo que son: ex futbolistas retirados que físicamente impedidos de jugar desarrollan otra actividad. Gorosito y Troglio, entre otros, se negaron a dirigir juveniles al aclarar que no son carneros.
El paro de jugadores deja otra lección: que sólo de ellos y los hinchas puede haber una salida para el fútbol.
La dirigencia que aparecía formalmente enfrentada a los planes del macrismo, aceptó en pleno que el fútbol se tenga que pagar por encima del abono básico del cable. Todos pusieron el gancho para que volviera a ser un negocio privado por el que en principio se abonarán no menos de 250-300 pesos extra por mes a la tarifa del cable.
El apriete del macrismo reteniendo pagos del Fútbol para Todos consiguió llevar de vuelta la pelota al negocio de los cadenas de televisión tanto extranjeras como Turner-Fox, ESPN y la española MediaPro, como las nacionales que le afanaron al fútbol durante décadas como TyC, ligada a Fox; y Clarín, también ligada a Fox y operadora de los cables, con el que necesariamente tienen que negociar.
Las peleas entre dirigentes no contemplan ni la defensa de los salarios de los jugadores ni el bolsillo de los hinchas-televidentes.
El paro de los jugadores puso en la mesa la defensa del salario y abre la posibilidad de que los jugadores como fuerza sean una alternativa, junto a los hinchas al fútbol, del macrismo y la dirigencia toda.
Ariel Orbuch