Por Elías Saadi
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Enfrentan a la patronal y la represión
La lucha de los trabajadores de Nike-Adidas se destaca en este “ascenso de Primavera”. Y esto por múltiples aspectos, en primer lugar, el número. Nike-Adidas (que allí se llama Yue Yuen) emplea a más de 70.000 trabajadores en varias factorías. Con razón, un artículo sobre este conflicto se titula: “La huelga más grande de la historia de China”.
No sabemos si esto es así exactamente. Lo indudable es que este conflicto involucra un notable número de obreros… pero tiene además otros alcances. También refleja la maraña de contradicciones sociales y políticas que empiezan a quemar las manos de los burócratas billonarios que gobiernan China mediante una peculiar versión de capitalismo de estado, de dictadura stalinista combinada con neoliberalismo rabioso… especialmente en el trato a la clase obrera y las masas trabajadoras.
El motivo del conflicto es una estafa billonaria de la patronal a sus obreros, estafa realizada en complicidad con la corrupta burocracia del PCCh. Desde el 2006 no hace los depósitos correspondientes de seguros sociales y otros aportes, de los que dependen, por ejemplo, las jubilaciones de los trabajadores y otras prestaciones. Así, los que se retiran, reciben pensiones ridículas. Eso se suma a los salarios de hambre que paga a los obreros en activo.
La lucha estalló el lunes 14 de abril en la planta principal de Dongguan, donde trabajarían unos 40.000. Una buena parte de los trabajadores en huelga decidió salir a la calle con carteles que decían: “¡Paguen la seguridad social y los fondos de vivienda pública! ¡Vergüenza para Yue Yuen y sus robos!”
La presencia en las calles de miles y miles de obreros puso furiosa no sólo a la patronal sino también al nuevo gobierno de Xi Jinping. Este se ha embarcado en una campaña de “moralidad” para cubrir los escándalos y latrocinios de sus burócratas. En una situación de gran crecimiento e ilusiones de “ascenso social”, las masas chinas podían hacer la vista gorda frente a la corrupción de las pandillas del PCCh. Pero ahora, en medio de crecientes dificultades, se va haciendo intolerable. Y lo de Yue Yuen-Nike Adidas desnuda no sólo a la patronal sino también a los burócratas cómplices.
Frente a este conflicto de dimensiones notables, el gobierno desde el primer momento reaccionó con la línea represiva que comentamos en el artículo inicial.
Ya la primera manifestación del lunes 14 fue atacada por la policía y detenidos varios de los activistas que dirigían la movilización. Esto no desarmó las protestas. Los trabajadores no se dejaron intimidar. En los días siguientes, miles y miles volvieron a las calles de Dongguan, enfrentando una dura represión.
Pero esta brutal represión no logró derrotar la huelga. Por el contrario, según el corresponsal de The Guardian (22/04/2014), se ha extendido a otra importante fábrica de Nike-Adidas, la de Jiangxi con 30.000 trabajadores.
La preocupación por el ascenso y prolongación de la huelga ya no es exclusivamente una preocupación “china” sino del capitalismo internacional. La filial china de Nike-Adidas produce la quinta parte del calzado deportivo mundial y el Financial Times (23/04/2014) lo toma como el “caso testigo” de las dificultades para mantener en China el grado de explotación acostumbrado.
“La huelga –agrega el Financial Times– ocurre cuando las relaciones de fuerza en el mercado laboral [de China] están cambiando gradualmente a favor de los trabajadores contra los industriales… Recientemente, IBM y Wallmart también debieron hacer frente a huelgas sobre salarios y condiciones de trabajo…”