Compartir el post "Manuela Castañeira, candidata a primera diputada nacional por la Provincia de Buenos Aires"
¡Buenas tardes compañeros y compañeras!
Es una enorme alegría y un orgullo estar aquí, cerrando este primer acto de la Izquierda al Frente por el socialismo con tantos trabajadores, jóvenes, tantas compañeras y compañeros!
Un 1º de Mayo muy especial: 2017, se cumplen 100 años de la gesta histórica más hermosa, más maravillosa y más profunda que ha hecho en la humanidad toda la clase obrera, los 100 años de la Revolución Rusa.
Quiero comenzar saludando algunas de las luchas más importantes que se viven en el mundo.
En primer lugar, enviar un saludo a los trabajadores y la juventud brasilera que el viernes pasado protagonizaron el primer paro general en su país en más de 30 años; una jornada histórica contra el ajuste brutal de Temer, un presidente nefasto asumido mediante una maniobra parlamentaria antidemocrática.
Quiero reivindicar también, algo para mí muy sentido, la lucha internacional del movimiento de mujeres: la Womens March que se plantó ante Trump en enero pasado, el primer paro internacional de mujeres del 8 de Marzo; el movimiento de mujeres es hoy un movimiento internacional de lucha, un verdadero ejemplo.
Queremos saludar también, compañeros y compañeras, la campaña electoral obrera, independiente y anticapitalista que acaba de realizar el compañero Philippe Poutou del Nuevo Partido Anticapitalista de Francia; una campaña de independencia de clase que debe ser un ejemplo para todos nosotros.
Nuestros saludos entonces, a todos los trabajadores, las mujeres y la juventud que en el mundo entero se están levantando contra las injusticias y la explotación.
En nuestro país, el gobierno de Macri ha cumplido ya 500 días.
Como dijimos desde el primer día, es un gobierno de empresarios y para los empresarios: ¡todas las medidas que ha tomado han sido para beneficiar a los de arriba!
Los objetivos del gobierno de Macri son claros:
En primer lugar, busca realizar una transferencia de recursos en beneficio de los capitalistas, sacarle a los que menos tienen, para darle a los que más tienen.
La baja de los impuestos a las patronales del campo y a la megaminería, el pago a los fondos buitre y la creación de una nueva y descomunal deuda externa, la reducción de los salarios reales y el aumento de los despidos, el crecimiento de la pobreza.
El gobierno intenta también cambiar cuestiones de fondo: quiere terminar con todas las experiencias y enseñanzas del Argentinazo! Quiere sacarnos de las calles, impedir el derecho a la protesta, legitimar la represión a las luchas populares. Quiere imponer un clima “thatcheriano” en la Argentina para cambiar las relaciones de fuerzas que han quedado desde el 2001.
Es por eso que este año el gobierno se ha endurecido y se muestra más decidido por el ajuste y la represión; ha hecho una campaña de desprestigio de los docentes; un gobierno que busca reventar los convenios colectivos; imponer paritarias miserables: despedir, ajustar y flexibilizar; prohibir el derecho a la protesta.
El gobierno hace su giro represivo y ajustador, pero por abajo se empiezan a hacer sentir las respuestas.
Se han multiplicado las luchas y con ellas la ruptura política de amplios sectores con Macri: aquellos trabajadores y trabajadoras que confiaron, que lo votaron, que decían que había que “darle tiempo”, hoy repudian a Macri, y pasan a la oposición. Los mismos trabajadores que pensaban que porque era empresario sabía lo que hacía, hoy ya dicen que porque es empresario sólo beneficia a los ricos.
El motor de la bronca es una economía de hambre, una inflación que vuela y va a llegar a un 30% este año, un “crecimiento”, “brotes verdes” y un “segundo semestre” que nunca llegan: ¡en febrero solamente la economía cayó el 2.2%!
La novedad es que los trabajadores, las mujeres y la juventud le hicieron sentir su bronca a Macri y de la mejor manera: en las calles y movilizados!
En marzo y abril vivimos históricas jornadas de movilización, el parazo general del 6 de abril con los cortes y piquetes de la izquierda -como el de la Panamericana y tantos otros lugares- las marchas del movimiento de mujeres en todo el país, las tomas de colegios en Capital.
Estas históricas jornadas mostraron que entre los trabajadores, las mujeres y la juventud existen enormes reservas de lucha; que los gobiernos pasan pero no nos pueden sacar de las calles, que siguen siendo nuestras!
Si nuestras luchas, compañeros y compañeras, no llegan más lejos, es porque tienen una traba muy grande, que es la dirección sindical traidora. La CGT no quería saber nada con el paro general. Se lo arrancaron los trabajadores y le exigieron que ponga la fecha.
La CGT se borró después del paro y no quiere hacer nada porque está con el gobierno. Ellos no se van a plantar por los trabajadores, no tienen plan para los trabajadores, el único plan que tienen es ir detrás de los patrones.
Tampoco CTERA y SUTEBA querían el paro histórico que protagonizaron los docentes; levantaron las medidas de fuerza y hacen acciones simbólicas para no ir hasta el final en la lucha por el salario docente.
Ante esto la izquierda tiene que construir una nueva dirección clasista para el movimiento obrero. En las movilizaciones, en los paros, en los cortes de ruta y en las calles. Y también en las elecciones sindicales como la que se viene en el SUTEBA, donde la Lista Multicolor, de la que somos parte las organizaciones presentes en este acto, le van a disputar la provincia de Buenos Aires a Baradel.
Y también es estratégico sacar lecciones de las duras luchas obreras que ha protagonizado la izquierda en los últimos años: Gestamp, Lear, AGR-Clarín, luchas llenas de enseñanzas para el porvenir: reivindicando la ocupación de fábrica, peleando contra el legalismo, el sindicalismo, que tanto peso tienen en la cabeza de los compañeros.
La gran pelea en lo inmediato pasa por imponerle a las centrales sindicales un paro general de 36 horas con movilización; para defender el salario, los puestos de trabajo y todos nuestros derechos! Nos quieren hacer creer que ya no se puede, pero hay bronca y pueden haber importantes luchas este año.
Las jornadas de marzo y abril han mostrado la ruptura de un enorme sector de los trabajadores con el gobierno de Macri; los que pensaron que con Macri iban a “estar mejor”, cansados de 12 años del kirchnerismo que no les resolvió los problemas de fondo.
Se está abriendo un fenómeno de vacancia política: amplias franjas de la sociedad que no se sienten identificadas con los partidos tradicionales, que buscan quien los represente.
El macrismo ha quedado en minoría. La cuestión es hacia dónde van los trabajadores que se alejan del gobierno. El kirchnerismo tiene la estrategia de aparecer como “opositor”, pero no mueve un dedo para apoyar las luchas; es cómplice del ajuste como se ve en Santa Cruz. Mientras las injusticias pasan, ellos piden “esperar a las elecciones”. Le votó un sinnúmero de leyes al gobierno el año pasado en el Congreso; sólo buscan jugar el falso juego de la polarización que también le conviene a Macri.
Una falsa polarización, porque la verdadera es la de clase: entre los de abajo y los de arriba, de explotados contra explotadores.
Tanto Macri como Cristina juegan ese juego para evitar una ruptura por la izquierda, lo mismo que Massa se muestra como tercero en discordia dentro del sistema.
Pero habiendo pasado tan poco tiempo desde el gobierno K, se hace más difícil que los trabajadores vuelvan a ellos. 12 años de gestión distinta a la de Macri, pero igual de capitalista: esa experiencia tiene que servir para ayudar a que se desborde por la izquierda al peronismo, y que podría empezar a concretarse dependiendo del curso de las luchas.
Por todo esto es tan importante presentar una alternativa.
Macri ha dicho que sólo existe un Plan A; que no hay opciones al ajuste, la represión, la miseria salarial y la desocupación.
Queremos presentar una alternativa diferente, queremos presentar un Plan B: que ganen los trabajadores, las mujeres y la juventud.
Aumento salarial del 35%; prohibición de despidos y suspensiones; estatización bajo control obrero de toda empresa que cierre; eliminación del impuesto al salario; presupuesto para salud y educación; no pago de la deuda externa; la destitución de jueces y funcionarios que amparen la violencia hacia las mujeres; derecho al aborto en el hospital; abajo la represión a la protesta social.
Un plan de medidas de urgencia para que sean ellos, los capitalistas, los que paguen la cuenta de la crisis. Los recursos para todo esto están: los impuestos tienen que ser para las ganancias empresarias.
Un plan que presentaremos entre amplios sectores durante la campaña electoral, siempre con la perspectiva de derrotar al gobierno en las calles, de que gobiernen los trabajadores.
Como frente tenemos importantes tareas y batallas por delante.
La primera, estar incondicionalmente al lado de los trabajadores, las mujeres y la juventud, de sus luchas, de sus reclamos, de sus alegrías y frustraciones, siempre al lado de nuestra clase.
Y aquí quiero hacer una mención especial al movimiento de mujeres. El peso de la izquierda en el movimiento de mujeres es indiscutible; el único movimiento que hoy día es un movimiento de lucha realmente internacional; las históricas jornadas del #NiUnaMenos, los paros de mujeres, el desarrollo de agrupaciones de mujeres como Las Rojas, peleas como las de Alika contra las redes de trata y la explotación sexual, contra los femicidios, por el derecho al aborto en el hospital. Todas luchas que ya están dejando una huella histórica. El movimiento de mujeres en la Argentina y el mundo se pone de pie, y este frente debe aportar.
Y también destacar las luchas de la juventud, somos una nueva generación que dice presente, que no está dispuesta a vivir en un mundo de opresión y explotación sin luchar para cambiarlo. Una generación que recomienza la experiencia histórica y se expresa en estas filas, en la militancia de nuestros partidos, y que hay que formar en las banderas del socialismo revolucionario.
Otra gran tarea es construir la Izquierda al Frente por el Socialismo como un frente de independencia política de los trabajadores, de manera intransigente, tomando ejemplos como la reciente campaña electoral de Philippe Poutou.
Porque se trata de ofrecer una alternativa de clase, socialista, frente a los partidos del sistema; frente a Macri, pero también el kirchnerismo que gobernó 12 años y no hizo ningún cambio de fondo. Que los trabajadores no confíen en patrones o burócratas.
Una alternativa, también, a los compañeros y compañeras cansados del sectarismo y el oportunismo del FIT.
Porque tenemos por delante una gran tarea: romper la proscripción de las PASO, la ley electoral del régimen: ¡una tarea no sólo electoral, sino democrática!
Ahí viene la batalla que junto a Vilma me toca encabezar: la batalla de la provincia de Buenos Aires, el distrito más importante del país, donde está concentrada gran parte de la clase obrera argentina; batalla que arranca por estar junto a todas las luchas pero que también plantea una disputa por la conciencia, por la cabeza de los trabajadores.
Sabemos que para derrotar al gobierno hay que hacerlo en las calles. No vamos a presentarnos como “salvadores” de nadie. Nuestra campaña debe ser un mensaje a los trabajadores, las mujeres y la juventud, para que tomen en sus manos todas las tareas para cambiar la sociedad.
Si somos electos seguiremos siendo claros en algo: las reivindicaciones que nosotros defendamos en el Congreso solamente podrán imponerse con la movilización en las calles; si nos toca hablar en el recinto, siempre lo haremos hablando para “afuera de la ventana”, dirigiendo nuestra voz hacia los explotados y oprimidos, como enseñaba esa gran revolucionaria que fue Rosa Luxemburgo.
Porque la alternativa de fondo es el gobierno de los trabajadores y el socialismo, ¡porque la liberación de los trabajadores será obra de los trabajadores mismos!
¡Gracias compañeros y compañeras!
¡Un enorme abrazo a todos!
¡Viva el 1° de Mayo obrero, socialista e internacionalista!
¡Viva la clase obrera!
¡Viva la Izquierdea al Frente por el Socialismo!