El ministro Dujovne vive en su propio planeta – Inversores ofrecen mucho apoyo moral y poca plata – Deparatamento de Estado yanqui designa embajadores argentinos – Empleados públicos de primera y de tercera – El macrismo va enterrando la YPF semiestatal – INDEC mata Sturzenegger – Alepo mata Argentina macrista – Garcas funcionarios y privados analizan Argentina desde el espacio sideral
En el equipo económico se da una extraña mezcla de realismo y delirio galopante. Por ejemplo, desde el ministro de Hacienda hasta el presidente, todos admiten que lo que más les preocupa, incluso más que la inflación, es el déficit fiscal. El propio Macri admitió que es “insostenible”, diagnóstico que viene vociferando desde hace meses todo el elenco estable de economistas garcas, consultoras, bancos y agencias de calificación de riesgo. Eso es bastante realista. El delirio es que el ministro Dujovne diga lo más suelto de cuerpo que la meta de este año de baja del déficit se va a cumplir sin problemas. Veamos algunas opiniones (y hechos) que se permiten disentir.
Empecemos por definir el problema: ¿por qué hay déficit fiscal, es decir, por qué se gasta más de lo que entra? Los neoliberales dicen que el problema es que se gasta mucho en sueldos, jubilaciones, gasto social y obra pública (es decir, justo el gasto que hace falta). Pero la explicación está más bien del otro lado: los ingresos del Estado bajaron por dos razones: los regalos impositivos a los ricos (que el gobierno quiere acentuar después de las elecciones, por ejemplo bajando los aportes patronales) y la recesión, que achica los ingresos por los impuestos al consumo (IVA) y Ganancias. A esto hay que agregar “gastos” como el aumento del servicio de deuda, del orden de los 13.000 millones de dólares por año (2,7% del PBI) como mínimo.
¿Cómo se tapa el agujero? Para el macrismo, la solución es sencillísima: emitiendo deuda. Pero ese festival no puede durar para siempre, eso lo saben todos –desde los mismos banqueros hasta el gobierno–, y es por eso que todos reconocen que ese esquema es “insostenible” sin un flujo de inversiones reales (no especulación financiera con las Lebac). Y como recortar gasto social en un año electoral es políticamente suicida, todo queda así… hasta 2018. Por eso Dujovne habla de “rebaja gradual” del déficit fiscal, del 4,6% del PBI el año pasado a un 4,2% este año.
El problema es que nadie cree en esas fantasiosas cifras. Los más optimistas, FIEL (garcas argentinos) y JP Morgan (garcas yanquis), estiman un 5-5,3% del PBI. Pero UBS (suizos) habla del 6,8%, Société Générale (franceses) el 6,9% y Capital Economics (ingleses) el 7% del PBI. En Argentina hay quienes lo estiran hasta el 8%. De hecho, las consultoras locales lo consideran el tercer mayor déficit fiscal de la historia económica argentina, sólo después del Rodrigazo de 1975 y la hiperinflación de Alfonsín (J. Guarino, Ámbito Financiero, 2-5-17)
Para colmo, todo esto no tiene en cuenta la mayor mentira macroeconómica del gobierno, que es no computar el déficit del Banco Central. En efecto, las Lebac (letras del BCRA) y los pases (depósitos que hacen los bancos en el Central) son pura deuda, el llamado “déficit cuasifiscal”. Hoy ese stock anda por los 900.000 millones de peso, y para fin de año, calcula el ecogarca Luis Secco, será de unos 1,2 billones (millones de millones) de pesos, es decir, unos 75.000 millones de dólares. Eso es el 14% del PBI, y también es déficit fiscal disfrazado. Esa verdadera bomba la va a tener que parar alguien, aunque ahora nadie hable del tema.
¿Y entonces? La apuesta del gobierno era licuar el déficit con crecimiento económico apuntalado por grandes inversiones, pero se ve que por ahora le fallan los cálculos. En el exterior los inversores felicitan a Macri cada vez que lo ven, pero de ahí a poner plata en Argentina hay un largo trecho. Citamos in extenso a un analista: “Los fondos de inversión comienzan a preguntarse sobre la viabilidad del modelo económico (…). La sensación térmica impone imponer un toque de espera, por lo menos hasta que se despejen ciertas dudas. Una de ellas es si el crecimiento es sostenible con la receta económica del gobierno. (…) Por eso esperan más señales de crecimiento. Saben que un déficit fiscal creciente no es sostenible. No hay muchos fanáticos de extender un cheque en blanco para financiar un rojo fiscal del 7-8% del PBI. (…) En ese contexto, los inversores ya no consultan tanto por el resultado de las elecciones de octubre en la conformación de fuerzas del Congreso. Esperan ver si la población está a favor del cambio. (…) Quieren saber quiénes son los políticos o aliados del gobierno. Ahora no sólo preguntan por la provincia de Buenos Aires, sino que también lo hacen sobre emisiones de deuda de estados desconocidos (a pesar de que las hayan comprado) como Tierra del Fuego. (…) Lo que se percibe es un cauto optimismo. No hay euforia” (J. Herrera, Ámbito Financiero, 4-5-17).
Si al gobierno le va bien en octubre, los inversores esperan baja de impuestos (para ellos, claro; el IVA para el resto podría subir), achique del gasto y suba de tarifas, algo que el propio gobierno no oculta que está en su agenda 2018. El asunto es si el resultado electoral le da plafón para ir a fondo con una decisión de ese tipo, que el macrismo viene postergando pese a los reclamos del establishment local y extranjero. Ellos tienen la misma duda.
Salgamos de este terreno y pasemos a otros temas más políticos. Empezamos con una preciosura. Como Martín Lousteau abandonó la embajada argentina en la Madre Patria macrista para entrar en la lucha electoral, hay que designar nuevo embajador. Es usual que, por cortesía diplomática, cuando un país designa embajador busque una persona que no le caiga demasiado mal al gobierno del país destino. Pero una cosa es eso y otra hacer lo que hizo la canciller Malcorra: ¡directamente le dio la terna de candidatos a embajador argentino en EEUU al secretario de Estado yanqui, Rex Tillerson, casi como para que elija él! Ya era harto conocido el carácter cipayo, lamebotas y chupayanqui de este gobierno, pero ¿era necesario taaanto?
En medio de los problemitas que tiene el gobierno con el Correo Argentino, los reclamos cruzados, la familia Macri de los dos lados del mostrador y todo eso, se conoció la paritaria de los empleados del Correo. Aumento del 26% hasta enero, más una bonificación de 8.000 pesos en tres pagos. No es un súper acuerdo, pero a uno le entra la duda: si son todos empleados del Estado, ¿cómo es que a los docentes y otros sectores estatales les ofrecen no más del 20%? ¿Será que el macrismo no quiere abrir un frente más en el Correo, o será que son todos iguales, pero unos son más iguales que otros?
Queremos responder a los malintencionados que denuncian al gobierno por vaciar las empresas del Estado. Vean si no el caso de YPF: no sólo pierde guita a lo loco, sino que, como evidente contrapartida, se endeuda de manera demencial. Si se suma la emisión internacional en moneda extranjera y la emisión local en pesos y en divisas, el total de deuda de YPF de unos 8.800 millones de dólares. El valor de Bolsa de la compañía es bastante menos que eso. Oia, es un vaciamiento. ¿O están preparando el terreno para una reprivatización?
Última de números, lo prometemos. El INDEC dio el número de inflación de abril: 2,6%. La inflación acumulada del primer cuatrimestre fue del 9,1%, lo que anualizado da el 29,9%. Un reconocimiento a Federico Sturzenegger, del BCRA, que le sigue apostando al 17. Desde acá le aconsejamos que se pase a la tercera docena.
Cerramos con una noticia tragicómica pero absolutamente cierta. Una familia de refugiados sirios que se había radicado hace cuatro meses en Pilar, provincia de Córdoba, ¡se quiere volver a Alepo! “Pensamos que la vida aquí sería más barata y que nuestras hijas tendrían un futuro, pero no lo vemos ahora. No aguantamos más, nos queremos volver a nuestro país. Con 10 dólares allá vivimos una semana, pero acá todo aumenta, aunque la gente nos trata muy bien. Alepo ahora está más tranquilo, si no me va bien puedo trabajar como taxista, aquí no”, cuenta Taufiq Touma, cuya familia vive gracias al apoyo de vecinos que le pagan el alquiler, pero él quiere trabajar. Encima hace un mes le robaron en la casa. Entre la Argentina de Macri y Alepo en guerra civil en el país más violento del mundo, estos sirios eligen Alepo. Qué podemos decir.
Frase PROtuda de la semana: ya que los citamos más arriba, premio compartido para un funcionario garca y un garca privado:
“Si fuéramos más rápido [con la baja del déficit fiscal] correríamos el riesgo de ahogar la recuperación de la economía, tiene que ver con el ritmo al que se está recuperando la economía” (ministro de Hacienda Nicolás Dujovne, en vivo desde Marte).
En la misma línea, un cráneo del sector privado nos enseña: “No hay nada más reactivante para la economía que una baja en la inflación” (el consultor neoliberal Luis Secco, en vivo desde Neptuno: no sólo ve reactivación sino descenso de precios. Pobre, justo el día anterior al 2,6% que dio el INDEC para abril. Para no hablar de que “olvida” que en la década menemista la baja inflación era el correlato de la recesión y la desocupación).
Marcelo Yunes