A estas horas los resultados de la elección están claros. Cambiemos se ha impuesto en la mayoría de las provincias alzándose con un importante triunfo político de alcance nacional.
En realidad, el impacto de la consolidación de Cambiemos venía dado desde las PASO del 13/08 cuando, bajo el contraste de una primera mitad del año marcada por la conflictividad y la creciente bronca contra el gobierno, el resultado electoral ratificó al gobierno. Cambiemos revalidó su triunfo presidencial del 2015; si bien se confirmaría su derrota por solo 20.000 votos en la provincia de Buenos Aires en el escrutinio definitivo, la tendencia a revertir esa derrota en la elección de hoy ya era clara.
Las elecciones de hoy superaron lo logrado en agosto. El triunfo de Cambiemos es más contundente si se tiene en cuenta que se impuso claramente en los cinco distritos más importantes del país: suma provincia de Buenos Aires y Santa Fe a los triunfos que ya había obtenido en CABA, Córdoba y Mendoza. Paradójicamente, un fuerte contraste se ha marcado también en la votación de hoy en la medida que ocurre luego de una semana de crisis política por la aparición del cuerpo de Santiago Maldonado. Aun así el gobierno se alzó con el triunfo sin que dicho acontecimiento haya modificado las tendencias electorales fundamentales (cuestión que era esperable en la medida en que no se logró que una mayoría social saliera a las calles, único hecho que podría haber modificado las tendencias en obra).
El triunfo electoral del gobierno es el dato saliente de la jornada confirmando la coyuntura adversa que se vive desde hace varios meses. Coyuntura que nos reenvía a un elemento de fondo: el giro a la derecha que se viene operando en el país desde el 2015 y que es la expresión nacional de un curso similar a nivel regional.
Sin embargo, sería un error quedarnos con la mera película electoral. Si bien Cambiemos se ha impuesto, no llega a configurar el 50% nacional. Además, no tendrá mayoría propia en ninguna de las dos cámaras.
Más profundo que esto es el “otro país” que se expresó tanto en la primera mitad del año como en la segunda (aunque no haya sido la tendencia dominante a nivel electoral). En los primeros meses del 2017 lo que se expresó fue la bronca ascendente de amplios sectores populares contra el ajuste (¡ajuste que vuelve mañana mismo con el aumento de las naftas y del que se espera de momento a otro en el transporte!).
Y en la segunda mitad del año se expresó otro aspecto: la lucha contra el encubrimiento y por la aparición con vida de Santiago Maldonado. La lucha democrática ya se había dado en junio con la derrota del 2 por 1 a los genocidas (un zarpazo que el gobierno pretendía hacer pasar; señalemos de paso que muchos analistas afirman que la política de “derechos humanos” de Cambiemos es uno de los aspectos más flojos de su gestión).
¿Cómo congeniar ambas realidades? ¿Cómo compaginar el triunfo macrista de hoy y la crisis política que se vivió durante la semana? Es evidente que, de conjunto, el gobierno es el que tiene la iniciativa; se trata de un gobierno que se ha venido fortaleciendo en la medida que expresa la férrea unidad de la burguesía y el imperialismo: un gobierno agente directo del empresariado (tal cual lo señalamos desde el primer día de su mandato).
Y debemos sumarle a esto que su tarea se ve facilitada por el rol de la burocracia sindical y del kirchnerismo. La burocracia colaborando con la gobernabilidad, bajándose de toda medida de fuerza contra el ajuste y negándose a mover un dedo por Santiago. El kirchnerismo presentando una suerte de “oposición light”, institucional, jugándose abiertamente contra la movilización por Santiago, metiendo miedo y saliendo derrotado en la medida en que se ha visto desbordado electoralmente tanto por la derecha (usufructuando Cambiemos los escándalos de corrupción que lo rodean), como en menor medida por la izquierda.
Pero también es verdad que a pesar de los triunfos electorales sucesivos del gobierno desde el 2015, existen “líneas rojas” que es muy difícil cruzar; relaciones de fuerzas presentes que expresan incluso conquistas que vienen desde 1983 (con la caída de la dictadura militar).
A Santiago Maldonado le dio muerte y lo desapareció Gendarmería; un elemento reaccionario incrustado en la coyuntura política. ¡Pero también viene siendo enormemente importante el movimiento popular expresado en las calles contra el encubrimiento de su asesinato y desaparición! Esos son los “dos países” que hemos vivido esta última semana. Dos facetas que no se deben perder de vista para evitar sacar conclusiones impresionistas de la situación.
Es en este contexto general que debemos colocar la elección de la izquierda: el FIT en todo el país y la Izquierda al Frente por el Socialismo donde logramos romper el piso proscriptivo del 1.5%.
Sobre el contraste del giro a la derecha electoral que han arrojado ambas elecciones, se puede afirmar que la izquierda en su conjunto, sumando aquí también a Luís Zamora en CABA, ha hecho una buena elección.
Al momento del cierre de esta declaración, el FIT estaría obteniendo dos diputados nacionales por la provincia de Buenos Aires y tiene ya consagrados dos legisladores en CABA (además de cargos menores en otros lugares del país).
También la Izquierda al Frente por el socialismo, debutante en esta elección, ha hecho elecciones de valor en Córdoba, Neuquén, La Pampa, Santa Cruz, Río Negro y La Rioja, donde sin consagrar cargo alguno, de todas maneras se ha llevado un porcentaje de la representación de la izquierda. Un porcentaje que muestra que de haberse conformado un frente común de la izquierda en Córdoba, Neuquén, CABA (en este caso con Zamora) y otras provincia, se hubiera podido aspirar a ampliar mucho más la representación legislativa de la izquierda.
El grado de instalación del FIT le permite acaparar burocráticamente la representación de toda la izquierda al no lograr nuestro frente romper el piso proscriptivo en los dos principales distritos (básicamente los distritos donde el FIT ha consagrado representantes); una tarea por la cual deberemos seguir batallando en la medida que no se ve que el FIT vaya a modificar este curso de aparato autoproclamado voluntariamente.
Esto último se expresa en una grave contradicción que lo viene atravesando: crecientes elementos de adaptación al régimen patronal. Lo que pasó esta última semana, más precisamente el miércoles 18/10, con el PTS al que luego se plegó el PO, de militar en frente único junto con el kirchnerismo para que no saliera una movilización de masas por Santiago, es una grave capitulación.
Los k acompañados por el FIT pusieron en pie un frente único contra la salida a las calles por Santiago cuando las condiciones estaban maduras para ello. Porque era evidente que si Cambiemos ganaba la elección (¡cómo se esperaba y se acaba de ratificar!), iba a hacerse más difícil la pelea por juicio y castigo a los responsables de la desaparición forzada y asesinato de Santiago (al menos en lo inmediato). Lo contradictorio aquí es que mientras el FIT se mantiene electoralmente, desde el punto de vista político gira a la derecha.
Nuestro partido y la Izquierda al Frente por el Socialismo no pudieron participar en provincia de Buenos Aires y CABA en esta elección; esa es una gran desventaja por cuenta del mecanismo patronal proscriptivo, el cual el FIT usufructúa a su favor habiendo llegado al escándalo de apelar a la Justicia patronal contra nuestro frente.
Sin embargo, particularmente el Nuevo MAS fue vanguardia en la pelea por salir a las calles por Santiago Maldonado. Nuestro partido se viene fortaleciendo, en su alcance, como fuerza nacional, y con toda una nueva generación militante que está ingresando a nuestras filas. Y seguiremos trabajando para fortalecer la Izquierda al Frente por el Socialismo como herramienta para lograr la unidad de toda la izquierda clasista argentina.
En lo inmediato lo que se viene es una serie de contrarreformas antipopulares de las cuales el gobierno se negó a hablar en campaña y para las cuales buscará seguramente el apoyo parlamentario en las fuerzas que se dicen “opositoras”. También está planteada la tarea de redoblar la solidaridad con la familia de Santiago Maldonado sabiendo que cada avance que hemos tenido en esta causa ha sido saliendo a las calles.
No hay que dejarse impresionar por desarrollos coyunturales. Una nueva generación obrera, estudiantil y del movimiento de mujeres está haciendo sus aprendizajes y seguramente se va a templar en las batallas de clase que están por delante. Batallas que sin duda alguna volverán a hacer girar el péndulo de la lucha de clases hacia la izquierda planteando superar la experiencia limitada del kirchnerismo y nutriendo las fuerzas de la izquierda revolucionaria.
El Nuevo MAS se viene fortaleciendo y seguramente en el próximo período irá a un salto en calidad. Esa debe ser la perspectiva estratégica que guie a toda nuestra joven militancia.
¡Vamos por el juicio y castigo a los asesinos de Santiago!
¡Fuera Bullrich!
¡Salgamos a las calles para enfrentar los zarpazos reaccionarios y el ajuste de Macri!
¡Adelante con la construcción del Nuevo MAS y la Izquierda al Frente por el Socialismo!
Comité Ejecutivo del Nuevo MAS, 1.00 horas, lunes 22 de octubre 2017