¿Qué debate necesitamos los trabajadores para enfrentarlo?
Por Ana Vázquez
“(…) El ingreso de los nuevos compañeros tiene sus características: una de ellas es que los compañeros no están acostumbrados a la lucha, no saben luchar, no saben cómo organizarse para luchar, es algo que pesa. (…) Después los aspectos positivos, que es donde yo hago hincapié, es que hacen la experiencia dentro del trabajo y rápidamente identifican a los traidores, rápidamente identificar a los delegados entregadores, y obviamente ese odio se convierte rápidamente en un odio hacia las direcciones burocráticas. (…)”. (Fragmento de la intervención de Jorge Ayala, dirigente del Neumático y del Nuevo MAS en el panel Historia Política del Movimiento Obrero en las Jornadas del Pensamiento Socialista del 4/8/16)
Al grito de guerra del gobierno nacional contra los trabajadores no se le puede contestar con un suspiro. Suspiros de alivio van a ser solamente los de los empresarios si pasa este ataque brutal. Por ahora les conviene contener la respiración.
El más duro fue Pablo Moyano: “Nos van a tener que cortar la mano para firmar”.
Más tibias fueron las palabras del jefe del triunvirato, Héctor Daer que expresó que “no aceptamos la ley tal cual está” y “hay que seguir debatiendo”, cuando salió de la reunión suprema. Posteriormente, los abogados de la central sindical se reunieron en el Ministerio de Trabajo y siguieron analizando sesudamente el proyecto. “Los voceros gremiales adelantaron a Télam esta tarde que las partes ‘no acordaron hoy nada en principio, ya que fue el primer diálogo de la mesa técnica y letrada’, y señalaron que la CGT sin embargo ratificó ‘los puntos de la reforma laboral que no aceptará’.” (Infogremiales, 7/11/17)
¿Y nosotros, los trabajadores, qué lugar ocupamos en esta discusión, cuándo vamos a ser informados y poder participar de esta discusión?
A este debate en las cúpulas ajenas a los trabajadores, le decimos: “Sí, señores, claro que hay que seguir analizando y debatiendo, pero fuera de sus escondites, de cara a los trabajadores”. Y a la amenaza de corte de mano del líder de Camioneros le decimos: “no queremos ver sangre, queremos ver que convoquen a luchar”.
Porque mientras ellos hacen declaraciones, siguen despidiendo trabajadores, como los de la empresa DyN o de la planta de La Serenísima en la localidad de Las Varillas, en Córdoba (debe ser el primer “éxito” del último acuerdo entre el sindicato y la patronal lechera).
Un proyecto de Reforma Laboral: dos debates
Los jefes sindicales ya saldaron parte de “su” debate con el gobierno y empresarios en sus encuentros con el ministro Triaca, en los acuerdos sectoriales que firmaron en el sindicato de Petroleros y de Lecheros (ATILRA), que quitan conquistas a los trabajadores; en la creación de un nuevo negocio en contra de la calidad de la atención médica a los trabajadores, la CUS (Cobertura Universal de Salud); en la reunión emblemática del coloquio empresarial de IDEA en Mar del Plata. Cerraron “su” debate y su traición a los trabajadores: frenaron nuestra pelea iniciada este año contra el gobierno y se llenaron más los bolsillos con plata destinada a las obras sociales (que son cada vez menos sociales).
Pero la crudeza del proyecto de Reforma Laboral los obligó a ponerse serios. Y no sólo para la foto. También por su preocupación para poder conservar su sillón, sus privilegios, sus negocios… de posibles oposiciones de los trabajadores, de esas a que nos tienen acostumbrados los “privilegiados” laburantes argentinos y los luchadores independientes y de izquierda.
Y para ellos ese “seguir debatiendo” va a ser en las cumbres del poder político, empresarial y sindical. También puede haber alguna consulta a la jerarquía eclesiástica que resulte electa en la Asamblea Episcopal que está sesionando esta semana.
Del debate desde abajo va a surgir la pelea genuina
A los trabajadores, a los jóvenes que se empiezan a incorporar al mundo del empleo, alejados de esas cúpulas que las vemos sólo por TV o por internet, nos corresponde iniciar un debate a fondo sobre el significado y las consecuencias de esta ley sobre nuestras conquistas, nuestras espaldas, nuestras vidas y las de las futuras generaciones.
Sabemos que nos cuesta mucho leer, tener el tiempo y la tranquilidad para poder hacerlo, pero así como hacemos esfuerzos sobrehumanos para subsistir, alimentar y educar a nuestra familia, tenemos que hacer un gran esfuerzo ahora, en primer lugar, para conocer, entender y debatir entre nosotros los alcances de esta reforma. Porque si nos quedamos en lo que nos diga la burocracia, estamos liquidados. Es dar por perdido el partido antes de salir a la cancha.
Ese es nuestro debate: el que empieza en el comedor, en el horario del descanso, en el bondi, en las aulas, en la preparación de un campeonato de fútbol o de un encuentro de amigos/as, fuera de los ojos de los buchones. Esa discusión es la que tenemos que desarrollar desde abajo, que nos permita esclarecernos, avanzar en nuestra comprensión, para poder encarar tareas superiores. Tareas de lucha que nos permitan poner en marcha acciones que arrinconen a nuestros dirigentes de los sindicatos o empiecen a mostrar un camino independiente, propio, de demostración pública y en la calle de nuestra oposición a esta ley.
Desde el Nuevo MAS dedicaremos todas nuestras fuerzas a ese debate, a esa puesta de pie de los trabajadores para plantar nuestro grito de guerra y atronar en los tímpanos de nuestros opresores y sus cómplices:
¡Abajo la nueva reforma laboral!
¡Paremos la ofensiva brutal contra nuestros derechos y conquistas!
¡No a la precarización y al trabajo esclavo ni para nosotros ni para las nuevas generaciones!