Hace unas semanas, en CABA, los estudiantes iniciaron una lucha en contra de las pasantías que quería implementar el Gobierno de la Ciudad en el marco de la secundaria del futuro y el Plan Maestro. Ellos tomaron la iniciativa de algo que en ese momento fue muy criticado. Ahora Macri presentó el proyecto de ley de la reforma laboral, y de las 62 páginas, 10 están dedicadas a las pasantías y la “Formación Laboral”.
Lo primero que llama la atención, y preocupa, es que muchas cosas quedan atadas a los convenios colectivos que los gremios negocian con las empresas y el Estado, o sea que un pasante depende de la negociación gremial como si fuera un empleado más. La cantidad de pasantes en las empresas y sus licencias serán parte de los convenios colectivos, como cualquier empleado. Hasta la jornada laboral será pactada según el convenio colectivo, ojo, el máximo será 30hs semanales (en vacaciones escolares se podrán agregar hasta 10hs más). La ley anterior[1] de pasantías estipulaba 20hs semanales, ya que el objetivo era puramente pedagógico, pero se ve que ahora en vacaciones la jornada de 8hs de lunes a viernes es para todos, sean pasantes o empleados.
Frente a esto, la CGT poco dice, claro, como serán parte de los convenios colectivos deberán tributar al sindicato. Algún trabajador se puede ver perjudicado y perder su trabajo, pero el gremio seguirá cobrando la cuota sindical.
Otra cosa que alarma es la ausencia de controles pedagógicos, la ley anterior nombraba a profesores tutores que guiarían y armarían los planes de trabajo, en esta nueva ley que presenta el gobierno de los CEOs, esto no sólo desaparece, sino que también es parte de las negociaciones con la empresa. ¿Quién guiara a los estudiantes que hacen las pasantías? ¿quién se encargará de diagramar los planes de estudio para que el alumno pasante pueda realmente aprender cosas del mundo laboral y no sea mano de obra barata? Sobre esto no hay especificaciones, pero el art 62 del proyecto presentado dice: “promueve como principal herramienta de orientación hacia el trabajo y la producción de bienes…”, nada de orientación pedagógica.
Se creará el Instituto de Formación Laboral, que no queda claro cómo controlará que los pasantes no sean un empleado con menos salario, ya que del proyecto desaparece la figura del tutor que día a día sigue de cerca la tarea del pasante; se dice que es un proyecto de pasantías para estudiantes pero el Ministerio de Educación no aparece en el proyecto y el Instituto de Formación Laboral dependerá del Ministerio de Trabajo.
A esto hay que sumar que, si bien se establece que el régimen es para mayores de 18 años, no dice nada de la mayoría de los estudiantes secundarios que son de menos de 18 años a la hora del egreso; la propiedad intelectual de lo que cree el pasante incluso podrá ser de la empresa si así lo “negocia” el pasante.
Si es una “práctica formativa”, debería ser para formar a los estudiantes en su futura carrera, no debería ser de acuerdo a la necesidades del mercado.
La nueva ley parece una ley hecha a medida de las empresas que se aseguran todos los años una cantidad de empleados baratos, que se renovarán con las diferentes promociones. Casi no se habla de orientación pedagógica, no queda claro de quién van a depender estos pasantes (si del Ministerio de Educación o del Ministerio de Trabajo, etc). Cosas que la ley anterior estaban bien claras, el pasante era un estudiante; ahora las cosas quedan claras pero en otro sentido, el pasante es un empleado atado a las negociaciones colectivas y los dictámenes de las empresas que parecieran no tener muchos límites en este nuevo proyecto.
Martiniano Massacanne
[1] Ley 26.427 del 2008.