Compartir el post "7 de mayo de 1974: Homenaje al “Indio” Fernández a 40 años de su brutal asesinato"
Al fascismo no se lo discute, se lo destruye –
Corría el año 1974 bajo el gobierno del General Perón.
El Partido Socialista de los trabajadores, (PST), (tradición de la cual proviene el Nuevo MAS), en 8 meses había sufrido quince atentados con bombas a sus locales.
El sábado 11 de mayo fue descubierto el cadáver de Inocencio “Indio” Fernández, en las inmediaciones de la ciudad de Campana.
Presentaba heridas de balas de Itaka, envuelto en un colchón que los asesinos habían incendiado, los dedos pulgares seccionados para dificultar su identificación.
Cuatro días antes, el martes 7 de mayo a la madrugada, el “Indio” se dirigía, como todos los días, a la metalúrgica Comarsa de la ciudad de Pacheco, donde trabajaba.
Una bala de Itaka disparada a un metro de distancia le destrozó el pecho.
Tenía 26 años, aunque aparentaba más, gastado por el horno de Comarsa, a pesar que era un chaqueño duro, acostumbrado a pasarla mal; la insalubridad no reconocida desgastaba a los obreros en poco tiempo.
El compañero Fernández era uno de los mejores activistas antipatronal y antiburocrático de la fábrica y militante del PST.
Unos meses antes, en la seccional de Vicente López de la UOM, donde estaba encuadrada Comarsa, se formó la Lista Gris para disputarle el gremio a la burocracia, lista opositora muy fuerte; la burocracia prefirió no correr riesgos y la impugnó.
El “Indio” no se detuvo, a fines de marzo organizó una lista antiburocrática para intervenir en las elecciones del cuerpo de delegados de su fábrica.
El día de las elecciones entraron a la metalúrgica veinte matones armados con Itakas, cortaron las luces dirigiéndose a la sala donde se encontraban las urnas, momentos después el escrutinio dio por ganadores a los viejos delegados ligados a la burocracia.
Por todo esto, el asesinato del “Indio” no fue sólo un ataque a su persona, sino a las banderas que representaba: luchador clasista, comprometido con el socialismo revolucionario.
Fue también una reacción a las luchas que se desarrollaban en Matarazzo, Corni, Panam, Otis, FATE, etc.
Fue una reacción al surgimiento de nuevos trabajadores antipatronales y antiburocráticos que recorrían las fábricas del país.
El día domingo y lunes, en el local partidario de Pacheco, se velaron los restos del primer compañero asesinado del PST.
El día lunes bien temprano, llegaron unos ochenta compañeros de Comarsa, los obreros del horno fueron los primeros en decidir el abandono de trabajo, luego se plegó todo el turno, los delegados tuvieron que desaparecer.
A las 13 hs. llegaron unos doscientos compañeros del turno mañana y tarde de la fábrica Corni.
El encuentro de los trabajadores de Corni y Comarsa dio lugar a una asamblea en la que se resolvieron medidas por el esclarecimiento del crimen.
A las cuatro de la tarde el cortejo fúnebre hace una parada en Panamericana y 147, donde unos quinientos trabajadores de distintas fábricas de la zona despiden al “Indio” Fernández.
A las 18,30 hs. del mismo día, se concentran en Plaza de Mayo unos mil compañeros, trabajadores de Comarsa, militantes del PST y delegaciones fabriles de Matarazzo, Del Carlo, Standard Electric, Corni y muchas otras.
Hasta el viernes 17 por la noche continuó la huelga en Comarsa, fue durísima por la intransigencia de la UOM y del cuerpo de delegados por mantenerse en sus cargos, a pesar del repudio de la base de toda la fábrica.
Esa noche llegó el primer triunfo de los trabajadores: la patronal firmó un acta, donde reconocía la gestión de una comisión obrera elegida por asamblea como los nuevos representantes del personal. Sin duda esta conquista sería el mejor homenaje que se le podía hacer al “Indio” Fernández.
Seguramente en algunas dependencias del gobierno sonarían estrofas de la Marcha Peronista: «Perón Perón que grande sos, sos el primer trabajador»…
Mientras en el aeropuerto de Morón, el General recibía afectuosamente al dictador de Chile Augusto Pinochet.
Buby Dias