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El Equipo Argentino de Antropología Forense identificó los cuerpos de tres jóvenes desaparecidas durante la dictadura militar, que estaban embarazadas. Ellas son Alicia Beatriz Tierra, Laura Gladys Romero y Mónica Edith de Olsa. Si bien son casos resueltos en 2012 y 2013, sus resultados finales se hicieron públicos la semana pasada.

Una de ellas, Mónica Edith de Olaso, su cuerpo fue encontrado en un cementerio de Ezpeleta, Quilmes, junto al de su compañero, Alejandro Efraín Ford, ambos militantes del PST, secuestrados el 11 de mayo de 1977 en La Plata por fuerzas de seguridad que los llevaron encapuchados en dos automóviles. Mónica era bachiller en Ciencia Biológicas y Alejandro cursaba 4° año de la Escuela Superior de Bellas Artes y se desempeñaba como obrero en la Destilería YF desde el 5 de diciembre de 1976. Tenían 19 y 20 años, respectivamente.

La denuncia del hábeas corpus presentado, firmado por la mamá de Alejandro, Elba M. de Ford y por el dr. Enrique Broquen (abogado del PST dedicado a la defensa de compañeros presos y desaparecidos pertenecientes a todas las corrientes políticas revolucionarias), reclama por la aparición de los dos compañeros y del hijo por nacer. “…Asimismo el recurso se interpone a favor del hijo que debió nacer durante el cautiverio de esta última, ya que al ser secuestrada se encontraba embarazada de tres meses. Debe puntualizar que, conforme con nuestra ley civil, el hijo no nacido, desde su concepción en el seno materno es considerado como personas por nacer y, en tal sentido tiene la debida protección de la ley: la viabilidad, en punto a su nacimiento, da origen a sus derechos como persona y, en primer lugar, a su libertad y, aún más, a su propia vida. Tan es así que el legislador puso énfasis en la consideración como ‘persona’ al ‘hijo por nacer’; si no fuera considerado así –y lo expresa en nota acerca de la consideración de la ley chilena por entonces vigente- no tendría sentido el castigo del aborto como delito punible. Por tales razones, razonablemente se puede considerar que el hijo debió nacer durante el cautiverio de la madre y, consecuentemente, este recurso debe ser extendido también a él.”

Estos compañeros fueron parte de aquéllos que fueron represaliados por las bandas fascistas de la Triple A y por las Juntas Militares posteriormente al golpe, cuando el partido fue disuelto por decreto. “A partir del 24 de marzo de 1976, hasta la fecha, han sido secuestrados, en sus lugares de trabajo, en sus domicilios particulares o en la calle, setenta y cinco personas, obreros, estudiantes, empleados, de ambos sexos. (…) nueve personas que pertenecieron al Partido han sido secuestradas en Mar del Plata, sin que haya podido tenerse la menor noticia de su paradero. En Córdoba catorce personas de ambos sexos fueron secuestradas en el mes de noviembre de 1977. Después de muchos meses de ignorarse su paradero, aparecieron en las cárceles de la ciudad de Córdoba, donde permanecieron incomunicados hasta que se los trasladó a Villa Devoto, las mujeres, y la Unidad Penitenciaria N° 9, los hombres. En todos los casos aparecieron a disposición del Poder Ejecutivo Nacional, sin formularse contra ellas acusación concreta alguna”. (Extraído del Memorial entregado por el doctor Enrique Broquen a la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, setiembre 1979)

Posteriormente a esta fecha, otros compañeros fueron puestos a disposición de tribunales militares o civiles y otros fueron asesinados.

El embarazo de Mónica, al igual que el de las otras compañeras, no fue obstáculo para que los militares, brazo armado de la explotación capitalista y patriarcal que les niega a las mujeres el derecho a decidir sobre su maternidad y las castiga por ello, quitaran con saña su vida. Como lo hicieron con Ana María Martínez, última compañera del PST asesinada por la dictadura en un manotazo represivo cuando ésta ya se venía “en picada”.

A pesar del transcurrir de los años y de no haberlos podido conocer personalmente, la noticia nos conmueve. Porque ellos son parte de la tradición de una generación revolucionaria que está presente en las luchas actuales de la juventud y el movimiento obrero. Desde estas páginas redoblamos el compromiso de nuestro esfuerzo para continuar su trayectoria.

¡Mónica y Alejandro, presentes!

¡Compañeros del PST asesinados por la Triple A y la dictadura, presentes!

¡Castigo a sus verdugos y a todos los responsables del genocidio!

 

Ana Vázquez

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