Compartir el post "Entrevista a Anahí, trabajadora despedida de TDA"
– Contanos tu nombre y por qué están tomando el Centro Cultural.
– Mi nombre es Anahí, yo soy productora del área de contenidos de la TDA, de la Televisión Digital Abierta. Estamos acá en una presencia pacífica en el hall del CCK, esperando una respuesta del ministro Lombardi porque nos enteramos ayer de que nos quedamos sin trabajo el 31 de diciembre próximo. Somos 180 trabajadores; 156/160, técnicos, el resto son administrativos. Todos nosotros estamos trabajando como monotributistas, facturando a universidades desde hace, algunos, más de 6 años. Es decir, esto es algo que viene de la gestión pasada pero que esta gestión no resolvió a pesar de muchas promesas y de la creación de una empresa nueva, una sociedad del Estado que era, supuestamente, la excusa que ellos necesitaban administrativamente para poder ponernos en blanco. Eso no sucedió.
El área de contenidos de TDA está ubicada en el subsuelo de un edificio de fabricaciones militares que queda en Cabildo 65. Ahí funcionan, instaladas técnica y operativamente, hasta el día de hoy, diez islas de edición y ocho islas de gráfica. También hay una plataforma de playout, una plataforma que permite la transmisión de canales por la TDA. Nosotros teníamos dos señales que esta gestión dio de baja: Acua Federal y Acua Mayor. Es decir, hay un enlace con el ARSAT. Eso es algo muy técnico, pero muy costoso y muy difícil de generar. Y el desmantelamiento implica todo un trabajo y mucha plata invertida que se tira a la basura. Adentro del área de contenidos de TDA está también el BACUA, el Banco de Contenidos Audiovisuales, es decir, todas las series que se produjeron en los años pasados a través de financiamiento público como: “Historia de un Clan”, “Los Sónicos”, “Estocolmo”. Todas esas series que son de todos los argentinos porque las pagamos todos, también están alojadas ahí en el Banco de Contenidos Audiovisuales. Algunas de ellas, por alguna extraña razón, ahora están en Netflix, lo cual sería ilegal porque, como fueron financiadas públicamente, nadie debería cobrarte para que vos puedas acceder a esos contenidos audiovisuales.
-Sí, eso era lo que te quería preguntar. ¿Cuál es la intencionalidad? Más allá de esto del recorte estatal que se veía venir, que el macrismo viene avanzando en ese sentido. Digamos, ¿Qué sentido tiene, más profundamente, en relación a la producción de contenidos desde el Estado y todo lo que están atacando?
– Sí. Igual para nosotros fue bastante sorpresivo porque nosotros no somos áreas que estén desmanteladas. Hubo cosas que se cerraron, pero la gente fue reubicada. Nosotros estábamos en operativos. Hay un equipo que cubre actividades para Presidencia de la Nación que estuvieron trabajando operativamente, cubriendo actividad oficial del presidente Macri hasta el viernes. Es decir, no son áreas que no están funcionando. El ministro Lombardi utilizaba los servicios para su cobertura de prensa. Los utilizó hasta la semana pasada. Hay equipos que salieron a grabar contenidos, programas para TV pública, programas para Canal Encuentro, hasta hace quince días. Había material en isla. Lo que a nosotros nos despertó la alarma y por lo que empezamos a preocuparnos fue, justamente, cuando empezaron a pedir los crudos para sacarlos de TDA. Cuando pidieron que la gente que estaba en comisión en Casa de Gobierno volviera a TDA donde no tiene tareas hace un año y medio, porque brinda servicios en Presidencia. Y cuando desde Presidencia no se dijo que no los necesitaban más, si no, al contrario, nos pidieron que volviéramos. No sabemos cómo vamos a resolver el trabajo diario. Digo, no éramos trabajadores sin tareas. Entonces, realmente es sorpresivo. Y todas las cosas que está planteando el Sistema Federal de Medios en su comunicado oficial, de que somos caros, de que no somos operativos, es mentira. Somos mucho más baratos que cualquier productora porque estamos monotributando, o sea, que estamos en negro. Aunque estuviéramos en blanco seríamos mucho más baratos que tercerizar cada producción en una productora diferente.
Tofi Mazú y Belén McClellan