Contra Macri, la patronal y los dirigentes vendidos
El lunes 18 de diciembre del 2017 va a quedar en la historia como el día en que cientos de miles de trabajadores y jóvenes salimos a las calles y en la Plaza Congreso nos plantamos y le dijimos “¡Basta!” al gobierno de Macri. Fue el estallido de la bronca acumulada durante 2 años de gobierno macrista.
Fueron 2 años de mentiras en los que no cumplió una sola promesa electoral; al contrario: sufrimos miles de despidos, nos bajaron el salario, nos sacudieron terribles tarifazos. No conforme con eso, y envalentonado por el resultado electoral, “quiso ir por más” y reformar las leyes laborales y previsionales. Se creyó que le alcanzaba con “comprar” el voto de los diputados y senadores peronistas (que siguen las órdenes de los gobernadores) y “transar” por arriba con los burócratas de la CGT.
Pero le salió el tiro por la culata. El 14 de diciembre cercó el Congreso con miles de milicos de Gendarmería y Policía, y desató una salvaje represión para impedir la protesta de los miles de manifestantes que fuimos a rechazar las reformas. Por más gases y balas de goma que tiraron, la gente se mantuvo firme y todos juntos logramos con la lucha que se suspenda la sesión. Un primer triunfo que miles festejamos abrazándonos en la Plaza Congreso. La represión continuó luego de la caída de la sesión con decenas de heridos y más de 40 presos, todo con el objetivo de meter miedo: si manifestás “podés comerte un palo, una bala de goma o ir en cana”…
Si alguien todavía tenía una esperanza en que el gobierno “escucharía” a la gente, Macri y sus ministros “empresarios” volvieron a la carga, “apretaron” a los gobernadores con la chequera para que se presenten y voten a favor de la reforma, y convocaron nueva sesión de emergencia para el 18.
La insistencia con la reforma cayó mal en todos lados. Las charlas en las fábricas, en los lugares de trabajo, en los barrios y en los colectivos fueron creciendo, y fue como la gota que rebalsó el vaso. Había que decirle “¡Basta!” a este gobierno de los ricos, ¡no puede ser que se meta con los viejos!, ¡no se puede permitir! ¡Encima que ganan miseria les quiere robar una parte de la jubilación!
Y así fue que la bronca se transformó en “nafta” que prendió los “motores” de una verdadera rebelión de trabajadores y jóvenes que se sumaron a las columnas de los sindicatos, movimientos sociales, partidos de izquierda y agrupaciones que se convocaron el 18 de diciembre a la Plaza Congreso. También se sumaron “por la suya” muchos trabajadores de gremios cuyos dirigentes se “borraron”, conformando una multitud de 200.000 trabajadores decididos a “pararle la mano a Macri”.
Otra vez la represión salvaje. El gobierno largó la policía para garantizar que adentro los diputados oficialistas y los otros, que se dicen “opositores” (como muchos peronistas), consumaran el robo a los jubilados. Afuera la manifestación ardía de bronca e indignación, y se le paró enfrente a la represión y volvió a gritar “¡Basta!” Esta vez los gases y balas de goma tuvieron respuesta: una verdadera batalla campal en defensa de nuestros viejos y también por nuestros derechos.
La tele mostraba todo en directo. El país vio cómo nacía una nueva vanguardia en la lucha contra Macri: miles de trabajadores hombres y mujeres, la mayoría jóvenes, otros no tanto, se plantaron y le dieron pelea al gobierno; una ola de simpatía recorrió las fábricas, los barrios: “¡Por fin! ¡Así hay que hacer! ¡Hay que luchar así por nuestros derechos! ¡Qué ganas de estar ahí!” Finalmente el gobierno consiguió los votos; logró aprobar la ley pero al mismo tiempo perdió legitimidad: es como que en la cabeza de la gente se produjo un click. La historia comenzó a ser otra. Los que lo votaron se arrepintieron. Ahora la mayoría está en contra del gobierno y por eso muchos de los que no pudieron estar por la tarde salieron por la noche a cacerolear en muchas ciudades contra el gobierno.
El 18 de diciembre va a quedar en la historia como el día en que nació la verdadera oposición al gobierno: una nueva generación de trabajadores y jóvenes que ya “no se comen una”, que odian a Macri y su gobierno de empresarios, que van al frente para defender sus derechos y pararle la mano, que luchó y sigue luchando en cada lugar de trabajo defendiendo al compañero contra las injusticias de la patronal, que no aguanta más y le pasa por arriba a los dirigentes sindicales traidores (que hablan de “diálogo y tranquilidad” mientras despiden y bajan el sueldo todos los días), que ya no espera en las plazas como los dirigentes kirchneristas tomando mate “resistiendo con aguante” o que la solución es sólo votar en las elecciones, que impulsan las asambleas y la democracia por las bases.
Es una generación combativa, antiburocrática y unitaria, que canta “Unidad de los trabajadores y al que no le gusta se jode, se jode”, porque sabe que la pelea es dura y es necesaria la unidad de todos los que no queremos a este gobierno y que deseamos un futuro mejor para nuestra familia; una salida desde la clase trabajadora.
El gobierno acusó el golpe. Pero ¡ojo! que, aunque quedó desprestigiado y está para abajo en las encuestas, eso no quiere decir que esté débil. Macri y los empresarios están emperrados en ponernos un pie en la cabeza y que aceptemos laburar por una par de chirolas sin convenios ni paritarias. Nos quieren esclavos. Quieren retroceder la historia cien años cuando los trabajadores no teníamos derechos. Nos quieren sacar la indemnización, las horas extras, los bonos. Si te rompés en la máquina, te ofrecen una miseria de compensación, y si no te gusta, “que pase el que sigue”.
Por eso en pleno verano Macri largó un nuevo ajuste: le puso un techo del 15% a las paritarias, y llovieron miles de despidos entre los estatales, enfermeros del Hospital Posadas, mineros de Río Turbio, Fanazul, el INTI, ANSeS, FADEA y todos los ministerios sufrieron bajas. Despidos que los empresarios privados toman como un guiño para despedir y subir los ritmos de producción en sus fábricas, como las metalúrgicas Envases del Plata, Stöckl, los ingenios azucareros del Norte y las fábricas del Neumático como FATE, Pirelli y Bridgestone.
Las “Jornadas de diciembre” pusieron al rojo vivo el ¿cómo? ¿Con quién? y de ¿qué manera? seguir la pelea contra el gobierno. Ese día fuimos una multitud en las calles. Y cuando charlamos en las fábricas y lugares de trabajo, hay cientos de miles más que se están preguntando lo mismo. Necesitamos una nueva organización para encarar esta tarea. Los tiempos que se vienen van ser difíciles, van a ser duros: el gobierno viene por todo y no va a retroceder fácil porque se juega su continuidad para el 2019.
Los sindicalistas tradicionales patean en contra nuestro. Se creen “los dueños del sindicato”. Por eso no quieren largar los sillones y los millones. Para conservar sus privilegios siempre andan transando con el gobierno de turno y las patronales. No hay que depositar ninguna confianza en estos personajes. Sólo debemos tener confianza en nuestras propias fuerzas. Hay que exigirles que convoquen a luchar. Y, si no lo hacen, hay que desbordarlos y echarlos.
Por eso un grupo de trabajadores y activistas, delegados y agrupaciones de base como la Marrón del Neumático, la “Carlos Fuentealba” de estatales y docentes, la Marrón del Vidrio, Judiciales Clasistas, RH Combativo trabajadores de la salud y otras agrupaciones y dirigentes de los trabajadores, te proponemos que construyamos juntos una nueva corriente independiente que pelee por nuestros reclamos.
Contra el gobierno: somos “los rabiosos” anti-Macri y todo su gabinete de empresarios, que usan el gobierno y el Estado para explotar a los de abajo y enriquecer a los de arriba.
Combativa: para pararle la mano a Macri hay que luchar. Macri y los empresarios vienen por todo y por culpa de la dirigencia sindical que “negocia por arriba” perdimos salario y conquistas. Basta de “colaboracionistas y dialoguistas”. Las jornadas de diciembre demostraron que se puede luchar y frenar las reformas del gobierno. Hay que exigir a la dirigencia sindical una huelga general con movilización y conquistarla imponiéndola con asambleas en los lugares de trabajo.
Unitaria: para pararle la mano al gobierno necesitamos la mayor unidad de todos los que estamos contra el gobierno. Impulsamos la unidad de acción para luchar, para hacer paros y marchas. Exigimos a los dirigentes que se pongan al frente, que convoquen, que organicen, y los que no lo hacen los desbordamos, los marcamos a fuego y trabajamos para sacarlos construyendo una nueva dirección.
Por la democracia de las bases: vamos por un nuevo sindicalismo combativo. Macri nos quiere reventar: necesitamos nuevos dirigentes para luchar contra este gobierno, porque los dirigentes tradicionales “transan”. Ninguna confianza en estos dirigentes. Por eso impulsamos la organización desde abajo y la democracia sindical: para que la decisión la tengan las asambleas de base. Por nuevos cuerpos de delegados. Por nuevas agrupaciones en los gremios.
Antipatronal: la patronal siempre nos quiere embromar gobierne Macri, Cristina o Menem. La diferencia es que con el gobierno de Macri gobiernan directamente los empresarios. Por eso las patronales se envalentonaron. Nuestro primer enemigo son los empresarios. Ellos viven de nuestro trabajo. Por eso quieren súper explotarnos: para tener más ganancias quieren que trabajemos más por menos salario y menos conquistas. Las reformas de Macri son para favorecer a los empresarios. Hay que pelear contra los dos. Para ser anti-Macri hay que ser antipatronal y viceversa. Por eso también hay que cambiar a los dirigentes porque pueden hablar mal o bien del gobierno, pero siempre transan con la patronal.
Independiente: que no dependa de ningún gobierno, ni de ningún partido patronal, como los peronistas y radicales que apoyaron y votaron la reforma previsional del gobierno; que defienda la independencia política de los trabajadores.
Juvenil: para enfrentar a este gobierno necesitamos fuerza y decisión, ¡paso a la juventud! ¡Macri nos quiere robar el futuro! La juventud tiene que agarrar la dirección de los sindicatos. Basta de “viejos transeros” que buscan más cuidar el sillón y sus privilegios de millonarios que no representan a las bases.
Programa
Basta de despidos y suspensiones
No a la reforma laboral, ni entera ni en partes
Aumento general de salarios. Paritarias libres sin techo
Apoyo y solidaridad con todos los sectores en lucha
Ocupación y expropiación con control de los trabajadores de toda fábrica que cierre
No al robo de los jubilados. Derogación de la Reforma Jubilatoria
Basta de aumentos en el transporte y los servicios
Derogación del Impuesto al salario
Que se vaya el negrero y corrupto Triaca. Basta de trabajo en negro y precarizado
Por la unidad en la acción de todos los sectores que quieran enfrentar los ataques del gobierno y la patronal
Asambleas para que las bases participen y decidan los pasos a seguir
Por un nuevo sindicalismo independiente y combativo. Que luche contra el gobierno de Macri, la patronal y la burocracia sindical. Que se construya desde abajo con asambleas y respetando la democracia de las bases
Por la coordinación de las luchas en curso
Apoyo a la lucha de las mujeres y sus reclamos. Ni una menos
Basta de represión a las luchas de los trabajadores. Libertad y desprocesamiento a los presos del 14 de diciembre y todos los presos por luchar
Exigimos que los gremios de la CGT y las CTA llamen a un Plan de Lucha que comience con un paro general con movilización.
¡SUMATE!
¡VAMOS A LUCHAR JUNTOS CONTRA MACRI, LOS DIRIGENTES VENDIDOS Y LA PATRONAL!
“CORRIENTE SINDICAL 18 DE DICIEMBRE”