El “informe Spinetta”: la destrucción de los trenes públicos
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Francia
Por: Santiago Follet, SoB Francia, 12/03/18.
El gobierno de Macron acaba de hacer público el “informe Spinetta”. Se trata de un estudio elaborado por el empresario Jean-Cyril Spinetta, actual presidente de la aerolínea Air-France, cuyo objetivo explícito es la destrucción del sistema actual de transporte ferroviario. Entre los lineamientos de dicho informe se encuentra el proyecto de abrir la empresa estatal de trenes SNCF a la privatización, la tercerización y la libre competencia empresarial. Además, este supuesto plan de modernización implica el aumento de tarifas para los usuarios, junto con la supresión de 5.000 puestos de trabajo, con la eliminación del actual convenio colectivo del sector y el cierre de más de 9.000 kilómetros de vías ferroviarias correspondientes a trayectos juzgados como demasiado “poco rentables”. En resumen, miles de trabajadores se quedarán en la calle, habrá una creciente precarización laboral para los que mantengan su empleo y se impondrá el aislamiento de enormes sectores rurales del país que dependerán de los buses “Macron” como único medio de transporte. Se trata de un escandaloso saqueo a una de las principales empresas del Estado francés para ganancia de unos pocos capitalistas, en detrimento de miles de trabajadores y usuarios.
Para acompañar este plan de privatización, el gobierno ha lanzado una campaña de demonización de los trabajadores ferroviarios, acusándolos de ser privilegiados que “ganan demasiado” y cuestan “demasiado caro” al Estado. Quieren de esta forma aislarlos de otros sectores de trabajadores, para justificar y avanzar con el saqueo neoliberal a un transporte público que consideran deficitario.
Como declarara el primer ministro Édouard Phillipe, el gobierno planea recurrir a las ordenanzas (que ya han utilizado para aprobar la reforma laboral y el estado de emergencia) para hacer pasar los principales puntos del informe Spinetta antes del verano. En el mismo sentido, Macron ha señalado que se encuentra determinado a realizar esta reforma estructural y que no se detendrá hasta lograr su aplicación definitiva.
Ningún diálogo social: la lucha está en las calles
Por su parte, la ministra de transporte, Elisabeth Borne, ha llamado al diálogo social y a la concertación con las centrales sindicales (CGT, UNSA, SUD-Rail, CFDT y FO), apelando a la “responsabilidad” de los sindicalistas, para evitar el movimiento de huelga que podría desencadenarse. Recordemos que, en el año 1995, el entonces ministro Alain Juppé (actual alcalde de Bordeaux) tuvo que retroceder en su plan de reforma ferroviaria debido a la gran huelga que paralizó las vías de Francia durante tres semanas enteras. Teniendo en cuenta este antecedente, Philippe Martinez, secretario general de la CGT, ha anunciado que están dispuestos a realizar “un mes de huelga” y su sindicato ya ha lanzado la convocatoria a un paro con movilización para el jueves 22 de marzo, sumándose a la jornada de lucha prevista por los funcionarios públicos (como son conocidos los trabajadores estatales), quienes también se encuentran en conflicto ante la amenaza de despidos en el sector y de la eliminación del estatuto del funcionario público. A su vez, los sindicatos ferroviarios también han previsto una reunión intersindical previa para el jueves 15 que debería decidir el comienzo de un plan de lucha y de una huelga nacional unitaria.
Sin lugar a dudas, el ataque del gobierno a la SNCF constituye una ofensiva brutal que se enmarca dentro de un plan de ataque global al conjunto de los trabajadores y de todos los sectores oprimidos y explotados. Es por eso que es necesario unir las luchas que se encuentran en curso, dando una perspectiva política unificada para hacer retroceder al gobierno de Macron y frenar la ofensiva reaccionaria global. Es por eso que es necesario confluir en una gran jornada de lucha nacional contra el gobierno masificando la convocatoria del 22 de marzo. Los sindicatos deben convocar a la huelga general para unificar en las calles a todos los sectores en conflicto, rechazar las propuestas de diálogo social y de concertación que propone el gobierno, que son una trampa para matizar el descontento social y frenar y dividir las luchas. Es por eso que es necesario exigirles a las centrales sindicales la continuidad de un plan de lucha rechazando estas instancias de “diálogo”, porque no hay nada que discutir con Macron: hay que enfrentarlo en las calles.
Es necesaria la unidad de todas las luchas para frenar esta avanzada del gobierno
Resulta fundamental lograr la unidad con los demás sectores en lucha, sobre todo con el movimiento estudiantil que saldrá a las calles el 15 de marzo en una jornada nacional de lucha contra la selección universitaria y el ajuste en la educación. Los estudiantes vienen organizándose en las últimas semanas contra el “Plan estudiante”, una reforma que prevé el aumento de los costos de inscripción y la elitización de una selección restrictiva que pretende dejar fuera del sistema de estudios superiores a miles de futuros egresados de la escuela secundaria. Por este motivo, se multiplican las asambleas generales en las distintas facultades con cientos de participantes, dando lugar a huelgas y ocupaciones de los establecimientos educativos.
En Paris, Grenoble y Lyon, los estudiantes han ocupado edificios universitarios junto a grupos de inmigrantes y refugiados que, en lucha por la regularización de su situación legal y ante la falta de oportunidades laborales y de soluciones habitacionales, han encontrado un lugar de lucha junto al movimiento estudiantil. Esta resistencia se acrecienta a lo largo del país. En los últimos días, las fuerzas policiales han invadido la universidad de Bordeaux Victoire, reprimiendo a los alumnos que se encontraban participando de una asamblea general en uno los anfiteatros de la facultad. En respuesta a este ataque, los estudiantes han ocupado de forma permanente el anfiteatro, exigiendo la renuncia inmediata del rector, responsable de la represión.
Está claro que el movimiento estudiantil es de los sectores más dinámicos de la sociedad que, en unidad con la clase obrera, puede ser fundamental para frenar todos los ataques del gobierno. Por eso es necesario que a la jornada del 15 se le sume una continuidad participando también de la jornada del 22, adhesión que numerosos sectores ya comienzan a anunciar. Es que el ataque de Macron es tan global que hasta los jubilados saldrán a las calles tanto el 15 como el 22 contra la baja de las pensiones y los trabajadores de los EHPAD (hogares de ancianos) también participarán por la defensa de sus condiciones de trabajo.
Al mismo tiempo, otra gran jornada internacional de lucha está prevista para el 17 de marzo en solidaridad con todos los inmigrantes, iniciativa que se pondrá en marcha en diferentes países de Europa, demostrando que hay fuerza para empezar a enfrentar las políticas racistas y represivas. En Francia, esta movilización será la primera manifestación nacional contra la ley anti inmigratoria de Macron y es un punto de apoyo adicional para sumar a construir una respuesta en las calles que pongan un freno a las políticas reaccionarias del gobierno.
Por la unidad de todos los sectores en lucha: ¡A las calles el 15, el 17 y el 22 de marzo contra el gobierno de Macron! ¡Abajo la selección universitaria, la reforma ferroviaria y la ley anti inmigrante!