“En todo caso, lo que debe ser una estrategia permanente es que los socialistas revolucionarios debemos alentar de manera sistemática el desborde, peleando por una nueva dirección para los trabajadores”. (Ciencia y arte de la política revolucionaria, R. Sáenz, p. 80)

El ministro Triaca bajó el 9 de marzo del avión desde Europa con la lapicera en la mano

…y en el aeropuerto una comitiva “de élite” lo esperaba lista para firmar un importante convenio colectivo de trabajo: el de los empleados de Comercio y Servicios. Armando Cavalieri, siguiendo a sus antecesores (José Luis Lingeri de Obras Sanitarias, Roberto Fernández de UTA, entre los referentes de los gremios más numerosos) firmó la paritaria “Cambiemos 2018”: 15% en 2 tramos, 10% en abril, 5% en agosto y revisión del acuerdo en enero de 2019.

En contraposición a tanto acuerdo por arriba, el lunes 5 de marzo trabajadores afectados por la amenaza de cierre de los supermercados de Palermo Easy y Jumbo que dejaría 1.500 empleados en la calle, realizaron una nutrida concentración con presencia de dirigentes del gremio. Tenían que pegarse una lavada de cara ante la inminente entregada del acuerdo paritario.

Le siguió sin dejar respiro el gremio UPCN, que nuclea a un sector de empleados del Estado, que firmó el 15% pero, ¡oh, sorpresa! con cláusula gatillo. Pero como les pareció que los trabajadores podían hacer un gran derroche de dinero, le aplicaron el sistema “gatillo + 4 cuotas”. La diferencia entre la inflación real del 2017 y lo pactado sería del 4,8% y esto se pagará en 4 cuotas: 1,2% desde marzo a junio, cuando comenzará a regir el nuevo acuerdo salarial del presente año. Cada una de esas cuotas representa $98 de ingreso para la categoría más baja. Una verdadera cláusula gatillo al bolsillo… sin cuotas. El otro gremio que nuclea a los trabajadores estatales, ATE,  aún no firmó. Tampoco está haciendo ninguna campaña de difusión, reuniones, asambleas, para poner en marcha un plan de lucha que logre un incremento superior.

El gremio bancario sigue reclamando un 24%; el gobierno subió la propuesta del 9% al 15% después del paro de 48 hs y las negociaciones siguen el 14 de marzo.

Una afrenta al bolsillo y a la dignidad de los trabajadores

Que con estos acuerdos no llegamos ni a mayo lo sabemos todos. Lo que no sabemos (todavía) es cómo lograr superarlos, sorteando la trampa que nos tiende el tándem gobierno-burocracia sindical.

Los despidos masivos a lo largo y ancho del país han puesto en primera línea la pelea contra éstos. Es muy dura, fundamentalmente por el boicot, declarado o encubierto de los dirigentes carneros-chupamedias del gobierno, pero también porque la lucha por los puestos de trabajo pone en guardia, por más solidario que sea, al compañero que aún sigue trabajando. Y mientras se desarrollan estas luchas, la perspectiva de la lucha por el salario a veces se adelgaza.

Pero tenemos que hacer un esfuerzo para no confundirnos. Tanto la pelea por los puestos de trabajo como por el salario son parte de una misma y única pelea: la que es contra el plan de ajuste que nos ataca por todos los costados. Una no tapa ni empequeñece a la otra, las dos se deben unir para tener más fuerza, más visibilidad, más posibilidades de triunfar.

Para agrandar y fortalecer ambas luchas, desde la base y el activismo de los trabajadores, las mujeres y la juventud, convocamos desde nuestra Corriente Sindical 18 de Diciembre a construir:

  • Un nuevo sindicalismo independiente y combativo, que se construya desde abajo con asamblea y respetando la democracia de las bases.

Para sumarte a este esfuerzo común nos encontraremos el 14 de abril a las 13 hs en el Hotel Bauen.

 

Ana Vázquez

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