Como ya es hartamente conocido, el martes pasado 22 de mayo, los trabajadores del Subte de Buenos Aires fueron reprimidos por la policía de la Ciudad, dejando el saldo de 16 detenidos. El resultado fue un paro efectivizado desde el mediodía hasta la noche. Desde el Nuevo MAS estuvimos presentes haciendo el aguante a los compañeros en la cabecera de la línea C y en la puerta de la comisaría donde se hallaban los compañeros presos. Le hacemos un entrevista a nuestro compañero Héctor “Chino” Heberling, quien fuera dirigente de los ferroviarios en los 90’, que estuvo presente en la pelea de ese día, acerca de la lucha del subte y sus perspectivas.
SoB: ¿Por qué se desató este conflicto?
“Chino” Heberling: Formalmente, tiene que ver con el aumento salarial, con las paritarias. Hacía ya meses que el sindicato, AGTSyP, venía intentando negociar con el Gobierno de la Ciudad. Larreta no ofrecía ni el 15% impuesto a los otros gremios, proponía un inaceptable 13%. Ahí fue que usaron a la UTA, ultra minoritaria dentro del subte, para que firmen una paritaria a espaldas de los compañeros del subte. Entonces comenzaron las medidas de fuerza progresivas en el lugar de trabajo como dos horas de paro, después apertura de molinetes, después paros por línea, dos por semana, luego paro durante las primeras horas del día, después otra ronda de paros, etc. Todo sin respuesta por parte del gobierno. Ya entonces comenzaron a levantar la polémica de que los paros del sindicato del subte eran ilegales porque el gremio que tiene personería, para el Gobierno de la Ciudad y el Ministerio de Trabajo, es la UTA.
Luego comenzó a escalar el conflicto cuando las línea H y E aumentaron la cantidad de horas de paro. Lo último fue que más o menos a las 9 de la mañana, cuando se estaba terminando el horario del paro (que terminaba a las 10), bajó a los túneles un operativo impresionante de la policía encabezada por la guardia de infantería que iba con el objetivo claro de romper la medida. A los compañeros los corrieron de adentro de los túneles, los sacaron de las formaciones, les pegaron, les tiraron gas pimienta. Ellos resistieron como bien saben hacer. Un dato interesante es que no dejaron bajar a los medios. No hay ningún otro registro de la represión que la de los propios compañeros. Fue en ese momento que se llevaron detenidos a los 16 compañeros, con el histórico dirigente de la línea C y secretario adjunto del gremio, Néstor Segovia, entre ellos. Los compañeros siempre pararon de forma total el servicio cuando había algún tipo de represión y así lo hicieron a partir de las 12 del mediodía. El paro fue total, no se movió un tren en toda la ciudad de Buenos Aires. Y como los compañeros fueron liberados recién a la noche, entre las 21 y las 12, el paro duró hasta la finalización del horario del servicio.
Ahora el gobierno lanzó una campaña de intimidación, de provocación. Dicen que no se puede paralizar un servicio como el subte, que si lo hacen pueden ser reprimidos y caer presos. Cosa completamente arbitraria. Hacía muchos años que no había una represión dentro del subte. Y bueno… también es insólito que se ponga en cuestión el derecho de huelga. El gobierno quiere arreglar el conflicto a los palazos.
SoB: ¿Por qué pensás que esta provocación fue dirigida específicamente a los compañeros del subte?
CH: Los compañeros vienen de una larga tradición de lucha. Es evidente que el gobierno quiere imponer un giro en la situación después del anuncio del acuerdo con el FMI. Para poder hacer eso tienen que imponer una mayor regimentación de los lugares de trabajo. Si quieren imponer el ajuste, tienen que cambiar las relaciones de fuerza entre las clases. Por eso uno de los lugares donde el macrismo quiere avanzar es en el Subterráneo, por su tradición de lucha que viene de hace casi veinte años. Fue a fines de los 90’ que el activismo se empezó a reorganizar. Luego de importantes luchas consiguieron avanzar con muchas de sus reivindicaciones. Siempre se dice que estos compañeros fueron “hijos del Argentinazo”, surgieron junto a esa rebelión. Representaron en la ciudad de Buenos Aires y en todo el país a toda una nueva generación de trabajadores que comenzó a luchar por recuperar los derechos perdidos durante la década menemista. Así se fueron forjando, en la pelea contra la privatización en mano de Metrovías, contra la burocracia sindical de la UTA traidora. Los compañeros fueron así avanzando: lograron las 6 horas de trabajo, aumentos salariales muy por encima de los logrados en el resto del gremio… Esas grandes disputas terminaron con que la mayoría de los trabajadores decidió conformar un nuevo sindicato, porque dentro de la UTA no tenían cabida. Hace años que se sabe que AGTSyP es el gremio claramente mayoritario, cuando él para, el subte para. Por eso el ataque: quieren “poner en caja” a un sector díscolo.
Ahora el gobierno quiere usar el argumento de que el paro es ilegal porque su sindicato es ilegal. En su momento hicieron todo para ser reconocidos como gremio pero, durante todo su mandato, el kirchnerismo, aliado a la UTA, no quise darles la personería. Se debía hacer una “compulsa de afiliados” entre AGTSYP y la UTA para dirimir quién tenía más afiliados. El sindicato del subte se presentó y la burocracia del transporte no. ¿Por qué? Porque es evidente que es ultra minoritario. Pasaba el tiempo y Tomada, Ministro de Trabajo, no resolvía a favor de los compañeros. Finalmente lo hizo apenas días antes de que asumiera el nuevo gobierno, dejando el reconocimiento de AGTSYP muy endeble y fácil de ser puesto en cuestión por el macrismo. La UTA inmediatamente fue a impugnar… Eso llegó a la Corte Suprema hace algunos meses y no tomó resolución, no se metieron en el tema. Ahí hay otra mentira del gobierno, fue Triaca el que no reconoció el sindicato, no la Corte. Está de nuevo en disputa quién tiene la personería. Lo que debería hacerse es la compulsa, pero la UTA no quiere hacerla porque sabe que pierde.
Esto también es culpa del gobierno anterior por no darles la personería en su momento. Tomada fue Ministro del kirchnerismo y, además, amigo íntimo de las burocracias sindicales. Fue abogado de Pedraza, de la Unión Ferroviaria. Hasta último minuto se negó a darle su reconocimiento a los compañeros. Siempre fue amigo de los burócratas de la UF y la UTA, no de los trabajadores del subte. Que haya podido pasar esto tiene una explicación, la mayoría de la AGTSYP confió en el gobierno kirchnerista, llegaron a alinearse con los sectores sindicalistas afines al kirchnerismo. Por eso entraron a la CTA de la mano de Yasky. Digamos que tomaron una decisión que no les “pagó” en absolutamente nada.
SoB: ¿Qué perspectiva le ves a esta lucha?
CH: Es evidente que se va a un conflicto duro. En realidad, ahora empezó el conflicto. Lo anterior fue una preparación. Los compañeros tienen mucha fuerza, poder de fuego, por eso intentaron no “despertar a la bestia”, no se animaban a enfrentarse a ellos. Pero ahora los quieren disciplinar. No solamente estuvo la represión, ya hay más de 200 suspendidos, trabajadores que participaron de los paros, de las levantadas de molinetes. Están amenazando con despidos, con que van a reforzar la represión. Quieren imponer a toda costa el techo salarial y poner de rodillas al sindicato legítimo del subte. También están amenazando con que van a poner a trabajar carneros, rompehuelgas que conduzcan los trenes. Cuando los ferroviarios estábamos en lucha, Menem nos hizo esa amenaza, que iba a poner en funcionamiento los trenes con los milicos conduciendo. Si hacen eso es, además, muy peligroso. Ante el más mínimo error de estos conductores improvisados pueden provocar una tragedia, es un trabajo muy específico que no lo puede hacer cualquiera así nomás. Además es bajo tierra, así la tragedia puede ser mucho peor. Ante cualquier accidente es mucho más difícil ingresar para ayudar a la gente. No nos llama la atención, esta gente no tiene escrúpulos. Si llegan a hacer eso, el mejor consejo que le podés hacer a cualquiera es que no se suba a esos trenes. Todo esto aparte de que están violando todo el derecho laboral internacional, en el que está explícitamente condenado alquilar carneros para romper huelgas.
El nivel de provocación del gobierno sube y, evidentemente, debería subir el nivel de respuesta de los trabajadores. La respuesta de la mayoría de la dirección del sindicato ha sido, desde nuestro punto de vista, demasiado “corporativa”. Estamos en un contexto de ataques generalizados a todos los trabajadores. Nos parece equivocado que no hagan parte de su orientación poner la lucha del subte como una parte de la lucha de todos los trabajadores contra el gobierno. En su momento, ya le hemos hecho esa crítica a la dirección mayoritaria de AGTSYP, que planteen su lucha como algo sólo del subte. Lo desligan de las luchas de todos los trabajadores. Esto es peor ahora, que el futuro de la lucha de los trabajadores del subte está atado a la pelea por pararle la mano al gobierno. Se necesita del apoyo activo de otros trabajadores. Yo recuerdo que muchas conquistas del subte, no la consiguieron sólo los trabajadores del subte. Obviamente, ellos eran los protagonistas, pero muchas veces tuvieron el apoyo masivo de los movimientos de desocupados, que los ayudaban a bloquear las bocas del subte. Eso sucedió muchas veces. Sin mencionar a los activistas de otros lugares de trabajo. Me acuerdo cuando se tomaron todas las cabeceras durante cuatro días. Fueron miles los compañeros de afuera que apoyaron.
El techo salarial no lo pueden romper sólo los compañeros del subte, aunque tengan un rol tan importante que los convierte en protagonistas. Pero esa es también una gran responsabilidad. A nosotros nos gustaría que en el subte se vuelva a prender esa llama de la que se nutrían cientos y miles de activistas de todo el país que miran al subte como un ejemplo a seguir. Hay compañeros que lo pueden hacer, que pueden hacer resurgir esa llama. Pueden así ser parte de una pelea más grande que sirva para ganarle a Larreta pero que también sea parte de la pulseada contra Macri. Los compañeros del subte podrían ser un actor protagónico en el planteo de una huelga general, del paro que la CGT no quiere convocar y que es cada vez más necesario. Porque si los burócratas no lo quieren convocar, los trabajadores más organizados y más fuertes pueden imponerlo.