Fernando Bialuski

Hace unos días se confirmó que la Selección Argentina jugará su último compromiso previo al mundial ante Israel. El mismo estaba pautado hace meses pero se puso en duda tras las represiones del Ejercito Israelí sobre los refugiados y palestinos en la Franja de Gaza. Especialmente luego de la Marcha del Retorno, que dejó un saldo de decenas de muertos y más de 500 heridos. Los números son incalculables por la brutalidad del Estado Israelí y un genocidio que cumplirá ya 70 años. El lunes 14 de mayo hubo una nueva movilización por parte de los refugiados y palestinos, que coincidió además con el traslado de la embajada de Estados Unidos a Jerusalén. Una decisión nacida del imperialismo puro, arreglada entre Trump y Netanyahu, que quiebra los pobres acuerdos internacionales que, como mínimo, reconocían que Palestina debía obtener parte del territorio de Jerusalén. Esta última marcha acabó con la vida de 60 palestinos y tuvo alrededor de 2800 heridos.

Razones sobran para que Argentina no vaya a Israel. Hacerlo sería aceptar un acuerdo tácito y al mismo tiempo explícito sobre el genocidio a un pueblo entero. Israel quiere a Messi en Jerusalén porque quiere darle un buen festejo a todos los sionistas por el cumplimiento de los 70 años de su Estado. Pero lo que realmente se cumple es el aniversario de la Nabka, la catástrofe palestina, en la cual en su avance colonialista, Israel expulsó a millones de sus tierras, asesinó a decenas de miles y a los que huyeron les expropió sus tierras y bienes. Está más que claro que a Macri nada de esto lo incomoda. Su aspiración es “insertar a Argentina en el mundo”. Nada mejor que confirmarlo con sus invitaciones a Netanyahu y la compra de drones que lanzan gases, los mismos que utiliza el ejército israelí.

El fútbol y la Selección no pueden ser utilizados para continuar silenciando y censurando a todo un pueblo que quiere ser libre. Mohammed Khalil, futbolista palestino, le pidió expresamente a Argentina y sobre todo a Messi, que no vayan a jugar el partido: “… le pido a la Selección y a Messi, que es muy reconocido y querido en la Franja de Gaza, que se solidaricen con el pueblo palestino y boicoteen el encuentro”, declaró Khalil, quien recibió disparos en las dos piernas en la Marcha del Retorno. Norita Cortiñas, en la movilización del 15, también expresó que la Argentina no debe jugar ese partido. Distintas reacciones en todo el mundo con diversas campañas en la redes como #ArgentinaNoVayas y hasta algunas ONGs le mandaron una carta a Jorge Sampaoli para que no se presenten. Todo suma, pero lo que realmente necesitamos es una verdadera movilización en las calles, para unir a todos aquellos descontentos con estas políticas imperialistas, para que la Selección no acepte y que sus referentes, como Messi, Mascherano o Agüero, reconocidos mundialmente, den la cara y le pongan fin a la complicidad que está tomando la Argentina.  Hay que salir afuera, como lo hicimos siempre, para que se termine la masacre israelí y por un Estado Palestino único, libre,  democrático y socialista.

¡Argentina no debe ir a Jerusalén!

¡Basta de masacre sionista!

¡VIVA PALESTINA LIBRE!

 

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