En medio de su fogoso discurso en el acto de Camioneros el pasado miércoles 6 de junio, Hugo Moyano profirió varias amenazas. No sólo la del paro general de Camioneros. Desde ya (a ningún iluso se le vaya a pasar por la cabeza) no hubo de su parte ninguna convocatoria a la unidad con otros gremios, trabajadores en lucha, despedidos, jubilados o discapacitados a quienes les recortaron derechos. Nunca jamás. Pero sí para llamar a la unidad con los propietarios de los camiones. Y no nos estamos refiriendo al laburante que se pudo comprar un camión después de años de sacrificio personal. Ni Moyano tampoco. Nos referimos a las grandes empresas que controlan el transporte terrestre. Para justificar la unidad con la patronal y darle un “tinte obrero”, los denominó: “trabajadores con herramienta propia”.
Reconozcamos que la tuvo que pensar bien. Tuvo que recurrir a la palabra “trabajadores” para tratar de embaucarnos para lograr nuestro apoyo a la patronal del transporte. Como confundir a los peones rurales con los grandes dueños de los campos.
Más allá de que un paro de los empresarios del transporte sumaría elementos críticos en un momento difícil para el gobierno, los trabajadores nunca debemos confiar para obtener nuestras demandas, más que en nuestros aliados, jamás en nuestros enemigos. ¿Serán los mismos para nosotros que para el dirigente de Camioneros?
Ana Vázquez