por Gala Chilavert

El miércoles 6 se dio a conocer el fallo del juzgado de Primera Instancia en lo Contencioso Administrativo y Tributario Nro 2 del juez Andrés Gallardo favorable a la lucha de los trabajadores del Subte y sus genuinos representantes sindicales.

Este verdadero cachetazo para la UTA, el gobierno de la ciudad y Cambiemos hizo lugar al pedido de amparo presentado por la Asociación de Trabajadores del Subterráneo y Premetro (AGTSyP). Por un lado obliga a la reapertura de la discusión paritaria para los próximos 60 días con la presencia de los representantes mayoritarios de los trabajadores miembros de la AGTSyP, en la mesa con Metrovías, la UTA y Sbase. Por otro lado obliga a la empresa a dejar sin efecto las sanciones que implicaron 194 suspensiones y 3 despedidos. En contrapartida a la apertura de esta mesa de negociación, el fallo impide la realización de cualquier medida de lucha por parte de los trabajadores.

Este reconocimiento de la representatividad de la AGTSyP en relación para poder discutir la oferta salarial miserable que ofreció el gobierno del 15,2% e impulsar el reclamo por el 25% más una recomposición del 9% por el 2017 da un respiro tras una larga lucha llevada adelante. Recordemos que la Corte Suprema falló ambiguamente respecto a la personería del sindicato que prácticamente barrió a la UTA y se constituyó como la verdadera herramienta gremial representativa de los trabajadores en los últimos años.

Detrás de la pulseada legal hay intereses en juego

Mientras los trabajadores anunciaron la suspensión de medidas de lucha previstas para los próximos días, acatando así el fallo, el gobierno de la ciudad y Cambiemos a través de un vocero anunciaba que apelaría lo iba a apelar. ¿Qué quedó de no negociar con el sindicato del subte para “cumplir con lo que dice la Justicia”? Absolutamente nada.

Toda la vocación republicana de la que se jactaban los CEOS que gobiernan de la mano de decretazos, vetos y represión se manifiesta como lo que es, simple hipocresía. El fallo viene a demostrar que la partida entre el gobierno y los trabajadores no está ganado por ninguno de los contendientes, las llamadas relaciones de fuerzas se juegan en cada lucha y muestran una voluntad de resistencia enorme por parte de los trabajadores que como los del subterráneo se forjaron, entre otros eventos, durante el Argentinazo enfrentado al modelo neoliberal y sus representantes políticos.

Es fundamental rodear de solidaridad la pelea que llevan adelante, porque serán duras las batallas que se pongan frente al pueblo trabajador tras los durísimos términos anunciados para el acuerdo con el FMI. Se vuelve acuciante coordinar las luchas para seguir impulsándolas y lograr triunfos concretos, es necesario trazar el camino para imponer a las direcciones sindicales un paro general activo y un plan de lucha, cada pequeña conquista es vital, pero hay que poderla defender buscando la fortaleza en el conjunto del pueblo trabajador y en sus reservas de lucha, para que frente al plan global de ajuste y represión que el gobierno plantea se le contraponga en las calles una salida. Organizarse para resistir a los embates y la sed voraz de ganancia de los empresarios es un derecho, luchar para defenderlo también. Cada ataque del gobierno al salario, las condiciones de trabajo y organización da cuenta de que el ajuste lo quieren cargar sobre nuestras espaldas.

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