El conflicto de los trabajadores del Ferrocarril Sarmiento y la embestida contra él del ministro Randazzo ocupó las primeras planas de los medios de comunicación dos semanas atrás. Quedaron así tapados los graves inconvenientes en el Subterráneo de Buenos Aires que afectaron a trabajadores y pasajeros. Era más “noticia” deslegitimar la protesta ferroviaria.

El desmoronamiento de mampostería en un túnel de la línea C, producto de la acción de una perforadora que está trabajando en las obras del Metrobus 9 de Julio fue el más grave, pero no el único contratiempo ocurrido desde que comenzaron las obras. La guarda del tren que viajaba allí en el momento del accidente, así lo relata: » De repente vi asomarse desde el techo un tubo gigante con dientes tipo serrucho, justo encima de las vías. Ahí ya no entendía nada, estaba viendo como el tubo subía y bajaba girando y creía que el techo se nos iba a venir encima.” (enelsubte.com 15/5/14)

Y una parte se vino encima. El polvo y el pánico invadieron a los pasajeros. El servicio se interrumpió momentáneamente y la empresa y el Gobierno de la Ciudad hicieron “silencio de radio”.

El año pasado hubo dos inundaciones y dos pasajeros resultaron heridos cuando se cayó una mampostería mientras esperaban un tren. Durante el fin de semana próximo pasado la rotura de un caño provocó una inundación en la estación Moreno.

Los inconvenientes técnicos que provocan la interrupción del servicio son habituales en todas las líneas, como ocurrieron estas últimas semanas en la B y la D. Los trabajadores son los que solucionan los inconvenientes y son culpados siempre por la empresa por negligencia o mal manejo de las formaciones.

Por el control de las obras del subte en manos de trabajadores y usuarios

La empresa perteneciente al señor Luis Carlos Zonis obtuvo la licitación puesta en marcha por la empresa estatal SBASE para realizar la catenaria rígida (sistema de instalación eléctrico acorde con las nuevas unidades adquiridas) en la línea B. La misma está imputada en la causa por corrupción y defraudación al Estado del Belgrano Cargas, en la que están implicados, entre otros, el ex ministro de Transporte Ricardo Jaime y el ex secretario general de la UF, José Pedraza.

“La construcción del túnel del Metrobus no era prioritaria, pero se ejecutó igual. En enero de este año la organización PropAMBA denunció que el estudio ambiental lo hizo la misma empresa que realiza la obra: José Cartellone Construcciones Civiles SA. Casualmente el dueño de la constructora es el suegro del presidente de Autopistas Urbanas Sociedad Anónima (AUSA) Gustavo Matta y Trejo.” (Metrodelegados.Prensadelsubte 15/5/14)

Como carta de presentación es buena para saber en manos de quién estamos cuando ponemos un pie en el subte. Pero esto es sólo la punta del ovillo. Y con la denuncia sola no alcanza. Es necesaria una investigación a fondo, sin intereses corporativos, empresariales o gubernamentales, desnudaría todo el entramado que rodea la modernización del subte y la construcción del Metrobus.

Pero esto sólo lo puede realizar una comisión que no tenga intereses de bolsillo en las obras, sino solamente en el mejoramiento del servicio y la seguridad de quienes trabajan en el lugar y lo usan cotidianamente. Una comisión independiente que investigue los negociados, individualice a los responsables empresariales y políticos, y ponga bajo su administración y control el funcionamiento de la red subterránea de la Ciudad de Buenos Aires.

 

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