Hola C, ¿sos delegada?
C: Hola, ¿cómo estás? Sí, mirá, yo actúo como delegada. Desde el gremio me niegan los papeles. Se les hizo un acta donde figura esa irregularidad. Mis compañeras que me eligieron también harán su reclamo.
¿El gremio no te ve con buenos ojos? ¿no sos de su confianza?
C: Y, soy su más acérrima oponente en forma pública. Ellos saben que si entro voy a oponerme a muchas cosas. No me quieren, pero me van a tener que aceptar en algún momento.
¿Cómo empezó el conflicto y qué políticas hubo?
C: El conflicto viene de arrastre, cerramos paritarias en julio del 17, con la promesa de reabrir en octubre. Eso no sucedió, por lo tanto nuestro sueldo quedó congelado desde la última paritaria y eso repercutió en nuestros bolsillos. A medida que pasó el tiempo, también el presupuesto se había achicado para las escuelas porque no se reparaban, copa de leche con inferior calidad. Tenemos un periodo de tiempo que nos juntamos los docentes sin recibir alumnos. Veníamos realizando asambleas y pensando en no comenzar las clases a partir de lo que estaba sucediendo.
Comenzamos con los paros. Se lo sacábamos al gremio con mandatos por escuelas. Los mandatos pedían medidas cada vez más fuertes porque el gobierno no respondía, no abría paritarias. Mientras tanto se formó la MUS (Mesa Sindical Unificada) de 17 gremios que pusieron una carpa de protesta frente a la Casa de Gobierno y que nosotros como docentes, al no estar de paro, no podíamos apoyar esa carpa.
Con la MUS llegamos a tener 18 paros no consecutivos, pero sí fueron en aumento. Sin embargo, no se abrían paritarias, hasta que un grupo de docentes autoconvocadas deciden tomar el Ministerio y todas/os decidimos apoyar esa medida y tuvo que sumarse el sindicato y a partir de ahí empezamos con el paro por tiempo indeterminado para sostener esa ocupación pacífica. Se empezó a pensar en otras medidas. Hasta que se sumaron las tomas de otros edificios en otra ciudades. Tuvimos el apoyo de compañeros de otras provincias que también tuvieron conflictos parecidos. De otros sindicatos. Se pudo abrir paritarias. Empezaron con el ofrecimiento de 100. Hasta el último de 1200 pesos y el gobierno decide cerrar las paritarias unilateralmente.
Junto al paro hicimos retención de servicios, que sirvió mucho porque ahí no damos clase pero armamos las asambleas. También cortes de rutas en Madryn, de la ruta 3. De la ruta de Trelew, de la entrada a Cerro Dragón con la gente de Comodoro. También marchas de antorchas, rondas alrededor de la Casa de Gobierno, ir al Concejo Deliberante. Muchas acciones.
¿Qué actitud tuvieron el gremio, la MUS y el activismo que estaba en la carpa de la MUS con la toma? ¿Como se dieron las relaciones desde ese momento?
En principio, el primer día de la ocupación, estaba presente, vino a proponer un arreglo con el gobierno, con Massoni, el secretario de Seguridad. Que pedía que se quedaran 30 personas y que no había ningún problema. Nos opusimos totalmente. Éramos 120 en ese momento dentro. No se aceptó. Hubo varias veces que el sindicato quiso boicotear la toma. Nos organizamos con las tareas, con la cocina, la economía, la seguridad y eso ayudó a sostener la ocupación. También asambleamos y el punto de inflexión fue cuando el sindicato se oponía a realizar las asambleas en forma unificada entre los que ocupamos y quienes apoyaban desde afuera. Se derrotó la maniobra y salió la asamblea única. Desde mi punto de vista, no sólo luchamos contra el gobierno sino que tenemos muchas discrepancias con el sindicato, quien tiene una línea política claramente del FpV, trayendo diputados y también nos opusimos a eso y por lo tanto no es fluido su apoyo.
Al principio sí vinieron algunos de la MUS, pero cuando vieron que no podían llevarnos adonde ellos querían, algo que esos dirigentes están acostumbrados, dando órdenes verticalmente. No encontraron un lugar donde podían hacer eso porque estábamos organizados respetando las asambleas y ellos no resistieron a eso y sólo quedó la gente de ATECH (sindicato docente de Chubut), quedaron muy expuestos a eso y debieron hacer lo que las bases querían.
¿Qué debilidades le ves a esta lucha? ¿Por qué no se dieron más unidades de sectores gremiales diversos o por qué la ausencia del estudiantado?
C: Como debilidad , varias. La burocracia sindical apoyaba pero no querían quedar escrachados y no en una actitud que legitimara la toma. Después algunos compañeros apoyaron cuando otros sindicatos y organizaciones expresaron su solidaridad, recién dieron su apoyo siendo del mismo gremio. Con respecto al estudiantado, creo que es porque no se les permitió aún organizarse como corresponde, en pocas escuelas lo hacen y la mayoría no están autorizados a hacerlo. Recién con la lucha del TEG (Transporte Estudiantil Gratuito) empezaron a organizarse. De todas maneras, la delegación estudiantil de Puerto Madryn ha sido de gran apoyo para el sostén de la toma.
¿Cómo crees que se pueda profundizar la lucha?
C: Lo que pasa, es que si bien nosotros estamos aprendiendo muchas cosas, falta politizar la lucha. Porque esto no es un problema de paritarias docentes, esto es un problema de un gobierno que quiere desmantelar, vaciar totalmente la educación pública. De a poco, a medida que avanzamos, fuimos agregando ítems con respecto a eso y vimos que a otros gremios les pasa lo mismo, que van dejando trabajadores en la calle, desmantelan todos los sectores, pero aún no se ha logrado esa unidad de trabajadores, la estamos esperando y creo que se va a dar en poco tiempo, porque es necesario hoy un plenario de trabajadores donde nos podamos sentar a unificar y que se arme un plan de lucha único para ir contra el plan de ajuste que es feroz.