Así lo confirmó la asociación de Abuelas de Plaza de Mayo en una conferencia de prensa realizada en el barrio porteño de Constitución.
Se trata de Marcos Eduardo Ramos, hijo de Ismael Amadeo Suleiman y de Rosario del Carmen, separado de su madre en noviembre de 1976 tras un operativo de la última dictadura cívico-militar. Ese año, Marcos, siendo un bebé, e Ismael, su hermano mayor, fueron llevados a la casa quinta de sus captores, en la localidad de Tafi Viejo, Tucumán, de la cual Ismael logró escapar. Desde ese entonces nunca más se vieron.
“Es saber la vela de la esperanza todavía sigue encendida y que la lucha todavía continua. Para mi es la restitución de amor no vivido hace 42 años” manifestó Camilo, uno de los hermanos de Marcos. Por su parte, Ismael, con suma emoción, calificó de “impresionante” el trabajo de búsqueda de Abuelas.
Estela de Carlotto, titular del organismo de derechos humanos, contó que el proceso de búsqueda fue iniciado por Ismael Ramos, cuando se acercó al CONADI (Comisión Nacional por el Derecho a la Identidad) y narró lo sucedido. Por el año 2013 recibió una denuncia que daba cuenta de la existencia de un joven, hijo de desaparecidos, y que había sido apropiado por una persona que estaba imputada por delitos de lesa humanidad en Tucumán.
Luego de una serie de denuncias y muestras de ADN, se logró develar la identidad del hombre, el cual sería el primero en ser restituido en lo que va del año 2018 y el segundo de esa provincia. “Su caso es la comprobación del capítulo local de un plan sistemático de desaparición de niños y niñas. Esto debería contribuir a acabar con el negacionismo, la justificación y el olvido que subsiste en parte de la sociedad, en particular de Tucumán” destacó la titular de Abuelas.
Recordemos que las últimas restituciones de identidad se anunciaron en diciembre de 2017, con la aparición de la nieta 126, hija de Edgardo Garnier y de Violeta Ortolani y al día siguiente la nieta 127, hija de María del Carmen Moyano y Carlos Poblete, siendo así 6 los nietos que recuperaron su identidad ese año.
Es esta una nueva victoria contra la política de impunidad y negación de los crímenes de los genocidas, defendida por Macri en voz baja y por sus voceros desembozados de forma abierta, como La Nación y funcionarios gubernamentales de segunda línea.