…y la defensa del ajuste los amontona. Después de competir entreellos para ver quién llegaba primero a saludar al Santo Padre en Roma desde su asunción, el espectro completo de la burocracia sindical peronista se hizo presente en la reunión de la Pastoral Social en Mar del Plata, convocada el último fin de semana de junio bajo el lema: “El papa Francisco y la cuestión social”. No estuvieron solos. También lo hizo el ministro Capitanich, los gobernadores Scioli y De la Sota, el titular de la bancada oficialista de la Cámara de Diputados de la Nación, Julián Domínguez. Para el “toque” opositor participó la vicejefa de Gobierno porteña, María Eugenia Vidal. El anfitrión-organizador fue el titular de la diócesis de Gualeguaychú y presidente de la Pastoral Social, Jorge Lozano, colaborador del Papa cuando era arzobispo de Buenos Aires.
El objetivo preanunciado por la dirigencia eclesiástica en relación a la invitación a las centrales sindicales, fue lograr la unidad de las CGTs y las CTAs. Pero el tema de la deuda y la resolución en contra de la Argentina fue el tema político de la reunión, desarrollado días antes por un documento de la Iglesia sobre el tema puntual, llamando a la cordura de los dirigentes políticos para encarar la negociación.
La unidad de las centrales preconizada por la Iglesia no se dio ni nadie se preocupó ni batalló por este propósito. PeroHugo Moyano, Antonio Caló y Luis Barrionuevo no estuvieron juntos sólo para la foto. Y Pablo Micheli, aunque no apareció atrás del flash y Hugo Yasky que mandó un video mientras participaba en la Cumbre Antimperialista de Movimientos Sociales y centrales sindicales convocada en Cochabamba, Bolivia, también estuvieron abrazados a los dueños de las CGTs en un objetivo común: callarse la boca y ser cómplices en los hechos, fuera de las declamaciones, de la política de rapiña de los buitres.
Todos fueron lamentos y sollozos por el fallo del juez Griesa y loas a la convocatoria eclesiástica. Pero ninguno alzó la voz para denunciar la estafa de la deuda externa que este gobierno pagó “serialmente”, las consecuencias de esta política sobre el bolsillo y las condiciones de vida de los trabajadores. Menos que menos a llamar a alguna medida o acción de protesta u oposición al pago de la deuda. Los canallas de los dirigentes sindicales de todos los matices burocráticos fueron, una vez más, a hacerle coro a las políticas oficiales. En este caso, bendecidas in situpor los representantes de la Santa Sede.
Cada uno mostró su hilacha
El referente de la CTA oficialista, Hugo Yasky, omitió su presencia para ir a la Cumbre convocada por la Central Obrera Boliviana e inaugurada por el presidente de Bolivia, Evo Morales, funcional a la política de los presidentes “progres” de la región. Aunque transmitió por supuesto su apoyo a la reunión.
Pablo Micheli rindió culto a su “reconciliación con la Iglesia” y repitió con la misma sintonía que sus pares de la CTA y de las CGTslas palabras de elogio y de sumisión a la gestión de diálogo y paz de los convocantes. “La apertura a la pluralidad, al diálogo social en estos momentos de crisis en todos los aspectos, llevan a una alta degradación de la sociedad que no es fruto de la casualidad y en la cual los dirigentes políticos, sindicales y sociales en general tenemos algún grado de responsabilidad”. (CTA, 30/6/14)
No se diferenciaron ni discutieron entre ellos, tampoco con los representantes del gobierno ni de la oposición. Estuvieron presentes para sellar su pacto con el ajuste del gobierno, el beneplácito de la oposición y la bendición eterna. Dijeron ¡Presentes! para mostrar que son necesarios para hacer cumplir los planes de explotación de los trabajadores y que siguen dispuestos a ello.
Ellos hace rato que mostraron la hilacha. Algunos en forma más desembozada como Pignanelli en Gestamp, que le costó un tirón de orejas de sus colegas, que le criticaron su intervención en el conflicto por favorecer a los sectores combativos al ponerse tan alevosamente el traje de la patronal, el gobierno y… la policía. “Ellos con sus intervenciones mamarrachescas son los primeros en darle prensa a la izquierda”. (Infobae, 6/6/14)
Pero los trabajadores también la están mostrando. Y demostrando que son capaces de dar vuelta la historia. Las luchas de Calsa, Gestamp, Lear están preanunciando que la democracia obrera y la independencia de todo sector patronal-burocrático se están haciendo fuertes en las luchas de los trabajadores.Con mucho sacrificio y esfuerzo pero también con esa firme convicción en la que hay que avanzar hacia una sólida conciencia de clase, seguramente pasarán por arriba a la podrida burocracia atornillada en sus sillones.