BASTA DE FEMICIDIOS EN CÓRDOBA

 

Hace más de una semana comenzó a circular por los medios de comunicación cordobeses una noticia aberrante, que causó indignación y que expresa no sólo la realidad de violencia que sufrimos las mujeres en nuestra provincia y que se multiplica a lo largo y ancho del país, sino un caso más en el que la justicia patriarcal, a tono con la política machista del gobierno nacional y provincial, defiende y ampara femicidas. Nos referimos al último femicidio ocurrido el pasado 29 de junio, que se cobró la vida de Silvana Córdoba (42 años), instrumentista del Hospital Neonatal de la ciudad de Córdoba y madre de cuatro hijos, quien fue asesinada por su pareja Carlos Alberto Molina (41 años) en su casa de Juárez Celman, al norte de la ciudad. Los canes, la caballería, los motociclistas, los helicópteros y todas las herramientas represivas de la policía de Córdoba, cómplice también de la trata, fueron puro show, ya que hasta el día de la fecha, pese a informaciones que señalan haberlo visto en las inmediaciones del colegio de sus hijos y del cementerio, no han dado con el paradero del femicida.

La realidad es que la justicia no mueve un dedo para garantizar una búsqueda real de este asesino para enjuiciarlo y encarcelarlo. Y no nos sorprende que actúe de este modo: ella misma es responsable de la muerte de Silvana, en tanto que podría haberla evitado si hubiese metido preso a Molina como correspondía en el 2007, cuando mató a cuchillazos a su primera mujer,  Elsa Susana Cano, en el barrio General Mosconi.  En ese entonces, los fiscales alegaron que Molina había actuado bajo “emoción violenta” porque Elsa lo quería dejar.  Así, se le asignó una sentencia menor, de tres años de prisión de ejecución condicional, y se lo dejó libre.

En realidad la justicia no condenó a Molina, sino que consideró que se “le había ido la mano”, pero que actuaba bajo los normas del patriarcado y por eso era reformable. Por el contrario, condenó a Elsa, y ahora a Silvana, a quienes se las hizo pagar con su vida. Es que el fin de la justicia patriarcal aquí en Córdoba y en todos lados, es mantener y reproducir nuestra opresión, que siempre termina con nuestras vidas: nos niegan el aborto, en Córdoba, hasta en caso de violaciones, amparan proxenetas, liberan femicidas, violentos y violadores.  Por eso también las hermanas Jara (Bs. As.) fueron presas por defenderse de su abusador, y por eso en Tucumán, dejaron en libertad a los proxenetas de Marita Verón, como tantos otros ejemplos.

Es que la justicia actúa en conjunto con las políticas de Cristina y de De la Sota, que lejos de combatir la violencia, favorecen las condiciones para que se profundice. Tanto la Ley Nacional Contra la Violencia sancionada en 2009, que carece de presupuesto, como el “botón antipánico” de De la Sota son una farsa, mientras no accedamos a trabajo genuino y viviendas dignas,  para salir de la dependencia económica de los hombres. Y mientras más se agudice el brutal ajuste que viene aplicando el gobierno K hacia los y las trabajadoras, que empeora precisamente esa situación.

La prueba de que el gobierno y la justicia son responsables de estos flagelos, es que el número de femicidios y los casos de violencia se multiplican. Ya son nueve los femicidios en Córdoba en lo que va del año, el anterior es el de Carmen Leguizamón Zamora (de San José, interior de la Provincia),  cuyo asesino también continúa prófugo.  El año pasado fueron 26.

Ante esta escalada de violencia hacia las mujeres, mientras los violentos y los femicidas entran y salen impunes de las cárceles, desde Las Rojas creemos que el movimiento de mujeres tiene que tomar el ejemplo de los familiares de Florencia Rocío Rodríguez, quienes a fines del año pasado se movilizaron  para que este caso no quede impune ante los intentos de hacer pasar el femicidio por suicidio de la víctima; como también el de las compañeras de trabajo de Silvana Córdoba, que protestaron el lunes pasado en la puerta del Hospital Neonatal para exigir la captura inmediata de Molina y su encarcelamiento. Porque la única forma de acabar con estos flagelos es saliendo a las calles a luchar contra Cristina, De la Sota, y la justicia patriarcal responsables de los mismos.

 

¡Ni una muerta más, basta de femicidios y violencia hacia las mujeres!

¡Justicia por Silvana!

¡Captura inmediata y cárcel a Molina!

¡Destitución de los jueces que amparan femicidas!

 

Las Rojas Córdoba

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