Compartir el post "Hay que reabrir la lucha por la estatización de todas las fábricas ceramistas"
Luego de cien días de acampe, los obreros de Cerámica Neuquén decidieron poner en marcha la producción de la planta bajo las condiciones que se puedan, para salir del limbo con perspectiva de hambre y desempleo en que los dejaron José Luis Villafranca, propietario de la fábrica, y el gobierno de Sapag. Luego de la puesta en producción Villafranca buscó figurar públicamente como “el bueno de la película” mediante denuncias a través de la prensa, por lo que hay que estar atentos a nuevos episodios.
La lucha de los obreros de Cerámica Neuquén ha entrado en un nuevo estadio con este paso adelante, que abre nuevos interrogantes sobre el futuro de la fábrica a los que hay que dar respuesta.Este conflicto que desde el Nuevo MAS venimos apoyando y aportando en lo que podemos, también pone sobre la mesa las perspectivas más de conjunto de la experiencia ceramista de la región, ya que el destino de Zanon y Stefani en cierto modo están también ligados al de Cerámica Neuquén, como lo demuestra que estos últimos hayan empezado a recorrer un camino análogo a las otras fábricas hermanas.
La naturaleza del conflicto y el cuadro de la coyuntura
El conflicto se venía gestando silenciosamente desde varios años atrás, cuando luego de la renovación de la maquinaria por una con tecnología de punta en 2007, la producción fue cayendo paulatinamente. Con el paso del tiempo el deficiente mantenimiento que los obreros advertían y a lo cual la patronal hacía caso omiso, se fue cobrando con los ritmos de producción que obviamente fueron cayendo poco a poco. Se dejó de exportar (en el mejor momento se llegó a vender alrededor del 40% de la producción a Chile) y así hasta llegar a comienzos de abril de 2014 donde la planta quedó parada, aduciendo Villafranca la carencia de fondos para su sostenimiento, solicitando inversiones del Estado y debiendo a los trabajadores tres quincenas, premio anual y vacaciones, se mandó a mudar.
Esto ocurrió luego de los cuantiosos créditos otorgados por organismos estatales nacionales y provinciales con los que en el año 2007 se compró la maquinaria más avanzada que incrementó cerca de un 90% de la antigua capacidad de la fábrica[i] desde su fundación en 1978. El mismo Sapag estuvo presente en aquella inauguración que, no casualmente, iba a competir en el mercado contra Zanon, sin acceso a créditos y más atrasada tecnológicamente, atraso que arrastra al día de hoy. Villafranca agradecido no volvió a poner un peso en la fábrica, sacándole hasta la última gota de ganancia, hasta con el ahorro de la reinversión mínima para el mantenimiento.
Y no es que el gobierno provincial tenga mucho interés en el desarrollo industrial, claro. Digamos que en una provincia productora de gas que cuenta con su empresa provincial (Gas y Petróleo de Neuquén[ii]) las industrias que lo utilizan en gran escala como las ceramistas o cementeras se han visto intimadas numerosas veces al consumo mínimo de gas cada vez que asecha la crisis energética, es decir, casi todos los inviernos.
El cuadro se completa con la coyuntura política y económica del país, donde la tónica del año estuvo puesta en el ajuste normalizador del gobierno K a través del mecanismo devaluación-inflación y en una segunda etapa de racionalización, es decir, ajuste recesivo que implica contracción de la actividad económica con suspensiones y despidos. Esto último con objetivos económicos, pero también (y eminentemente) políticos: la “limpieza” del activismo ligado a la izquierda de las principales fábricas del país, para evitar que a la hora de ajustar pase lo que pasó en Gestamp: que los trabajadores se planten, y más estratégicamente, evitar que la clase obrera conquiste una dirección alternativa a la burocracia sindical que mantiene el monopolio sobre el movimiento obrero y que la recomposición que se viene desarrollando desde hace unos años amenaza con cambiar.
Particularmente en Neuquén, el gobierno de Sapag viene buscando debilitar y deshacerse de las expresiones independientes de los trabajadores como el ATEN dirigido por los sectores independientes, y los propios ceramistas. Ya señalamos el crédito habilitado a Cerámica Neuquén en 2007 que le competiría en el mercado a un Zanon que al día de hoy necesita grandes créditos que los gobiernos provincial y nacional traban para poner a la histórica cooperativa contra las cuerdas. Con respecto a los docentes, Sapag utiliza todo tipo de maniobras para debilitar al gremio, intentando dividir a los docentes con propuestas salariales diferentes para distintos niveles, cuestionando el derecho a huelga y haciendo campañas para poner en contra a los padres, presionando con punteros del MPN, etc.
Este es el escenario en el que empezó y continúa la lucha de los obreros de Cerámica Neuquén. Por un lado tenemos a una patronal débil y parasitaria que depende de las prebendas del Estado para mantenerse y ante la menor presión da media vuelta y se manda a mudar, como buen espécimen semi-colonial. Justamente, había trascendido en una de las reuniones de los obreros con la patronal en medio del conflicto que ésta pensaba vender los terrenos de la fábrica para una empresa petrolera que la utilizaría como estacionamiento de camiones. Sea así o no, al ocupar y poner a producir la fábrica tocaron el punto donde más le duele a Villafranca: ¿La producción? No, ya no le importaba mucho evidentemente; pero sí la Propiedad Privada.
Vayamos por la estatización bajo control obrero
Es este marco, los obreros dieron el correcto paso al frente de tomar la fábrica y ponerla a producir. Ante la total ausencia de una solución por parte de la patronal y el gobierno, los trabajadores tomaron finalmente la iniciativa, donde la primera está esperando que le llueva plata y el segundo estuvo todo este tiempo jugando al desgaste de los trabajadores, con la incógnita por su futuro laboral y el hambre de sus familias. Sin embargo, este paso adelante no es un cierre definitivo sino el inicio de un nuevo capítulo. Ya la patronal empezó a hacer su campaña mediática como ya señalamos al comienzo[iii]. Con la alegría de los compañeros por la reactivación de la fábrica debemos poner las cosas en perspectiva. Desde el Nuevo MAS ya lo hemos dejado expresado pero queremos insistir sobre todo por el estado actual de las cosas, que la perspectiva para Cerámica Neuquén no está desligada de los problemas planteados en Zanon que tiene que ver con las presiones inevitables de una cooperativa en el mercado capitalista, y que tampoco es una salida pedir que vuelva Villafranca, ya que es el responsable del vaciamiento de la fábrica y está demostrado su total desinterés de hacerse cargo de la situación o por lo menos va a actuar igual ante cualquier complicación. Si vuelve, es para pelear por otras condiciones de explotación, con los mismos trabajadores o con otros. Por eso, el camino que hay que tomar es la pelea por la estatización de las ceramistas bajo control obrero. Es una vía que nos permite dar respuesta no sólo a Cerámica Neuquén sino al conjunto de las ceramistas, dirigiéndonos a la raíz del problema: la incapacidad y desinterés de las patronales locales de hacer frente a las fluctuaciones económicas y la protección ante el mercado con la Estatización, bajo control de la única clase social con el interés y capacidad de mantener la producción: los obreros.
No hay manera de encontrar una salida al conflicto sin montar un escenario de lucha, porque claro que el gobierno no va a dar la estatización por la simple presentación de un proyecto de ley que vaya en este sentido. Hay que ganarle al gobierno la estatización poniendo en pie una fuerte campaña. Pero no vamos a avanzar ni un centímetro si las corrientes no damos una discusión a los trabajadores.
Al día de hoy prevalece en muchos trabajadores la idea de la vuelta del patrón, pero muchas veces no por nostalgia sino por rechazo o desconfianza a la experiencia de Zanon, y esto debe ser abordado seriamente. A nadie se le escapa que en Zanon hay un extendido pesimismo en la base sobre las perspectivas de la llamada Gestión Obrera que en momentos de dificultades financieras de envergadura como las que se están pasando, alimenta las tendencias en su interior de sumisión al gobierno nacional para la obtención de los créditos necesarios. Esto deja planteado con mayor urgencia el fortalecimiento de una perspectiva de independencia de clase paraZanon y buscar una resolución triunfante para el conflicto de Cerámica Neuquén; por eso planteamos la pelea por la estatización bajo control obrero de estas ceramistas incluyendo Stefani de Cutral-Co, aunando fuerzas en una lucha y movilización común para lo que contarán con el apoyo de toda la izquierda, sindicatos independientes y una amplia vanguardia.
Sin embargo, el PTS, corriente integrante de la Marrón, histórica conducción del sindicato ceramista, no ha dado un solo paso en ese sentido. Solo los trabajadores al frente de esta pelea pueden ganarla, pero para eso hay que encontrar el camino correcto que, si bien nada puede asegurar de ante mano una victoria, sí puede develar qué tipo de batalla estamos peleando: cuál es el escenario de la lucha de clases. Y esa tarea nos corresponde a los partidos de trabajadores. Por esto es que somos críticos del tipo de intervención del PTS durante largos años al frente de Zanon, quien entronizó acríticamente el lema de “Control Obrero” y lo propagandizó por doquier como la fórmula del éxito lograda por el PTS, sin advertir lo que realmente era, una experiencia muy importante pero una cooperativa al fin. Evidentemente no hubo correspondencia entre tanta propaganda hacia el exterior y el trabajo al interior de la fábrica, lo cual no ayudó a fortalecer la experiencia para enfrentar los desafíos que el ahogo presupuestario le pone delante.
El camino de la lucha de Cerámica Neuquén dio un necesario paso que es la puesta en producción, pero aúnno parece haber claridad sobre qué camino tomar. Si la patronal vuelve no va a dejar de ser el mismo parásito que fue hasta el día de hoy. Es verdad que habría otras relaciones de fuerza entre la patronal y los obreros en la fábrica, pero la experiencia de conjunto, de las ceramistas habrá perdido la oportunidad de mancomunarse en una perspectiva común, por la estatización bajo control obrero de las ceramistas y sería cuestión de tiempo de que vuelvan a plantearse los mismos problemas que se viven hoy u otros peores. En ese marco, las ceramistas neuquinas se ven en la disyuntiva de conquistar un horizonte común o navegar cada cual su propia tormenta, donde esta última opción rifa la pelea estratégica y desarma a este importante núcleo de la vanguardia obrera frente a los gobiernos patronales que les conviene que las fábricas tomen cada una un camino diferente.
Por lo pronto, saludamos a los compañeros de Cerámica Neuquén y nos ponemos a disposición para la continuidad de esta lucha que tiene que ganar.
Fernando Fabri
[i]http://www1.rionegro.com.ar/diario/economico/2007/09/02/8374.php
[ii] Empresa que ahora Sapag está muy interesado en mantener contra la nueva ley de hidrocarburos que impulsa el kirchnerismo para centralizar el manejo de las extracciones ante el boom de Vaca Muerta y las energías shale.
[iii]http://www.rionegro.com.ar/diario/dueno-de-ceramica-dice-que-busca-reactivarla-3080280-9701-nota.aspx