En el último mes y medio la AJB llevó adelante un Congreso ordinario y tres Congresos extraordinarios. El marco general que preocupa a los trabajadores viene dado por la entrada en la segunda fase del ajuste que implementa el gobierno de Cristina, gobernadores y políticos patronales de todos los colores; una fase signada por los despidos y las suspensiones, la inflación que no para de avanzar sobre los salarios, las paritarias sin atisbos de reapertura, más 300 mil cuentas sueldos que se dieron de baja en el Banco Nación y varias fábricas y plantas que cierran sus puertas dejando centenas de trabajadores en la calle. Sin embargo, las agrupaciones mayoritarias de la AJB discuten en sus congresos cómo mejor repartir los aportes de los afiliados, habiéndose resuelto recientemente aumentar el porcentaje de coparticipación para las departamentales. Nada más alejado de la realidad cotidiana que preocupa a los trabajadores.
El ajuste tiene su aplicación particular hacia el interior del Poder Judicial: el “aumento salarial” de este año ya se revela insuficiente, las condiciones de trabajo en las distintas oficinas son cada vez peores, la acumulación de trabajo por falta de personal y la extensión ilegal del horario laboral están a la orden del día, se intensifica la persecución de trabajadores vía direcciones de sanidad (control de ausentismo) y oficina de control judicial; y, ni hablar del Ministerio Público, donde los traslados arbitrarios y el autoritarismo son moneda corriente. Sin embargo, no fue preocupación central de ninguno de los cuatro Congresos la posibilidad de enfrenar este ajuste de manera conjunta con los distintos sectores que hoy se encuentran en la calle.
Es que la burocracia no sólo administra las medidas sino que de manera sistemática y criminal lleva adelante todos los artilugios para evitar que esas medidas sean unitarias. Mientras tanto, “hacen como que hacen algo” ¡para finalmente no hacer nada! Los torneos de fútbol, el turismo, las olimpíadas, las jornadas de capacitación y la coparticipación de los fondos de la AJB no deberían imponerse por sobre la verdadera agenda cotidiana de los trabajadores. Sin embargo, las agrupaciones que dirigen la AJB hacen todo lo contrario. Es que son absolutamente incapaces de mantener posiciones de independencia del Gobierno o los partidos patronales. Siendo claros, juegan para la patronal y el Gobierno.
Lamentablemente, la Agrupación Asociación, la Celeste, se ha unido a este grupo.
Sólo 24 horas después de posicionarse políticamente con el Gobierno nacional, decidiendo no parar sin molestarse en convocar a Asamblea para que sean los trabajadores los que decidan, han inaugurado en estos “Congresos” un acuerdo político con El Encuentro, votando juntos resoluciones acordadas con el hasta ayer vilipendiado Pérez Guillén, el que boicoteaba los planes de lucha, transaba, no paraba, truchaba asambleas y un largo etcétera. Estos acuerdos se ven reflejados en un «logro político» de la Celeste en la puja de espacios dentro de la estructura de la AJB: lo que la Celeste buscó fue asegurarse determinados lugares dentro de la orgánica de la AJB, tales como el Tribunal de Disciplina y la Junta Electoral, compartida con El Enkuentro.
Y es que la pérdida de la independencia política tiene una lógica de hierro: asumir como su principal tarea la defensa del Gobierno nacional, como si la inflación, el deterioro salarial, la devaluación, el impuesto al salario y los tarifazos no fueran una política nacional, los lleva a aliarse con el otro sector kirchnerista de la AJB.
Subordinan así los intereses de los trabajadores a sus posicionamientos políticos personales. Sus futuros acuerdos, ahora cruzada esta frontera, dependerán solo de las ambiciones personales de los dirigentes, porque han resuelto jugar en el mismo equipo que Pérez Guillén: el del gobierno K.
JUDICIALES CLASISTAS
LITSA GRIS CARLOS FUENTEALBA EN CTA