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La caída en el default selectivo el 30 de julio marco un punto de inflexión en la negociación con los fondos buitres. Hasta ese momento el gobierno mantuvo una larga negociación para tratar de llegar a algún acuerdo con ellos y poder pagarles sin que esto desate una ola de juicios de parte delos bonistas que habían entrado a los canjes de 2005 y 2010. Una vez que ese acuerdo naufragó (recordemos las idas y venidas de banqueros nacionales y extranjeros para adquirir la deuda de los buitres y renegociar con la Argentina), el gobierno trató de usufructuar en beneficio propio lo que era un hecho consumado. Trato de hacer pasar el default como una decisión soberana de la Argentina en contra de la usura internacional. El gobierno sacó un buen redito político de ese relato y como subproducto de eso se “encandilo” con sus propios fuegos de artificio que dejaron a la economía al borde de una crisis mayúscula fogoneada por una escasez de divisas que dejo al país al borde de una nueva devaluacion.

Pero que las negociaciones hayan entrado en un impasse, no significa que hayan terminado. En estos días han ocurrido dos acontecimientos: la votación en la ONU sobre avanzar en un nuevo marco regulatorio que normativice los acuerdos de deuda soberana, y, por el otro lado, la última resolución del juez Griesaemitida este miércoles 10 que parece aflojar la presión del país liberando el pago del vencimiento de fin de septiembre. Estos dos hechos ameritan poner un poco de luz para evitar confusiones.

El martes 9 de septiembre, en el plenario de la asamblea de la ONU, se votó por 124 votos a favor, 41 abstenciones y 11 votos en contra una resolución presentada por Argentina y apoyada por el G77+China indicando la necesidad de avanzar en un marco regulatorio que abarque los casos de reestructuración de la deuda soberana de los países. Es decir, proponer criterios sobre qué debería hacerse en caso de que algún país caiga en default y necesite renegociar con sus acreedores. La resolución apunta a ponerle algún tipo de limite a los fondos buitres que compran los bonos de esa deuda “impagable” por moneditas cuando no valen nada y después los ejecutan en algún tribunal de algún país imperialista por el valor nominal (es decir, por lo que valen formalmente) y pretenden cobrar la totalidad de la deuda. El problema de estos fondos buitres es que al ganar esos juicios, ponen en entredicho todos los acuerdos que se hayan alcanzado hasta el momento, lo que hace que toda reestructuración de deuda este permanentemente pendiente de un hilo a la espera que algún juez la voltee. Este es el caso de la Argentina. El gobierno había llegado a un acuerdo con el 93% de los bonistas (quienes dicho y sea de paso, también habían comprado los bonos al 0.8% de su valor y se conformaron con cobrar “solo” el 40-50% del valor nominal) y el fallo de Griesa en favor de los “buitres” hace que este tambaleando en el aire.

¿Pero qué significa esta votación? ¿Provoca que el falló de Griesa se anule? Nada por el estilo, ni cerca, aunque si le mete algún tipo de «presion» por el lado politico.

En realidad, la votación de la Asamblea de la ONU no tiene ningún efecto vinculante para nadie; es una declaración política pero sin consecuencias concretas. Recordemos que la Asamblea de la ONU ha votado innumerable cantidad de veces que Inglaterra tiene que sentarse a negociar con Argentina el conflicto de Malvinas, lo que no ha generado que nadie se digne a tomarlo en cuenta; o que en ese mismo ámbito cada año se apruebe una condena al bloqueo unilateral que sostiene Estados Unidos contra Cuba, y, a pesar de las manitos levantadas, el bloqueo continua ahí lo más hondo y lirondo. Es que la Asamblea de la ONU es un ámbito deliberativo y no efectivo, ahí todo es para la tribuna. El único organismo con algún peso efectivo es el Consejo de Seguridad, y allí las principales potencias (EE.UU., Rusia, Francia, China e Inglaterra) se reservan el derecho a vetar cualquier resolución que no es de su conveniencia. La ONU es una cueva de bandidos que tienen como único objetivo el cubrir con algún velo de legitimidad ficticia, los acuerdos e intereses de las potencias mundiales, y nada puede salir de allí en interés de los explotados y oprimidos.

Pero que la resolución no tenga efectos concretos, no significa que sea absolutamente intrascendente. La votación reflejo un problema serio que aqueja al sistema financiero internacional, lo cierto es que el imperio irrestricto de la propiedad privada pone en riesgo la viabilidad del mismo. Países como Grecia, España, Irlanda, Portugal e Italia necesitan reestructurar sus deudas, y esto se hace virtualmente imposible si cualquier acreedor irreductible puede hacer caer toda negociación.

Por otro lado sirvió como un respaldo diplomático a la posición de la Argentina en su negociación con los fondos buitres, y le marcó algún limite al juez Griesa quien empieza a ver que sus resoluciones tienen consecuencias que van podrían ir más lejos de la Argentina.

Prueba de esto es el segundo hecho que comentamos. El miércoles 10 hubo una nueva audiencia en los tribunales de Nueva York, allí los fondos buitres habían efectuado una serie de reclamos. Por una parte habían pedido que se frenen los posibles pagos que Argentina tendría que efectuar el próximo 30 de septiembre cuando se cumpla un nuevo vencimiento de los bonos reestructurados en 2005 y 2010 (recordemos que en julio pasado Argentina llegó a hacer el depósito en el City Bank de Nueva York, y Griesa solo atinó a impedir que el banco efectivice el pago a los acreedores, lo que después tuvo que matizar permitiendo el cobro a una serie de bonistas). Por otro lado, pidieron que se abra una investigación contra la Argentina por supuesta extorción contra el City Bank para forzar a este a no acatar el fallo de Griesa. El juez en esta oportunidad fue mucho más medido que otras veces y decidió patear la pelota para adelante. Por un lado se negó a sumar denuncias contra Argentina, lo que le abriría nuevas complicaciones, y por el otro se abstuvo de frenar un posible pago del gobierno argentina, alegando que hay que esperar a la decisión de la cámara de apelaciones de Nueva York que tienen que tratar el tema el próximo 18 de septiembre.

Que quede claro: esto no expresa que Griesa cambió de posición y que le quitó la razón a los fondos buitres. Simplemente significa que existe alguna posibilidad de que se flexibilice la situación y que Argentina podría llegar a pagarle a alguno de sus acreedores que tienen bonos con legislación europea o argentina, pero sobre eso habrá que esperar para ver qué ocurre.

 

Cuando la economía mete la cola

 

Pero mientras continúa el conflicto con los fondos buitres y la alta diplomacia se pasea por los salones internacionales, la realidad es que las consecuencias del default en la economía argentina no paran de hacerse sentir. Para que nadie caiga en errores, recordemos que sin afectar radicalmente los intereses de la burguesía y del imperialismo, no hay ninguna opción buena para la Argentina. Tanto el gobierno kirchnerista como la oposición patronal se están peleando por ver de qué manera pagar la deuda: unos quieren negociar un poquito y otros pretender firmar a libro cerrado. Y aunque las posiciones no son idénticas, son dos alternativas sacadas del mismo baúl de opciones burguesas pro imperialistas. La única alternativa a la altura de las necesidades del país y sus trabajadores, sería organizar una gran movilización popular por el repudio a la deuda externa tomando medidas revolucionarias como el monopolio del comercio exterior y la nacionalización de la banca, y poner las principales palancas de la economía argentina en manos de los trabajadores para sacar al país del atraso. Pero el gobierno estas años luz de tomar cualquiera de estas medidas: “optó” por el default selectivo para forzar una negociación algo menos desfavorable, que, sobre todo, no cuestione los dos canjes anteriores.

Pero en el ínterin de esta larga negociación, lo cierto es que el deterioro económico avanza a paso redoblado. Y si hasta junio, cuando ocurrió el fallo de la corte suprema de EE.UU. a favor de los fondos buitres, el gobierno tenía un plan que era ir cerrando los frentes externos pagando religiosamente a todo el mundo, ahora parece que va improvisando a cada instante cuál será su próximo paso. Es que la situación de deterioro amenaza con desbarrancar en cualquier curva cerrada que se avecine. En la base del problema está la penuria de dólares que atraviesa el país, Las reservas del Banco Central están en picada: en lo que va del año cayeronen 2200 millones de dólares, y de esos 600 millones se fugaron en las últimas 5 semanas.

El gobierno argentino parece haber encontrado algún respiro momentáneo por la vía del gobierno Chino quien le prestaría en yuanes (moneda china) el equivalente a unos 800 o 1000 millones de dólares de acá a fin de año, esto como parte del SWAP de intercambio de monedas para el comercial bilateral que acordaron meses atrás. Pero esto no deja de ser un parche que no modifica la situación más estructural y la clave de todo sigue pasando por cerrar algún acuerdo con los buitres y dar vuelta la página.

 

Cristina, los empresarios y Pignanelli buscan como limitar la crisis autpmotriz

 

En el contexto del deterioro económico señalado, en los últimos días el foco volvió a la industria automotriz, centro de la recesión y de los más grandes conflictos del ano: Gestamp y Lear.

La industria automotriz está atravesando una situación muy grave producida, por un lado, por la caída de las exportaciones a Brasil (principal socio comercial) como consecuencia de la desaceleración económica que atraviesa ese país; y por otro por el estrangulamiento a las importaciones que está realizando el gobierno para tratar de ralentizar la fuga de dólares, lo que genera que no puedan ingresar los insumos necesarios para la producción.

Para paliar en parte esta situación el gobierno lanzó semanas atrás el plan ProCre.Autos para financiar la venta de algunos modelos 0km en el mercado interno. Pero el plan del gobierno chocó con la especulación de las terminales automotrices que se niegan a gastar dólares en la importación de insumos para producir autos que se vendan en pesos en el mercado interno.

Ante esta situación, el lunes Cristina salio con “amenazas” a diestra y siniestra en una reunión junto a las patronales y el SMATA. Pero el miércoles cambio el tono y se sentó a negociar y llegó a un nuevo acuerdo con las terminales según el cual el plan ProCreAutose va a extender para las empresas que lo deseen hasta fin de año, y se va a permitir un incremento de los precios de alrededor del 5% a negociar caso por caso con cada marca.

Sin embargo, esta negociación no modifica la situación de miles de trabajadores que sienten y ven peligrar sus puestos de trabajo. El mismo Pignanelli, tuvo que reconocer que alrededor de 15.000 trabajadores del sector están suspendidos: sus declaraciones se parecen más a las de un gerente de alguna empresa que a las de un representante de los trabajadores, un gerente que, por añadidura trata de «delincuente» a todo trabajador de su gremio q ose salir a luchar!

Ante la parálisis del sector se mostró muy solicito con la especulación empresarial: «Hoy el Gobierno no tiene la capacidad para darles todos los dólares que necesitan. Ellos los dólares los tendrían que traer de afuera, y como cayó Brasil, que les permitiría cobrar en dólares, no quieren que crezca la producción local porque la tienen que vender en moneda nacional. Ellos están interesados en cubrir sus operaciones financieras en dólares».

Sin embargo,  frente a la urgencia de los trabajadores solo atino a repetir la vieja cantinela de junio cuando afirmo que todo era «pasajero» y que «en agosto estaría solucionado»: vaya solución cuando decenas de miles de trabajadores mecánicos están suspensiones y en las mismas pueden anidar despidos de magnitud!

La diferencia es que ahora afirma que el escenario «será transitorio hasta fin de año», y que después…. “habrá que ver cómo viene la cosa»…

 

Por el camino de las enseñanzas dejadas por Gestamp y Lear

 

En el editorial pasado señalábamos q el país quedo al borde de una nueva crisis general. La situación económica se ja complicado muchísimo dado el escenario recesivo, inflacionario y la escasez de reservas. Es apresurado saber si las novedades emitidas por Griesa pueden significar ahora q se afloja en algo la tensión y que el gobierno encuentra un margen para una negociación q haga, a la vez, bajar la presión sobre el dólar.

En todo caso, se vienen suspensiones masivas en el neumático y hay conflictos de importancia que aún no están cerrados del todo. Se trata de ir sacando lecciones de las grandes luchas que ha protagonizado la vanguardia independiente y la izquierda este año para prepararse para los nuevos giros que inevitablemente están inscriptos en la lógica de la actual coyuntura de agudiza miento de la crisis.

 

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