Por Rafael Salinas
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La masacre en la ciudad de Iguala,Estado de Guerrero, de 43 estudiantes, junto con otras muertes previas a esa matanza, han horrorizado a México y al mundo.
La mayoría de las víctimas eran alumnos de la escuela Normal Rural de Ayotzinapa. Como otras escuelas de ese tipo, esa Normal Rural tiene una larga tradición de activismo estudiantil y político de izquierda.
Recientemente, junto con compañeros de otras escuelas secundarias de México, habían emprendido una campaña contra la política educativa del presidente Peña Nieto, del PRI (Partido Revolucionario Institucional).Aplicando una “reforma educativa” neoliberal votada en el parlamento mexicano el año pasado, Peña Nieto está arrasando con la educación pública. Uno de sus blancos preferidos son las escuelas normales rurales. Su meta es la desaparición de esas odiadas escuelas, incubadoras de luchadores y militantes. Y sus estudiantes están en campaña para impedirlo. Entre ellas, la de Ayotzinapa se destacaba por la agitación que sus estudiantes llevaban a las distintas ciudades del Estado de Guerrero.
La masacre no fue, entonces, una casualidad. Sus víctimas fueron un grupo de estudiantes de esa Normal, que había viajado a la vecina ciudad de Iguala para hacer campaña contra la reforma educativa.
“En una de sus giras, el 26 de septiembre, dos autobuses repletos de estudiantes fueron detenidos en Iguala, al norte del Estado y balaceados impunemente por la policía resultando muertas seis personas, entre ellas tres estudiantes y un jugador de un equipo de futbol cuyo autobús pasaba por allí, además de una veintena de heridos. Los policías arrestaron a 43 jóvenes los subieron a sus camionetas y se los llevaron por rumbos desconocidos. Durante diez días los estudiantes permanecieron desaparecidos, produciendo un verdadero furor de enojo en las poblaciones de Iguala, Chilpancingo, Acapulco y otras poblaciones de Guerrero. Finalmente el 4 de octubre en la sierra vecina de Iguala se descubrió una fosa con una veintena de cadáveres, casi sin duda alguna pertenecientes a una parte de los estudiantes que fueron secuestrados, ultimados y luego quemados sus restos.”[[1]]
Esa matanza, habría sido ordenada por el presidente municipal de Iguala, José Luis Abarca Velásquez (hoy prófugo) y su esposa María de los Ángeles Pineda Villa. Ambos son jefes del cartel de narcotraficantes “Guerreros Unidos”, que además es difícil de distinguir de la policía municipal. Según describe un reportero del diario La Jornada de México, esta gente cuando lleva el uniforme hace de policía, y cuando se viste de civil trabaja de narco. La protesta estudiantil habría disgustado a la señora María de los Ángeles, que habría pedido a su esposo que acabara con ella.[[2]]
Para Abarca Velásquez no era una tarea novedosa. Según el diario La Jornada, desde hace años está acusado de numerosos asesinatos, entre ellos de molestos dirigentes agrarios.[[3]]
Y un episodio como éste, no es una “rareza” exclusiva de la ciudad de Iguala. En mayor o menor medida, sucede lo mismo en todo ese estado y en el resto de México.
Por ese motivo, ante los atropellos que deben soportar, se han multiplicado en Guerrero los intentos de sectores populares de armarse por su cuenta, mediante “autodefensas” y “policías comunitarias”. Pero han debido enfrentar la represión del gobernador del Estado, Ángel Aguirre Rivero. Uno de sus acciones más escandalosas ha sido la prisión de la comandanta Nestora Salgado, jefa de las policías comunitarias, que se plantó frente al narco-estado que encabeza Aguirre Rivero.
Un gobierno “de izquierda”
Quizás lo más increíble, y que mide el grado de putrefacción del aparato estatal y político de la burguesía mexicana, es que tanto el gobernador Ángel Aguirre Rivero como su alcalde en Iguala, José Luis Abarca Velásquez, que ordenó a su narco-policía la masacre de los estudiantes, son considerados “de izquierda”.
Efectivamente, ambos son dirigentes del PRD (Partido de la Revolución Democrática). En el sistema político “tripartito” que gobierna a la Estados Unidos Mexicanos, hay tres partidos principales: uno de “derecha”, el PAN (Partido Acción Nacional); otro, de “centro”, el PRI, que hoy ejerce la presidencia con Peña Nieto; y un tercero, “de izquierda, el PRD.
En el estado de Guerrero, paraíso de los cárteles de la droga, el PRD –“de izquierda”– gobierna desde hace largos años y Aguirre Rivero está en su segundo mandato.
Por supuesto, esta división de los tres principales partidos mexicanos en “derecha”, “centro” e “izquierda” es sólo política-ficción. Si quedada alguna duda, se desvaneció al inicio de la presidencia de Peña Nieto. Los tres partidos firmaron el “Pacto por México”, un acuerdo sobre el conjunto de las medidas de gobierno en el mandato de Peña Nieto, que abarca desde la destrucción de la educación pública hasta la entrega del petróleo y la privatización de Pemex.
¿Hasta cuándo…?
México es presentado por la propaganda imperialista como ejemplo de progreso y buen gobierno, donde no hay ninguna veleidad de desobedecer la voz del amo del Norte, como sucede en alguna medida en Sudamérica.
Efectivamente, el sometimiento a Washington de los gobiernos mexicanos, sobre todo después del NAFTA, el tratado de libre comercio con EEUU y Canadá vigente desde 1994, es abyecto. Sólo es comparable al de gobiernos como los de Colombia o Panamá. Simultáneamente, ese doble proceso de neoliberalismo y colonización, implicó una catástrofe social. Al no tener una salida revolucionaria, uno de sus resultados ha sido la descomposición social y política sobre la que florecen los cárteles del narco-tráfico y sus aparatos paramilitares que se engullen las instituciones “normales” del estado burgués.
La gran pregunta es ¿hasta cuándo va a ser tolerada por los trabajadores y el pueblo mexicano esta situación, donde es “normal” que una pacífica protesta estudiantil sea respondida con una masacre?
La ola de furia que despertó este crimen y las manifestaciones de protesta que estallaron en Guerrero y otros lugares de México, quizás indiquen que la paciencia se está agotando…
[1].- Manuel Aguilar Mora, “Matanza de Tlatlaya: PRI – Masacre en Iguala: PRD”, Correspondencia de Prensa, 07/10/2014.
[2].- “Esposa del alcalde, responsable de la balacera en Iguala”, PuntoxPunto, 07/10/2014
[3].- BlanchePetrich, “Desde 2013 se denunció que el alcalde de Iguala es asesino, pero lo dejaron suelto – Es responsable de la muerte de tres dirigentes de la UPEZ, acusa una de las viudas, La Jornada, 07/10/2014.