Varios compañeros de la CORREPI de distintas localidades del Gran Buenos Aires han recibido amenazas telefónicas y uno de ellos fue “asaltado” en su casa y apaleado. Todos ellos están relacionados con causas donde se juzga a personal de la policía involucrado en casos de “gatillo fácil”, como es el caso de la zona de Avellaneda y de Moreno o con conflictos obreros, como la zona Norte. Casualmente en los casos radicados en Moreno, se lograron avances, como el encarcelamiento de algunos de los responsables de estos crímenes. También allí los compañeros están impulsando la detención del policía prófugo, luego de ser condenado a 15 años de prisión, por el homicidio de Sergio Casal. El segundo caso, en pocos meses, de dos agentes que fueron sentenciados con severas penas, pidieron permiso para retirarse de la sala y… se los “tragó la tierra”.Ellos sí entran por una puerta y salen por la otra.
Estos hechos ponen blanco sobre negro, una vez más, el carácter de las fuerzas represivas, nada “progresistas” ni “humanitarias” que reprimen a los trabajadores, estudiantes y mujeres en sus luchas, que atacan a los jóvenes de los barrios más desprotegidos por el solo delito de ser pobres.
Desde estas páginas nos solidarizamos con los compañeros de la CORREPI e impulsamos, una vez más, la más amplia unidad de acción para parar los aprietes y amenazas a la vanguardia luchadora, a sus organizaciones y a todos los compañeros que salen a la pelea contra las lacras de este sistema explotador y opresivo.
¡Basta de aprietes y amenazas!
¡Por el desprocesamiento de todos los luchadores y la libertad de los presos políticos!