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Días pasados presenciamos una discusión entre militantes de izquierda y kirchneristas sobre la presencia de dirigentes del PO en un programa de entretenimientos. Pedimos disculpas si esto parece soberbio, pero la verdad, el curso que tomó el debate nos pareció un tanto estéril. Ni qué hablar de los kirchneristas, que no entendemos cómo se siguen espantando por el “derechismo” de otros cuando muy posiblemente voten la fórmula Scioli-Berni o alguna variante por el estilo en las próximas elecciones. Lo que nos sorprendió en este intercambio de insultos fue el “santo horror” de los militantes del PTS ante la ida de Pitrola y sus compañeros a ese programa, mientras le dejan pasar al PO, sin criticarlo, cosas mucho peores y más importantes, o directamente les hacen seguidismo, como cuando votaron a favor de Griesa con la derecha ultracipaya en el Congreso.

No es que la cuestión de la relación con los medios que entablan los partidos revolucionarios sea una cosa sin importancia. Al contrario, creemos que es un asunto de primer orden, y ya nos hemos pronunciado en estas páginas al respecto de la actitud nada clasista del PO cuando Pitrola apareció con la camiseta de la patronal de Crónica en pleno conflicto de los trabajadores con esa patronal. Justamente, creemos que a la hora de hacer críticas hay que diferenciar entre la simple tontería (como ir a un programa pedorro) y la actitud pro patronal que han manifestado las figuras del PO en ocasiones en que se juega su presencia en los medios. Y en esas ocasiones, el PTS no ha dicho palabra.

Por eso nos parece oportuno aportar a este debate la siguiente nota, que aunque fue escrita hace un par de semanas, se inscribe en la discusión más general sobre los límites que los revolucionarios deberíamos tener a la hora de la competencia por el “espacio vital” de los medios masivos de comunicación:

 

“De Walsh a Lanata”, la descomposición

 

El jueves 23 de octubre se inauguró una muestra sobre los últimos 40 años de periodismo en Argentina que se llama “De Walsh a Lanata”. Una podría esperar que en la puerta del lugar haya promotores que te regalan pañuelitos de papel, para el momento en que el derrotero del periodismo argentino señalado por semejante título te haga saltar lágrimas de desolación. Pero no. La muestra es creación de Luis Majul, el clima fue festivo, y la inauguración contó con “una concurrencia representativa de lo que será el espíritu del lugar: de izquierda o de derecha, jóvenes y consagrados, presidenciables y legisladores de pequeños partidos, todos se reunieron en un nuevo espacio que aspira a que aun gente que piense como piense pueda encontrarse para compartir un café, un libro, un proyecto” (Infobae, 24/10).

Majul dice haber elegido ese período porque “ha generado desde más de cien periodistas desaparecidos hasta el protagonismo social e influyente de Jorge Lanata”.

De los presentes, la que mejor definió este espíritu fue la periodista Silvia Mercado: “Lo que me encanta es que un tipo que se la jugó como Rodolfo Walsh, hace 40 años, sea valorado hoy en un momento que ha sido muy difícil para el periodismo. Me encanta que lo comparen con Lanata, porque Jorge Lanata también se la jugó, de otro modo, en democracia, en otra época, pero más fácil era pactar con el kirchnerismo, y él decidió seguir haciendo periodismo, como muchos de nosotros. Poner en valor hoy al periodismo nos da alegría”.

Entre la concurrencia empresarial estuvieron Fonteveccia, ceos de La Nación y Clarín, Pergolini. Entre los políticos, Macri, Massa, Binner, Cobos, De la Sota, Giustozzi y los esperables etcéteras de la oposición patronal. Los sojeros de izquierda Lozano y Solanas. Osvaldo Bayer, al que invitaron a hablar sobre Rodolfo Walsh y que no tiene una organización que lo ayudara a entender adónde iba, así que lo perdonamos. Y Néstor Pitrola, que está en una organización que se llama “Partido Obrero”. Así que no lo perdonamos.

Porque el diputado del PO, en lugar de explicarle a la gente que los que dieron su vida en ejercicio del periodismo revolucionario, como Walsh y “los cien desaparecidos” de los que habla Majul, son lo contrario de un mercenario miserable que le lambe las medias a cualquiera que le pague la merca, como Jorge Lanata, fue a ese antro a celebrar la aberración de juntar a desaparecidos con colaboradores y beneficiarios de la dictadura como el Grupo Clarín.

Aquí sus declaraciones: “El Partido Obrero tiene en sus filas muchos militantes periodistas, que no tienen nada que ver con el periodismo militante de La Cámpora, que es un conjunto de alcahuetes a sueldo. En tiempos en que tenemos instalado por el poder que tenemos una nueva Ley de Medios que democratiza la palabra, se ha demostrado que teníamos razón cuando decíamos que era una mera reorganización capitalista que es a dedo y en función de un capitalismo ligado al poder. Y como reflexión, lo que ha sido siempre nuestra posición histórica en defensa de la más amplia libertad de pensamiento, de la más amplia libertad de prensa, que nunca confundimos con la libertad de empresa, y que es para nosotros libertad de pensamiento del periodista. Creo que es el valor de esta muestra, en el sentido de reivindicar al periodista, independientemente de cuáles son los 40” (destacado nuestro).

Pitrola fue a denunciar a La Cámpora y la Ley de Medios, no en un debate con trabajadores de prensa, sino en pleno acuerdo con la patronal de los medios y los políticos patronales, de los que no se diferenció con una sola palabra. ¿Qué valor tienen las generalidades sobre “libertad de prensa” o “capitalismo” si se las dice brindando con Fonteveccia, que inició una causa penal para meter presos a los delegados de Perfil, justamente esos “militantes periodistas” que Pitrola se enorgullece de tener en su partido? ¿El espacio en los medios para hacer campaña electoral vale el precio de semejante claudicación?

“Reivindicar al periodista, independientemente de cuáles son”. Esas palabras de Pitrola tienen el mismo significado que las insignes estupideces de Silvia Mercado. Majul puso a Walsh a brindar con Lanata. Pitrola, en nombre de los delegados de Perfil, fue a “compartir un café, un libro, un proyecto”… con el patrón que los quiere mandar a la cárcel.

Los trabajadores de prensa del Nuevo MAS llamamos a las agrupaciones de trabajadores y compañeros del gremio a repudiar absolutamente esta muestra, reivindicando el periodismo revolucionario y a sus mártires, y repudiando a la dictadura, a sus cómplices en los medios y a los mercenarios presentes en ese evento.

Denunciamos además que los representantes de las patronales de medios allí reunidos, igual que las de los medios oficialistas, despiden trabajadores, censuran su palabra y persiguen a las internas independientes. Para denunciar a la ley de medios y la censura K, hay que ir a las luchas de los trabajadores, no a las fiestas del Grupo Clarín, aunque las primeras tengan menos prensa que las segundas.

 

Trabajadores de Prensa del nuevo MAS

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