Por: Karina González
Llegó el 20 de noviembre y con él, la tan esperada y comentada Cuarta Jornada de Acción Global por Ayotzinapa. En la mira; que tan grande y tan influyente iba a ser el paro nacional y las movilizaciones. El resultado; sobrepasado, aunque muchos medios lo subestimaron, la indignación fue más grande y centenas de miles de personas pusimos de cabeza al gobierno de Enrique Peña Nieto.
Tras un largo día en donde más de 200 universidades del país frenaron sus clases y grupos de mineros y trabajadores de Teléfonos de México en varios estados se unieron a las acciones por Ayotzinapa. Este nuevo paro nacional además de las consignas de la aparición de los 43, la salida de Enrique Peña Nieto del poder y castigo para todos los involucrados en el “Caso Iguala”, la sangre de Zapata inundó el país.
El 20 de noviembre México debía de “celebrar” 104 años de la Revolución Mexicana pero este año los mexicanos decidimos reforzar nuestra consigna de libertad, de lucha y de búsqueda de democracia. Zapata y Villa vivieron en las calles de México, ahora llevaban pancartas: “Todos Somos Ayotzinapa” y “Fuera Peña Nieto”. Los tradicionales desfiles de las ciudades este año fueron los principales lugares de protesta.
Cerca de 1 millón de personas en el Zócalo de la Ciudad de México, realizó un circulo perfecto, colocó un muñeco de dos metros de Peña Nieto y le prendió fuego mientras gritaban: “Va a caer, va a caer, Peña Nieto va caer”, jóvenes, adultos, mujeres y hombres de diferentes clases sociales y de diferentes edades pasaron de una consigna social a una exigencia política.
México pide la renuncia del presidente, y acorrala a Peña Nieto con manifestaciones, marchas y protestas lo cual deja clara su ilegitimidad y acumula puntos a su descrédito internacional. La protesta social en México tiene una exigencia muy clara: ¡Fuera Peña Nieto!
La familia presidencial se ha encargado de ponerle leña al fuego de la indignación, capítulos como: “La Casa Blanca”, (“humilde” mansión construida por la familia Peña Rivera y la cual esta a nombre de Angélica Rivera, quien en su comunicado “aclaró” que esa pequeña casa de Las Lomas con un costo de 7 millones de dólares, la construyó con el dinero que “Televisa” le pagó por 20 años de trabajo y un contrato de exclusividad durante su papel de primera dama). Llevaron a México a gritar el 20 de Noviembre ¡Echémoslo a como dé lugar!
¿A dónde va el movimiento?
Ayotzinapa fue un detonante de años de injusticias y violencia de Estado en México, y no es casualidad que en los últimos cuatro años más violentos del país en el centro del huracán este Enrique Peña Nieto.
México sabe que no basta con la fraterna solidaridad del EZLN porque lo que se requiere urgentemente es propuestas, ideas, análisis de perspectivas. No basta con la exigencia de la renuncia de Peña Nieto si el gobierno queda en manos de los mismos. La unión entre todas las resistencias, la confluencia como el 20 de noviembre de las protestas de masas, podría en cambio dar base a un comité unitario de organización de la protesta democrática que impulse unaverdadera asamblea constituyente democratica; que se apoye también en los gremios en lucha, las autodefensas guerrerenses, las organizaciones de base de todo tipo y en asambleas de cada comunidad, colonia o centro de trabajo.
Todo lo que ahora se ha ganado en México ha sido convocado por el gremio estudiantil, pero si queremos pasar de un movimiento de indignados a una rebelión de cambio político, es el momento de unificar fuerzas con otros sectores, es el momento de que el sindicato de maestros se una, los trabajadores de Petróleos Mexicanos, los obreros de las automotrices, académicos, mineros del país, sectores de clases bajas, clases medias, movimiento de mujeres. Es el momento de realizar una lucha colectiva.
El 1º de diciembre será el aniversario del segundo año de mandato de Peña Nieto y el segundo año consecutivo de marchas y protestas por su toma del poder, La Asamblea Interuniversitaria Nacional, está llamando a una Quinta Jornada Nacional por Ayotzinapa, la principal idea es paralizar DF, colocar de cabeza al gobierno. Este es el momento para no solo parar escuelas sino también parar carreteras, aeropuertos, empresas, y llevar una huelga colectiva de 24 horas en todo el país.
La principal meta de este nuevo movimiento es no desesperar, no caer ante la represión y construir un movimiento que logré la expulsión de Peña Nieto del poder y que además genere alternativa políticas para el país desde los oprimidos.
Un México entre gringolandia y la libertad
Aunque ya venía pasando, el 20 de noviembre fue el momento para recordar lo peligroso que es Peña Nieto cuando se siente acorralado. Solo recordemos su actuación en Atenco y su manera muy al estilo Díaz Ordaz de imponer el terror del Estado para ganar.
Hoy México es un país integrado a Estados Unidos por lo que la crisis política que se vive también es un problema interno para Washington.
¿Estados Unidos podría intervenir? Ya lo está haciendo y lo hará cada día más si no debilitamos su poder en el país. Una posibilidad de crisis-política en México es que las clases dominantes busquen un remplazo transitorio para Peña Nieto con el apoyo de Washington. Lo cual no es una solución, no es lo que México necesita, pero si es lo que los gringos podrían decidir. Gringolandia no quiere perder el petróleo mexicano, ni su máximo control de empresas transnacionales. La alternativa es a la inversa, México debe imponer un cambio político y social que rompa la actual sumisión a Estados Unidos.
Sabemos que las movilizaciones de los indígenas y los trabajadores ecuatorianos derribaron tres presidentes, los trabajadores en Brasil impusieron la renuncia de Collor de Melo en 1990, que el caracazo abrió el camino a la liquidación del poder de la oligarquía venezolana y el pueblo boliviano echó al presidente Sánchez de Losada y despejó el camino a elecciones limpias y a una asamblea constituyente. Mientras las masas estuvieron en las calles, los capitalistas sintieron que perdian en buena medida el poder político.
México necesita una alternativa de transición con un gobierno no de los partidos del régimen sino de representantes que convoque elecciones generales limpias y una asamblea constituyente que anule todas la leyes antinacionales, antilaborales, liberticidas y retrógradas impuestas por la alianza entre el PRI, el PAN y el PRD que solo responden a los beneficios gringo y las exigencias de las trasnacionales.
El próximo jueves 27 de noviembre el Presidente dará anuncios importantes, se deduce que por la situación actual Peña Nieto realizará cambios en su gabinete así como en el sistema de justicia. Si esto sucede podremos asegurar que el país no cambió y que las reformas se van ir por el escusado. Debemos seguir en las calles hasta conseguir lo que necesitamos y esta lucha se merece.