Norma Bustos, de 53 años, quien fuera asesinada el pasado 20 de noviembre, era mamá de Lucas Espina (25 años), un joven de Tablada, barrio sur de Rosario que el año pasado fue acribillado por una banda de narcos. A raíz del asesinato de su hijo Lucas, Norma salió a denunciar y hacer público el accionar de las bandas narcos que operan en su barrio y a exigir justicia por su único hijo. Los implicados por el crimen de Lucas son los hermanos Milton y José Damario, a su vez responsables del asesinato de Carlos «Pájaro» Cantero, uno de los jefes de las principales bandas narcos (la «Banda de Los Monos») que se disputan el control territorial de la zona con la total impunidad garantizada por la Policía santafesina. Norma Bustos fue una de las tantas voces que se alzaron asfixiadas por la descomposición social y la desesperante situación que se vive en los barrios pobres a merced de las redes narcos, la connivencia policial y el amparo del poder político del PS, con Bonfatti a la cabeza. El testimonio de Norma fue clave para procesar a los hermanos Damario, y en ocasión de ese procesamiento había declarado a la prensa: “Si el infierno existe, yo vivo en el infierno desde que me mataron a mi hijo. Quiero justicia por mi hijo, no venganza”. La investigación posterior demostraría que no había relación alguna con su hijo Lucas y que los narcos lo habían matado por error buscando ajustar cuentas con «Joell», otro pibe del barrio. Aun siendo testigo clave y amenazada como otros tantos casos de personas que se animaron a denunciar a la narco-policía, Norma no tenía ningún tipo de protección especial del Poder Judicial y trabajaba en el kiosko que funcionaba en su domicilio, cuando unos supuestos clientes vinieron a matarla en plena hora de la mañana. Por supuesto que hay personas del barrio que podrían testimoniar sobre el trágico hecho, pero el temor a la represalia narco y la desprotección total del Estado y el Gobierno hacen que gane el miedo.
Frente a la Policía de Bonfatti que tortura y asesina a jóvenes como Franco Casco, deja escapar 32 de delincuentes de la Comisaría 15ª, como la semana pasada, pero no duda cuando se trata de reprimir a los trabajadores y el pueblo en lucha, hay que impulsar la más amplia movilización popular para exigir justicia para Norma y Lucas, y cárcel a los asesinos y sus encubridores, junto con el desmantelamiento de todo el aparato represivo que tanto el gobierno del PS como el kirchnerismo sostienen, pese a las «puestas en escena» de “limpieza narco” que Berni, Bonfatti y compañía montan cada tanto, para que todo siga igual y peor. Sobre todo peor para los trabajadores y el pueblo que queda en medio de la guerra de los narcos y la total impunidad para operar que le garantizan este Estado y este Gobierno.
Nuevo MAS – Rosario