Nuevamente el Puente Pueyrredón volvió a ser el epicentro de unos de los principales piquetes con los cuales un conjunto de organizaciones  intentamos que el paro convocado por la burocracia sindical tenga un carácter activo, tome un programa reivindicativo con todos los problemas que afectan a los trabajadores, y a su vez sea un puente para la exigencia de la continuidad y profundización de las medidas de lucha.

Desde muy temprano se percibía que el paro iba a tener un alto acatamiento. Independientemente del uso que la burocracia sindical pretendía darle, en su juego de posiciones en relación al gobierno que venga; el descontento por la pérdida del poder adquisitivo, porque la guita no alcanza, se expresó con la gente quedándose en su casa. El objetivo de los piquetes incluye ser una cobertura para todos aquellos trabajadores que quieren parar, pero su gremio no adhiera o  la patronal apriete. Así es que desde muy temprano el Nuevo MAS, como en oportunidad de los paros anteriores, estuvo a la cabeza del corte y posterior subida al puente, con una columna compuesta por compañeros de diversos gremios industriales, estatales y enfermeros del Htal. Argerich; y con el agite de la juventud de Ya Basta! que se templa al calor del apoyo a la lucha de los trabajadores.

La jornada transcurrió en total tranquilidad. Entre las delegaciones obreras se contaban los compañeros de Honda y Calsa, quienes pelean por su reincorporación. Luego de un pequeño acto de cierre, se levantó el corte, con el entusiasmo de haber concretado una gran medida de lucha que pone los reclamos obreros en la agenda nacional.

 

Maxi Tasan

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