Por Claudio Testa



 

 

“El viernes [20 de febrero] dimos un paso decisivo, dejando atrás la austeridad, los rescates y la troika… Hicimos fracasar el plan de las fuerzas conservadoras en Grecia y en el extranjero para asfixiar a nuestro país y demostramos que Europa es un espacio para la negociación y los compromisos beneficiosos para las partes.” [Tsipras, discurso por TV al otro día de firmar los “acuerdos” con el Eurogrupo, Agencia EFE, 21/03/2015].

 

No sabemos si el líder de Syriza creía realmente lo que citamos. Pero fue con esas palabras que anunció al pueblo griego la firma del acuerdo con el Eurogrupo hace dos meses. Un acuerdo histórico que dejaría “atrás la austeridad, los rescates y la Troika…”

 

En estos dos meses largos, no sólo no quedó atrás la austeridad, sino que la “Troika” (la Comisión Europea, su Banco Central y el FMI) –rebautizada como las “instituciones” o el “Grupo de Bruselas”– han ido poniendo de rodillas al gobierno griego y a su super-negociador, el pintoresco ministro de Finanzas, Yanis Varoufakis, que iba a las reuniones sin corbata, montado en una fabulosa moto Yamaha… y se permitía exabruptos irrespetuosos.

 

La última humillación, ha sido la de imponer a Tsipras el cuasi-despido del Batman de las finanzas, y su reemplazo por funcionarios “normales”. Esos que usan corbata, van en automóviles oficiales… y su costumbre es decir “sí señor” a los amos sin hacer alharaca.

 

Este es un detalle que puede parecer formal o de secundaria importancia. Sin embargo no es así. Que en una “negociación” una de las partes imponga quién debe representar a la parte contraria, es una señal indudable de cómo va la cosa.

 

Y la cosa, desmintiendo el País de la Maravillas que intentó vender Tsipras después de firmar la capitulación de febrero, va muy mal para los intereses de los trabajadores y el pueblo griego.

 

A pocos días de firmado el acuerdo de febrero, el BCE (Banco Central Europeo) dispuso prohibir a Grecia la emisión bonos para conseguir fondos, en momentos en que el Estado griego estaba en peligro de cesación de pagos. Esta medida es como si a una persona con dificultades para respirar, el médico, en vez de darle oxígeno, pone su cabeza en una bolsa de plástico.

 

Asimismo, Grecia debía recibir una cuota del pendiente del “rescate” europeo, de unos 7.000 millones de euros, que fue inmediatamente “trabado” por la UE.

 

La respuestas sucesivas del gobierno de Tsipras fue la de ir de retroceso en retroceso. Syriza había anunciado poco antes de las elecciones que destinaría como mínimo 2.000 millones de euros para paliar la catástrofe social causada por los “planes de austeridad” impuestos por la troika. Después de los “beneficiosos” acuerdos de febrero con Bruselas, a esa cifra se le tachó un cero: serían sólo 200 millones. Y ahora… hasta eso está en veremos…

 

Lo de las privatizaciones ha sido un verso parecido. Las promesas de Syriza de no seguir rematando a Grecia por monedas, e incluso anular algunas de las privatizaciones más escandalosas, como las de los puertos, se han revertido.

 

También, obedeciendo lo firmado el 20 de febrero, el gobierno de Syriza ha presentado –repetidas veces y cada vez más larga– la lista de “reformas” neoliberales que exige la Troika.

 

“Corriendo el arco”

 

Pero los amos de Berlín y Bruselas vienen rechazando una y otra vez esos planes de “reformas” neoliberales. Siempre los desestiman por “insuficientes”. A Syriza le van “corriendo el arco” con más y más exigencias. Las últimas fueron en la cumbre de la Unión Europea realizada días atrás en Riga, capital de Letonia… y allí se habría producido el estallido de Varoufakis que motivó su despido…

 

Fue toda una provocación. Como ya señalamos, la Troika, violando los acuerdos previos asumidos con Grecia, le prohíbe emitir bonos de deuda. Además no le desembolsa la cuota de 7.000 millones de euros del “rescate europeo, que debe a Grecia. Al mismo tiempo, corre a Grecia con una lista que pagos que debe cumplir sí o sí. Ya semanas atrás, el gobierno de Tsipras hizo uno de 450 millones de dólares al FMI. Para eso vació las cajas de distintos organismos del estado, incluyendo de la salud pública, municipios, etc. Y los vencimientos de los próximos meses son muchísimo mayores.

 

En esa situación, los buenos muchachos de la Unión Europea y el FMI, le habrían dado en Riga la solución a Varoufakis: dejar de pagar por dos meses los sueldos de los empleados públicos y las jubilaciones y/o hacerles una drástica rebaja…[1] Mientras tanto seguirían estudiando los “planes de reforma” del gobierno Tsipas… a ver si los aprueban algún día…

 

Ya los anteriores gobiernos habían aplicado recortes de salarios y jubilaciones. Pero ahora una medida como ésa implicaría el suicidio político de Syriza.

 

Ilusiones que matan

 

En un artículo anterior –“Nuevos ‘aprietes’ y medidas de chantaje de la UE ponen todo en cuestión” (Socialismo o Barbarie Nº 323, 19/03/2015)– habíamos observado cómo se estaba deteriorando la montaña de ilusiones en la Unión Europea y las posibilidades de “reformarla” u obligarla a “portarse bien” mediante presiones puramente electoreras y en los marcos del régimen.

 

Subrayamos también el cuidado del gobierno de Tsipras en mantener desmovilizados a los trabajadores y las masas populares. Esto se facilitaba porque estaba acompañado de una gran popularidad, incluso mucho mayor que los votos logrados en las elecciones del 25 de enero. Pero esto ha comenzado a cambiar por la izquierda y por la derecha.

 

Por la derecha, porque la situación no mejora, el gobierno está en un impasse porque apostó todas sus fichas al acuerdo con la Troika, ese acuerdo tiene exigencias suicidas, y desde todas las capitales europeas y también desde el establishment de Grecia y sus medios, arrecia la campaña contra los izquierdistas irresponsables que están llevando al apocalipsis. Pero también, por la izquierda, porque comienzan las protestas de sectores de trabajadores, aunque esto no es masivo aún. Es que las medidas tomadas por el gobierno, de vaciar las cajas de todos los organismos del estado para hacer frente a los pagos a los usureros y otros gastos repudiables, empieza a generar malestar.

 

En un artículo anterior, informábamos las protestas iniciadas en el sector de la salud pública (“Trabajadores de la salud rechazan seguir pagando la deuda”, Socialismo o Barbarie Nº 327, 16/04/2015). Desde varios hospitales de Atenas, se realizó también una marcha al Ministerio de Salud. Costas Kadarachias, el dirigente de la organización sindical de uno de los hospitales, resumió así la situación: “La mayoría de los trabajadores votamos por Syriza para terminar con la austeridad impuesta a Grecia. Pero no podemos seguir esperando a lo que haga el gobierno. Nuestros problemas cada día son peores. Los hospitales no tienen personal ni fondos suficientes, no hay medicinas, muchos de los servicios están cerrados.”

 

Otras protestas han comenzado entre los trabajadores de los puertos de El Pireo y Tesalónica, también en su mayoría votantes de Syriza. Es que el regalo del nuevo gobierno es la privatización de esos puertos con los usuales despidos, cuando les había jurado lo contrario.

 

El haber votado por Syriza, no garantiza a Tsipras la pasividad de los trabajadores. Por el contrario, puede transformarse en un incentivo para la protesta al sentirse estafados. Y este sentimiento va generalizarse, en la medida que el gobierno de Syriza siga no sólo apostando a un acuerdo por arriba con los vampiros de la Troika, sino que pretenda continuar con los gastos escandalosos del estado patronal.

 

Es que, cuando el gobierno estaba rascando hasta el último euro de las cajas de los municipios y otros organismos del estado para pagar 450 millones de euros al FMI, se anunció  el inicio de maniobras conjuntas en el Mediterráneo de las flotas de EEUU, Israel… y Grecia, en abril. La participación en ese “ejercicio” con los barcos de esos estados genocidas, le costará a Grecia más de 500 millones de euros!!!.[2] Al mismo tiempo, están en peligro el pago de los salarios a los estatales y retirados.

 

¡El gran desafío es si todo eso se va a volcar políticamente hacia la izquierda del gobierno!

 

Notas:

1.- Robin Emmott and Ingrid Melander, «Euro zone warns Greece no cash till full reform deal», Reuters, Riga, April 24, 2015.

2.- “Bosses demand Syriza makes more ‘reforms’”, SW, 21 April 2015.

 

 

 

¿Por qué tanta hostilidad contra el mini-reformismo de Tsipras?

 

El curso de los acontecimientos ha confirmado que la política de Tsipras hacia la Unión Europea –con eje en la ilusión de “reformar” ese engendro de las burguesías imperialistas del continente– sería inevitablemente un “tiro por la culata”.

 

¿Pero por qué tanta saña con un gobierno que se dice “radical”… pero que en los hechos ha apostado todo a la conciliación, a desmovilizar y a hacer “buena letra”? ¿Por qué no le toleran ese modesto “asistencialismo de la miseria” que calmaría las aguas en Grecia y que, después de todo, no saldría tan caro? 200 millones de euros para hacer un asistencialismo que podría asegurar la paz social, son moneditas comparados con los miles de millones de las deudas, los gastos militares y otros rubros.

 

Pero, como señalábamos dos meses atrás en el artículo ya citado (“Nuevos ‘aprietes’…”) sería un error garrafal pensar eso, que es además lo que está en la cabeza del reformismo europeo.

 

Cualquier concesión que se hiciese a Grecia, desataría una ola de reclamos similares en todo el continente. ¿Es que se van a quedar tranquilos en España, Portugal, Irlanda, Italia, etc., etc.? Esto va totalmente en contra del rumbo unánime del capitalismo europeo desde hace tiempo, de recuperar la “competividad” internacional liquidando, más rápido o más despacio, las concesiones hechas a los trabajadores durante el “estado de bienestar social” de posguerra.

 

¿Cómo, por ejemplo, el gran capital de Francia y su gobierno, el social-liberal Hollande, pueden permitirse aflojar un milímetro a Tsipras, cuando en su país están luchando por imponer la Ley Macron, que amenaza regresar a los trabajadores a los tiempos de pre-guerra o, incluso, del siglo XIX? ¡Eso es lo que necesita el capitalismo francés para recuperar competitividad!

 

No hemos vuelto aún a una época revolucionaria. Pero, tampoco, por lo menos en Europa, son tiempos de reformas. ¡Les resultan intolerables a los de arriba! Por eso, el modelo político electoralista-reformista que representan Syriza, Podemos y otros por el estilo, obtiene entre poco y nada.

 

Tal como está las cosas, sólo las luchas, sólo la movilización independiente y revolucionaria de los trabajadores, tiene posibilidades de lograr algo.

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