En Metalsa, fábrica de chasis para camionetas Volkswagen, Toyota y Ford, y en el movimiento obrero en general, la persecución no es una novedad. Toda la patronal y la burocracia sindical tomaron nota y se le encendieron todas las alarmas luego de los conflictos de Gestamp y Lear y comenzaron una casa de bruja de opositores, díscolos y no orgánicos. Así fue que el año pasado la UOM le revocó de manera trucha los mandatos a un delegado independiente.
Pero esa situación ha dado un salto, desde hace algunas semanas se vive un clima de suspensiones, despidos y persecución: todos los días se conocen dos o tres nuevos compañeros que quedan en la calle. La patronal aprovecha estos momentos de relativa baja de la producción en las automotrices para apuntarle a todo aquel que alguna vez haya pensado distinto y osado oponerse a algún plan patronal, ni qué hablar de los compañeros que se enferman por las condiciones de trabajo.
En este contexto, las suspensiones meten miedo y disciplinan: cualquiera sabe que, en caso de despido, las posibilidades de conseguir trabajo hoy no son las mismas que hace algunos años. Pero también, los despidos a cuenta gota sacan de la fábrica a los mejores compañeros. Esto es lo que están intentando hacer con el compañero Serrano, que luego de sacarle el cargo de delegado lo quisieron sacar de su puesto habitual y luego lo suspendieron. Hay que parar este accionar mancomunado de la empresa y la UOM.
Hay que exigirle a la UOM que rechace las suspensiones y los despidos y también que deje de perseguir a los compañeros opositores. La UOM ataca el derecho democrático de los trabajadores de elegir a quienes quieran.
PARITARIAS EN EL PANTANO
No es casual que esta ofensiva patronal se dé en el marco de fallidas negociaciones paritarias donde las patronales se apoyan en el propio gobierno nacional que fija techos bajísimos para nuestros salarios ¡En el caso de la paritaria metalúrgica quieren hacer firmar por abajo del 25% y en cuotas!
Caló estuvo tres semanas dando vueltas para llamar al paro, finalmente lo convocó para que el Ministerio le declare la conciliación obligatoria. Está claro que la UOM no quiere parar pero tampoco puede firmar la burla que le ofrecen las cámaras y el gobierno. Hay que exigirle e imponerle a la UOM que deje de dar vueltas y que convoque en todo el gremio a asambleas de base para discutir, en primer lugar, si se acata o no la conciliación obligatoria y segundo, un verdadero plan de lucha, por un 35% en una sola cuota. La pelea por salario es también contra las suspensiones, los despidos y la persecución.
Si queremos romper el techo salarial que nos imponen las patronales y pelear por mejores condiciones de trabajo, el sindicato debe ponerse al frente, en primer lugar, de la defensa de todos los puestos de trabajo, sean de compañeros oficialistas u opositores. Y no vamos a conseguir nada ni depositando confianza en un gobierno que quiere paritarias a la baja, ni acatando pasivamente sus conciliaciones obligatorias. ¡Asambleas, paro y movilización ya!
Corresponsal