Scioli, Macri y Massa son los candidatos del ajuste que viene

Necesitamos una alternativa para los trabajadores, las mujeres y la juventud

 

¿Qué diferencias tienen entre sí los tres candidatos que aparecen como posibles presidentes en 2016? Detrás de los estilos personales y colores de propaganda, sus programas de gobierno tienen todos el mismo título: ajuste. Ya sabemos de sobra lo que eso significa: los trabajadores vamos a perder. En el fondo, la única diferencia entre estos candidatos es el ritmo al que van a darnos el zarpazo al bolsillo.

Macri amenaza con un plan de “shock”: liberar el dólar, liberar los precios, liberar todo lo que es ganancia capitalista, menos el salario y los presupuestos para salud y educación, a los que va a “encarcelar”. Y todo de golpe, aunque la gente proteste.

Scioli es más realista y más cauteloso: “El país no necesita un ajuste, yo soy gradualista”, dice el ex motonauta como para tranquilizar a la gente. Pero si no va a haber ajuste, ¿qué es lo que hay que “graduar”? Esta frase confusa, típica del manual para empaquetar votantes, sin embargo dice algo de verdad: el candidato oficialista se dispone a aplicar un ajuste “en cuotas”: hoy te saco un subsidio, mañana te saco unos puntos más de salario en las paritarias, midiendo a cada paso la reacción de los trabajadores: eso significa ser “gradualista”.

Y ahí terminan las diferencias. En los dichos de los candidatos y sus equipos económicos, en los reportajes y conferencias que están dando todos los días, se repiten las mismas propuestas:

“Sinceramiento del cambio”: significa un salto en la devaluación, con el consecuente aumento de precios de muchos productos, o sea un saque al salario por la vía de la inflación.

“Alentar la inversión”: bajar los costos laborales, hacer que el trabajador le cueste menos a la patronal, aumentando de los ritmos de producción y con ellos la enfermedad, los accidentes, los aprietes de los supervisores en las empresas. Y también aumentando la desocupación, porque esa es la manera de hacernos agachar la cabeza a todos.

“Recomponer la relación con el mundo”: terminar de arreglar con los buitres, no para declararnos libres y soberanos, sino para empezar a pedir prestado otra vez, volviendo a endeudar al país para beneficio de capitalistas nacionales y extranjeros.

Estas son las medidas que la UIA y toda la patronal capitalista le está pidiendo al próximo gobierno, sea quien sea, y los tres “presidenciables” van de reunión en reunión asegurando que las van a cumplir.

 

Candidatos de la lucha contra el ajuste

 

Ya tenemos un botón de muestra de lo que puede llegar a ser la situación social y política en 2016: el gobierno K acaba de imponer, de forma abierta y brutal, un techo salarial a las paritarias que todo el mundo considera insuficiente para equilibrar la inflación. La mayoría de los gremios, atados y amordazados por los dirigentes sindicales traidores, agacharon la cabeza y aceptaron. Pero la gran huelga de los aceiteros logró romper ese techo, con métodos de lucha fuertes y decididos marcando el camino que deben seguir los trabajadores para imponer sus reclamos.

El anuncio de próximos “terremotos” políticos no sólo se ve en el terreno de la pelea salarial. La enorme respuesta popular a la convocatoria “Ni una menos”; las puebladas en repudio a los femicidios; la rebelión de estudiantes que expulsó al juez Piombo (el protector de violadores) de las universidades y de la Justicia, muestran que en la lucha por los derechos de las mujeres hay un clima de “decir basta” que también está contribuyendo a complicarle al gobierno lo que iba a ser una “tranquila retirada” sin muchas olas.

En el Nuevo MAS creemos que la pregunta que ya se están haciendo muchos ante el cambio de gobierno, ¿qué va a pasar desde el año que viene con nuestras condiciones de vida?, se decide también en la suerte de luchas como estas.

Las mejoras de la década K no se debieron a la buena voluntad de Néstor y Cristina, sino a la rebelión popular del 2001 que “convenció” (a la fuerza) a la clase patronal de cambiar su plan económico de hambre y miseria.

Ahora tendremos que volver a enfrentar a los de arriba, que esta vez, frente a la crisis económica, están dispuestos a hacer lo que sea para seguir obteniendo las inmensas ganancias que obtuvieron estos años, haciéndonos pagar esa crisis a los trabajadores.

Los tres candidatos del ajuste están dispuestos, cada uno a su ritmo, a garantizar las ganancias de esas patronales.

Desde el Nuevo MAS participaremos en estas elecciones para presentar una alternativa a los candidatos del ajuste. Un aporte para fortalecer a los protagonistas de las actuales y próximas luchas contra los ataques de la patronal y el gobierno.

Esos protagonistas son la nueva generación de trabajadores que sale a pelear y no se resigna frente a las entregadas de los viejos dirigentes, la nueva generación de mujeres que lucha en las calles y le exige sus derechos al Estado y al gobierno, la juventud que se hace presente en todas las peleas.

Nuestros principales candidatos, Manuela Castañeira y Jorge Ayala, son genuinos referentes de esas luchas, y dan un paso yendo más allá: planteando que los de abajo debemos llevar nuestras peleas al terreno político construyendo una alternativa socialista.

Acompañanos con tu voto para romper el piso proscriptivo del 1,5% en agosto y que los reclamos de los trabajadores, las mujeres y la juventud lleguen a octubre.

 

 

Adelante con una nueva generación de luchadores

 

Manuela Castañeira se ha convertido en referente del movimiento de mujeres a partir de las luchas que Las Rojas hemos dado por el derecho al aborto no punible en diversos hospitales, por justicia en muchos casos de femicidio y abusos, y siendo parte de la convocatoria a las movilizaciones nacionales por el derecho al aborto.

Y sobre todo, denunciando permanentemente al gobierno K, que a pesar de su careta progresista, se alió con la Iglesia para negarles sus derechos a las mujeres.

Manuela está presente también en las luchas de los trabajadores, llevándoles el apoyo de nuestro partido y construyendo la unidad del movimiento de mujeres y la juventud con el movimiento obrero, porque creemos que todos los explotados y oprimidos tenemos el mismo enemigo: los gobiernos que defienden los intereses de los de arriba.

Hoy Manuela es parte de un proceso que se ve en varios países del mundo: la entrada de jóvenes luchadores a las primeras filas de la política, encabezando importantes movimientos y listas electorales.

Jorge Ayala es obrero del neumático en la fábrica Fate desde hace casi 20 años. En el 2008, como parte de la rebelión de los trabajadores de dicha fábrica contra los abusos de la patronal y las entregadas de la conducción sindical, fue elegido delegado, y desde entonces encabeza uno de los procesos más importantes de organización de ese nuevo movimiento obrero que se enfrenta a la dirigencia sindical vendida, a la explotación de las patronales y a los ataques del gobierno K.

Esas experiencias de lucha lo llevaron a acercarse al Nuevo MAS y a ser uno de sus principales referentes obreros. Su candidatura expresa la misma convicción que lo ha llevado a la militancia en un partido de izquierda: los trabajadores tenemos que hacer política, tenemos que romper con la lógica del peronismo de que somos “la columna vertebral” y a la cabeza están siempre los representantes de los patrones.

Tenemos que prepararnos para gobernar, aprendiendo en cada lucha a construir nuestras propias organizaciones políticas y de lucha, independientes del Estado que representa a los patrones.

 

Necesitamos un plan económico de los trabajadores

El 9 de agosto se realizará la primera ronda (PASO) de la elección presidencial. Scioli, Macri y Massa se muestran con Tinelli pero nada dicen de las medidas que tomarán de llegar a la presidencia. Detrás de la escena, sus economistas discuten con los empresarios el ajuste que viene en el 2016. Los trabajadores necesitamos un plan económico alternativo, para que la crisis la paguen ellos.

  1. Aumento de salarios. No al techo salarial. Eliminación del impuesto al trabajo

La verdad es que el ajuste ya comenzó: lo está implementando Cristina. El techo salarial que busca imponer el gobierno en las paritarias, la negativa a derogar el aberrante impuesto al trabajo, la multiplicación de suspensiones y despidos, así como la continuidad del trabajo precario, son una muestra de cómo desde ahora están intentando hacernos pagar las cuentas de la crisis.

Los trabajadores necesitamos lo opuesto: un programa económico nuestro donde sean ellos, los capitalistas que se la llevaron con pala estos últimos diez años, los que paguen la crisis.

La primera medida de un plan económico así es el aumento de salarios acorde a la canasta familiar: que eleve el mínimo a 15.000 $ rompiendo el techo salarial siguiendo el ejemplo de los aceiteros que lograron un aumento del 36%.

La segunda es acabar con la miseria salarial que ganan nuestros docentes y el personal de la salud (enfermeros y médicos), aumentando los miserables salarios de los trabajadores de estos sectores (y de los estatales en general), multiplicando el presupuesto educativo y de salud, y cortar el financiamiento a la educación privada y religiosa, así como al negocio privado de la salud.

Además, debemos redoblar la pelea de los últimos paros generales por la eliminación del impuesto al trabajo, sumando el reclamo por la apertura de los libros contables y la puesta bajo control de los trabajadores de toda empresa que suspenda masivamente avanzando en la expropiación de las que pretendan cerrar sus puertas.

  1. No al pago la deuda externa. Estatización de la banca y el comercio exterior

Luchar contra el ajuste de Cristina, Scioli, Macri y Massa plantea avanzar en el no pago de la deuda externa. Asistimos a los límites de la política de “desendeudamiento” promovida por los K, que significó pagar 200.000 millones de dólares en los últimos diez años, sólo para comenzar ahora nuevamente a endeudar el país como promueven los economistas del FpV, el PRO y el FR.

A pesar del discurso de “Patria o buitres”, la verdad es que los K han convertido a la Argentina en la mayor “pagadora serial” de deuda del mundo; mientras tanto, estamos sufriendo la falta de dólares en las reservas del Estado.

No hay que pagarles a los buitres como se disponen hacer Scioli, Macri o Massa; tampoco a ningún otro acreedor: ¡la deuda ya ha sido pagada mil veces! Menos que menos hay que volver a endeudar el país.

Por el contrario: ¡se trata de parar el chorro de ganancias y divisas que se llevan los grandes grupos económicos al exterior! Para evitar que los grandes pulpos sigan fugando divisas (¡otros 200.000 millones de dólares en la última década!), se debe avanzar en la estatización de la banca y el comercio exterior bajo control de los trabajadores.

  1. Basta de entregar los recursos naturales

Del discurso de YPF “nacional y popular” sólo queda el acuerdo entreguista con Chevron y el pago a Repsol de una jugosa indemnización (luego de tanto alardear con “no pagarle un peso”). Para colmo, las naftas no paran de aumentar.

Al mismo tiempo, el gobierno ha avanzado en la entrega de los recursos naturales a Monsanto, Barrick Gold y otras empresas expoliadoras del campo y la minería.

Hay que estatizar el 100% de YPF poniéndola bajo administración de los trabajadores. Hay que frenar la entrega de la minería y acabar con el monopolio de las semillas expropiando a estas multinacionales.

Lejos de disminuir, hay que aumentar el cobro de retenciones a la producción agraria y el complejo aceitero (al tiempo que se las segmenta para los verdaderos pequeños productores), y cobrar impuestos a la gran propiedad del campo expropiando a los que se evaden de pagarlos.

  1. Ni una menos. Basta de femicidios e impunidad. Derecho al aborto legal, seguro y gratuito en el hospital

La lucha por los derechos de las mujeres está al tope de la agenda nacional. La multitudinaria marcha del 3 de junio por #Ni una menos ha sido una nueva muestra de esto. Cada vez se aguanta menos la violencia hacia las mujeres, se repudian los casos de trata, se rechazan las condiciones laborales inferiores a la de los hombres. Además, crece el reclamo porque el aborto sea legal.

La campaña presidencial de nuestro partido no cejará en sus esfuerzos por todos estos reclamos; no dejará de denunciar ningún caso de violencia hacia las mujeres; no renunciará en la pelea porque los jueces que amparan la violencia hacia las mujeres sean destituidos; no dejará pasar ningún caso de aborto no punible que se intente evitar y redoblará el reclamo porque el derecho al aborto sea legal.

  1. Basta de dirigentes sindicales tradicionales. Por la democracia sindical

Tenemos el orgullo de que nuestro candidato a vicepresidente, Jorge Ayala, es directa expresión y protagonista de esta nueva generación de luchadores obreros que surgen desde las bases peleando contra las patronales y los viejos dirigentes.

Ninguno de esos dirigentes (Caló, Barrionuevo, Yasky y Moyano) que pactan todos los días con el gobierno y los empresarios van a venir a solucionar nuestros problemas. Sólo por medio de nuestra organización democrática vamos a imponer nuestros reclamos y aspiraciones.

Por esto mismo, vamos a redoblar desde nuestra campaña presidencial la pelea porque la democracia de los trabajadores impere en nuestros sindicatos, por echar a los viejos dirigentes y que esta nueva generación de luchadores que surge desde las bases llegue a la dirección del movimiento obrero.

  1. Por una alternativa socialista. Que gobiernen los trabajadores

Mientras defendemos nuestros derechos en las peleas de todos los días y llevamos esos reclamos al terreno electoral, debemos pensar más allá: cómo construir una sociedad que no despilfarre nuestro esfuerzo diario en beneficio de unos pocos: una sociedad donde cada uno pueda vivir plenamente de su propio trabajo.

Es decir, poner en pie una alternativa socialista para que gobiernen los que nunca gobernaron: los trabajadores.

 

 

Acompañanos para romper el piso proscriptivo del 1,5%. Que tus reclamos no se queden afuera

 

Lamentablemente, a pesar de los llamados de nuestro partido al FIT, este se ha negado rotundamente a conformar una expresión unificada de la izquierda para estas elecciones presidenciales.

Por el contrario, sus integrantes se han entregado últimamente a una interna feroz; desde el nuevo MAS advertimos tempranamente que a los partidos que integran dicho frente los une más un mero “cálculo de oportunidad” que un acuerdo político realizado sobre bases claras.

Llama la atención que, en las divergencias en su seno, es imposible observar un debate político: lo único que discuten es de candidaturas, rotación de puestos y cosas por el estilo; esto sólo rebaja el debate político en la izquierda.

De todas maneras, no nos vamos a cansar de llamar a la unidad al FIT. Tampoco de manifestar que para transformar a la izquierda en una alternativa para las amplias masas, deben profundizarse las luchas de los trabajadores, así como que avancen en una comprensión más clara de sus intereses; este debe ser el objetivo que guíe todos los pasos que demos en la izquierda.

De ahí también que, por nuestra parte, estamos pidiendo que nos acompañen el 9 de agosto para que las listas del Nuevo MAS puedan romper el piso proscriptivo del 1,5%: un piso establecido por la antidemocrática ley electoral de los K, que no nos vamos a cansar de denunciar.

Con la fuerza de la juventud y el movimiento de mujeres encarnado en Manuela Castañeira a presidente; con Jorge Ayala a vice en representación de esa nueva generación obrera que despunta en los lugares de trabajo; y con la trayectoria socialista de compañeros como Héctor “Chino” Heberling (candidato a gobernador en la provincia de Buenos Aires), Alcides Christiansen (candidato al Parlasur) y Eduardo Mulhall (candidato a gobernador por Córdoba), los llamamos a que nos apoyen con su voto.

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