Las paritarias en la UOM están cerradas. El acuerdo entre gobierno, empresarios y el gremio, no cayó bien entre los trabajadores. Sin consultar a nadie y aceptando los dictámenes de la Casa Rosada, Antonio Caló cerró en un 27.8% en dos tramos, un 17,8% que debería pagarse retroactivo a abril y un 10% adicional en octubre.
El sector metalúrgico viene golpeado hace tiempo por los empresarios y su crisis. En Córdoba muchos trabajadores del sector están precarizados, con contratos basura de consultoras de trabajo. Estas son empresas satélites de las fábricas metalúrgicas, usadas por los empresarios para que los trabajadores no tengan estabilidad, ganen menos y no se organicen por miedo a ser despedidos. Sumado a esto, los salarios del sector son absolutamente miserables. Es imposible vivir con los salarios que pagan las metalúrgicas. Es por estas razones, que los trabajadores tenían muchas expectativas en el acuerdo paritario nacional y en la noticia de que Caló haría un paro por 36 hs. Sin embargo, siempre se desconfió de Caló por su relación con el Gobierno, y esa desconfianza se hizo carne al enterarse de que Caló acató la conciliación obligatoria y firmó el acuerdo.
La seccional Córdoba está dirigida por Rubén Urbano, quien no hizo nada para enfrentar los despidos de una manera consecuente durante su mandato. Sin embargo, un sector de delegados combativos y de trabajadores, garantizó que antes del cierre paritario se realicen medidas de fuerza: dos días de corte en cinco puntos estratégicos de la ciudad con 300 compañeros en cada corte y dos movilizaciones de los cuerpos de delegados hacia el Ministerio de Trabajo de la Nación. Los trabajadores presionaron a la seccional porque sabían que tenían que tomar los reclamos en sus manos.
Luego del acuerdo paritario firmado, no se desmoralizaron y obligaron a que Urbano llame a un Congreso de la seccional, logrando ahí el pedido a las cámaras empresariales y a la dirigencia del gremio nacional la reapertura de paritarias por un 32%, con una votación unánime de todos los delegados. Este logro se encuadra en el ejemplo que nos dieron los aceiteros de Rosario a todos los trabajadores, rompiendo el techo salarial del Gobierno con 26 días de paro y movilización, demostrando que cuando salimos a pelear, tenemos la fuerza para lograr lo que queremos.
Hoy la lucha es absolutamente necesaria, ya que ni siquiera se está respetando el miserable acuerdo nacional paritario ya homologado. En la ciudad, ya suman tres fábricas (Degiorgis SA, Bauen Efacet SA y Sohipren SA) donde no se abonó la suba salarial. Por eso, en la puerta de la fábrica metalúrgica Degiorgis se realizaron cortes.
La única salida es la pelea y la organización de los compañeros combativos, delegados y activistas. Sólo así podemos lograr: primero, que se cumpla el acuerdo homologado en todas las fábricas, y segundo, exigir la reapertura de paritarias con un aumento del 32%. Para lograrlo, no podemos confiar en la dirección de Urbano que sólo quiere acordar con la patronal y el Gobierno.
Por otro lado, estamos en un periodo electoral donde se postulan las diferentes alternativas de gobierno. Candidatos como Accastello, Aguad y Schiaretti, que comparten espacios políticos con gente como Caló y Urbano, proponen directamente un mayor ajuste a los trabajadores. No se diferencian en nada: ninguno salió a plantear críticas sobre la precarización laboral y las consultoras, los salarios bajos, los techos a las paritarias o los enormes subsidios a los empresarios a pesar de que despiden y suspenden trabajadores. Por eso creemos que las propuestas de trabajadores y desde los trabajadores como la lista del Movimiento al Socialismo, con Eduardo Mulhall y Anita Páez como candidatos, es la única posibilidad de organizar una alternativa que permita expresar nuestros reclamos.