Plataforma mujer, elecciones presidenciales 2015, nuevo MAS y Las Rojas
A doce años de gobierno kirchnerista, la falta de respuesta a las problemáticas de las mujeres es una de las agendas pendientes más evidentes.
La histórica movilización del #Ni una menos el 3 de junio pasado, cuando más de un millón de personas se movilizaron en todo el país en repudio a la violencia hacia las mujeres, fue una expresión gráfica –por si hacía falta– de esta realidad que estamos señalando: el abandono por parte de los gobiernos de Néstor y Cristina Kirchner de la necesidad de dar respuesta a los problemas que atañen a más de la mitad de la sociedad.
La violencia hacia las mujeres, pasando por los casos de abusos, violación y trata de personas; la realización de 500.000 abortos clandestinos por año ante la falta de una ley de aborto libre, legal, seguro y gratuito en el hospital público; la no reglamentación del aborto no punible; la mantención de condiciones desiguales respecto de los hombres en el acceso al trabajo y en las condiciones de trabajo y salario, configuran un listado enorme de problemas pendientes que no han tenido respuesta de parte del gobierno, o que fueron abordados de manera conservadora, con un enfoque vinculado al de la Iglesia Católica, que busca preservar los elementos más reaccionarios de la familia tradicional (patriarcal), perspectiva reforzada por la asunción de Bergoglio al papado.
Así pasamos, en los últimos años, de la promesa electoral de los diputados K de votar el aborto legal “aunque Cristina esté en contra”, al boicot masivo de esos mismos diputados al debate del aborto en el Congreso. La ley de educación sexual en la escuela pública quedó reducida a folletos con consejos para los padres. Curas y jueces siguen impidiendo los abortos no punibles de la mano de los siempre conservadores gobernadores K.
La doble o triple explotación de las mujeres es la base material de la violencia
Es necesario explicar cuál es la causa de la violencia contra las mujeres. Para abordarlo hay que empezar desde la economía. Es cierto que la crisis del 2001 convenció a los de arriba de que, aunque les costara algo de dinero, había que mejorar el nivel de vida de las clases populares para evitar una profundización de la movilización popular.
El gobierno K llevó adelante una política para aumentar el empleo. Pero el modo en que esto se implementó hizo que, en vez de disminuir, la desigualdad de género aumentara: la tecnología no se modernizó como para incluir mujeres en la gran industria; nadie obligó a las patronales a emplear a mujeres, y a estas sólo las admiten en los puestos de trabajo peor remunerados. No se creó una red de guarderías estatales.
Mientras crece el acceso al empleo formal de los varones, las mujeres siguen condenadas al subempleo informal, y su único “empleo seguro” sigue siendo la maternidad, o sea, la dependencia respecto de un varón.
Sumémosle a esto que el breve silbido progresista del matrimonio igualitario fue ensordecido por las campanadas de reconciliación de Cristina con la Iglesia: ni educación para decidir, ni anticonceptivos para no abortar, ni aborto legal para no morir.
Y frente a la ola de femicidios, el gobierno no movió un dedo. La ley contra la violencia sancionada en 2009 no se reglamenta por falta de presupuesto. La acción de la Justicia ante las denuncias es tan nula, que la única vez que un juez metió preso a un golpeador para que no mate a la mujer, salió en los diarios como una gran noticia. No hay refugios. No hay custodia para las mujeres amenazadas.
Programa
TRABAJO GENUINO
Subsidio para todas las mujeres, tengan o no hijos, que les permita educarse para conseguir un trabajo bien remunerado.
Plan de inclusión de mujeres en todas las empresas, en condiciones igualitarias, bajo pena de multas reales para los patrones que no cumplan, o que intenten despedir trabajadores para cumplirlo.
Lavaderos, comedores y guarderías públicos en los barrios populares y lugares de trabajo públicos y privados.
VIVIENDA: VAMOS POR EL “PLAN EMANCIPAR”
El plan de vivienda del gobierno se llama “Procrear”, y no es por casualidad: es para familias con una pareja a la cabeza. Proponemos la creación del Plan Emancipar, un plan de viviendas destinado a mujeres, para que ninguna tenga que aguantar violencia para no quedar en la calle.
Este plan deberá ser lo bastante flexible en sus requisitos y forma de pago como para contemplar la condena al trabajo precario que sufrimos las mujeres.
El Estado deberá otorgar vivienda inmediata a las víctimas de violencia.
EDUCACIÓN Y ACCIÓN INMEDIATA CONTRA LA VIOLENCIA
Educación sexual laica, científica y feminista en la escuela pública, orientada a condenar la desigualdad de género, desde el jardín de infantes. Formación de los docentes en general en esta materia. Cierre de las instituciones que enseñen como buena la sumisión de la mujer al varón.
Expulsión de su cargo de los gobernadores que no acepten la educación sexual pública en sus provincias o mantengan la educación religiosa en la escuela pública.
Expulsión de su cargo de los jueces y funcionarios que amparen las redes de trata, a golpeadores, violadores y abusadores de niños, o nieguen el derecho al aborto no punible.
Cárcel efectiva a los que amenacen o golpeen a mujeres. Refugios estatales en todas las localidades para mujeres en situación de violencia.
Separación de la Iglesia del Estado. No al financiamiento estatal de la Iglesia. Utilización de ese dinero para socorrer a víctimas.
ABORTO, ANTICONCEPCIÓN Y SALUD
Aborto legal, libre y gratuito en los hospitales públicos y obras sociales. Reglamentación del aborto no punible y plena aplicación del mismo en todo el país. Designación de autoridades hospitalarias y personal ministerial comprometido con el respeto del derecho a decidir de las mujeres.
Fuera la Iglesia de los hospitales públicos. Prohibición a los curas o militantes religiosos de interferir con los procedimientos hospitalarios.
Anticonceptivos gratuitos y de calidad en los hospitales. Programas de capacitación en anticoncepción.