Compartir el post "Cuando el FIT se transforma en una traba para salir a luchar"
El PO y el encuentro de Atlanta
“Las limitaciones de la convocatoria al Encuentro que mencionamos, representa una fuerte advertencia al Frente de Izquierda, porque alimenta, en estos términos, una alternativa antagónica a una experiencia positiva de desarrollo de la influencia de la vanguardia en las masas, y contradice las conclusiones de su Manifiesto Político” (Néstor Pitrola, Prensa Obrera 1303).
Como anunciamos en nuestra edición anterior, el próximo sábado 15 de marzo se realizará en Atlanta un encuentro antiburocrático contra el ajuste económico. Se trata, ni que decir, de la primera iniciativa de conjunto que se lanza desde la izquierda luego que a mediados de enero el gobierno descargara un brutal ajuste económico, ajuste que cuenta con la complicidad de las fuerzas políticas de la oposición y de la patronal como un todo. Y no solo de ellas: la burocracia sindical en sus distintas expresiones es cómplice de esta política antiobrera bajo la excusa de “no afectar la gobernabilidad de Cristina”; de ahí la estrategia de negociar paritaria por paritaria evitando como la peste siquiera hablar de la posibilidad de medidas de conjunto.
Sólo un proyecto de ley
En estas condiciones, la iniciativa de Atlanta es la primera que se toma desde la izquierda frente al ajuste. Parece increíble que esto sea así, pero la realidad es que el FIT como tal, pasados dos largos meses de lanzado en más brutal ajuste económico en una década, no ha sido capaz de tomar una sola iniciativa práctica como tal. Desde nuestro partido casi al otro día de lanzado al mismo señalamos la responsabilidad de la izquierda en este terreno; incluso públicamente en oportunidad del acto por los compañeros de Las Heras en la Plaza de Mayo (5 de febrero) lo señalamos y nada. El FIT se mostró absolutamente incapaz de tomar toda iniciativa práctica al respecto. Finalmente, ahora nos enteramos por algún comunicado de prensa que sí ha logrado tomar una “iniciativa”: presentar un proyecto de ley en el Congreso contra el ajuste. En sí misma, esta acción está muy bien; es correcta y necesaria en lo que hace a la acción puramente parlamentaria. Pero sí toda la acción del FIT se resume solamente a esta iniciativa, lo que se tiene es un cretinismo parlamentario de la peor especie que confía en que esta sola iniciativa podría lograr algo real, cuando la sustancial del ajuste económico se dirime en otro lado: en la acción extraparlamentaria del gobierno, la patronal, la burocracia y la lucha de los trabajadores contra el mismo, como es ahora el caso de la lucha de los docentes en todo el país.
Pero resulta ser que frente a tanta inacción, finalmente ha surgido una iniciativa: la convocatoria de Atlanta. Está claro que el acuerdo es el mínimo para realizar un encuentro de lucha: se llama a enfrentar el ajuste antiobrero del gobierno y se denuncia la “inacción” de la burocracia sindical frente al mismo. Desde ya que para la conformación de una corriente clasista común el acuerdo es insuficiente. Pero aquí no se trata de esto, sino simplemente de tomar una iniciativa desde los sectores de izquierda y antiburocráticos frente al brutal ajuste k y el rol traidor de las direcciones sindicales que le hacen el juego dividiendo la posibilidad de lucha gremio por gremio.
Cuando se contrapone un acuerdo de frente único con la burocracia… a un encuentro antiburocrático
Es contra esta iniciativa que se ha plantado el PO. No le alcanza con haber estado cavilando dos largos meses. Tampoco con haber realizado no se sabe cuantas reuniones de la dirección del FIT discutiendo acerca del sexo de los ángeles para solamente resolver presentar un proyecto de ley más que obvio. Resulta ser que ahora que sale una iniciativa que no está bajo el control de su aparato, y que suma a otras fuerzas que estamos fuera del FIT como nuestro partido, el mismo no tendría “la claridad suficiente”…
Aquí el PO hace una maniobra evidente: le quiere atribuir a la convocatoria algo que expresamente la misma rechaza: el que tenga por objetivo constituirse en una corriente clasista. No se trata de eso, sino de algo mucho más simple y elemental: el Encuentro trata de ser un punto de referencia para la lucha contra el ajuste del gobierno, una suerte de coordinación de luchadores obreros para tomar iniciativas frente al mismo bajo el método de la democracia de los trabajadores, del consenso entre fuerzas obreras y de la izquierda.
Mientras sabotea esta convocatoria unitaria de izquierda, el PO publicita su reciente acuerdo con la CTA micheli para la marcha del 12 a Plaza de Mayo. De ninguna manera nos parece mal hacer acuerdos de frente único incluso con fracciones de la burocracia sindical para impulsar la lucha, aun sea de manera parcial, contra el ajuste económico. Participamos del acto del 19 de diciembre pasado contra el ajuste que se aprestaba a lanzar a Cristina, y volveremos a participar de la marcha del 12 de marzo. Haremos esto sin dejar de señalar, al mismo tiempo, que se esperó demasiado para una convocatoria de este tipo. La realidad es que el PO (y el FIT como tal) deberían hacer lanzado una convocatoria a Plaza de Mayo mucho antes, aunque la misma fuera sólo un primer paso, preparatoria de acciones mucho mayores. Pero no: ni el FIT como tal, ni el PO hicieron esto. Más bien, lo que se puede observar, es que se le hizo seguidismo a la CTA micheli; se esperó sus “tiempos” dejando pasar el momento más álgido de la crisis devaluatoria, dónde más impacto podía tener la acción contra el gobierno.
De todos modos, insistimos, nuestro partido participará de la marcha del 12 bajo el criterio que toda unidad de acción contra el ajuste es progresiva.
El propio aparato como medida
Pero algo mucho más grave que lo anterior es que ahora el PO contrapone su acuerdo táctico de unidad de acción con el michelismo (un acuerdo firmado entre cuatro paredes por su “coordinadora” y esta CTA) a la convocatoria de un encuentro de organizaciones y dirigentes obreros que es antiburocrático y tiene incipientes instancias de organización como es el encuentro mismo.
Uno de los fundamentos que da de eso son los antecedentes del Perro Santillan. El PO denuncia el origen político del Perro en la CCC y el PCR, amén de que en la última década fue funcionario de los derechos humanos en el gobierno de Jujuy, además de haber estado militando o coqueteando con el kirchnerismo. Por su parte, el Pollo es un militante histórico de IS que en los últimos años se negó a llevar adelante ninguna iniciativa por la base y más bien se lo vio “coqueteando” con Moyano y Micheli en acuerdos por arriba.
Ahora bien: la política revolucionaria está reñida con caracterizaciones estáticas, fijas. Cuando se produce un desplazamiento a izquierda de dirigentes obreros que tienen predicamento entre sectores de importancia, es deber de los revolucionarios aprovecharlo para llevar las cosas más lejos. Esto es lo que pretendemos hacer desde nuestro partido frente a esta iniciativa, muy progresiva.
El PO no: todo lo mide desde el ángulo miserable de su propio aparato, al que cree muy importante. Todas las relaciones políticas las ha transformado en relaciones de aparato, independientemente de todas las demás determinaciones. Y de ahí surge entonces su sentencia: este acuerdo no nos sirve, no lo controlamos, no sigue los diktats de nuestro aparato, entonces lo debemos rechazar.
El SUTNA San Fernando debe pronunciarse
Demás está decir el contenido reaccionario de esta orientación. Esto tiene su costado más grave en su influencia sobre algunos compañeros de la ejecutiva de la seccional San Fernando. Durante todo el año pasado apoyamos las iniciativas que tuvieron respecto de la convocatoria a la lucha contra el impuesto al salario, iniciativas en las que no está demás recordarlo, IS no participó, y el PTS lo hizo de manera formal.
Sin embargo, ahora que se lanza un llamado a un encuentro de lucha contra el ajuste que debería tenerlos a ellos como uno de sus más grandes protagonistas, nada, el SUTNA San Fernando no se sabe qué hará; por lo menos se debería consultar a la base de la fábrica en asamblea al respecto.
¡El 15, todos a Atlanta!
En cualquier caso, y más allá de la traba que ha resultado el FIT a la hora de cualquier paso práctico de lucha contra el ajuste, de lo que se trata es de impulsar con todo el encuentro convocado como punto de confluencia de los luchadores antiburocráticos contra el ajuste y ver hasta dónde podrá llegar esta experiencia que, de desarrollarse, podría ser muy progresiva.
José Luis Rojo