Por Claudio Testa


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La gran crisis de las migraciones – 2

 

 

“La ola de migración no es un incidente aislado sino el principio de un éxodo real, lo que significa que tendremos que tratar con este problema en los próximos años.” (Donald Franciszek Tusk, presidente de la Unión Europea, 08/09/2015)

 

 

Desde hace varios veranos, algunas olas de migrantes y refugiados venían llegando a las costas de Europa. Pero como eran relativamente pequeñas, y además sólo afectaban a países del sur (principalmente España e Italia), no se les prestaba mayor atención. Sólo algún naufragio terrible, con muchas víctimas, como el del verano (europeo) del 2013 en la isla de Lampedusa, hacía sonar las alarmas.

 

Ahora estamos en una situación cualitativamente distinta. Las imágenes del niño sirio Aylan, ahogado en una playa de Turquía, conmovieron a Europa. Pero este impacto humanitario no puede desligarse de otro hecho también impactante, aunque en otro sentido: que ahora Europa está frente a la oleada migratoria que amenaza ser la más grande desde la Segunda Guerra Mundial (1939-45) y probablemente mayor que la generada por la Guerra de los Balcanes (1991-95).

 

Además, lo que ya arribó este año a las playas europeas, puede ser sólo el primer plato, como afirma Tusk. Como advertimos en el otro artículo, sólo en refugiados por la guerra de Siria que están en Turquía, Líbano, Jordania, Irak y Egipto, se cuentan por más de cuatro millones.

 

El impacto de esta situación ha hecho trastabillar la unanimidad en la UE, generando diferentes posiciones. Curiosamente, quién se mostró –en apariencia– más acogedor… fue el gobierno alemán en general, y el sector político que encabeza Angela Merkel. Ahora, acaba de anunciar que está dispuesto a acoger a 500.000 refugiados… y exige a los otros gobiernos europeos cifras en consonancia con las de Alemania

 

Esto contrastó con las posiciones de otros gobiernos como el de Hungría, presidido por el conservador Viktor Orbán, cuya primera reacción fue la instalar alambradas de púas y comenzar a construir un muro en la frontera con Serbia, para que no pasen migrantes. Eso, en medio de declaraciones racistas y movilizaciones de los abundantes grupos fascistas del país. Estos cambiaron sus habituales pogroms contra los gitanos, a las protestas y agresiones contra los refugiados.

 

El “socialista” François Hollande actuó de otra forma pero con no contenidos muy diferentes que los de Viktor Orbán. Francia se va a limitar a 24.000 refugiados. Pero, como hemos dicho, lo peor de Hollande es que promueve la “solución final” del problema sirio, mediante bombardeos masivos a ese país.

 

En cuanto al gobierno conservador británico, acogería a sólo 20.000 sirios y en cinco cuotas miserables de 4.000 por año. Y, por supuesto, bombas y más bombas sobre Siria.

 

Manifestaciones de apoyo a los migrantes y refugiados

 

Pero, al mismo tiempo que se discutía por arriba en las instancias de la UE y sus gobiernos, por abajo había diversas manifestaciones políticas.

 

En Francia, por supuesto, los grupos fascistas y la extrema derecha, al estilo del Front Nationale de Marine Le Pen, están totalmente en contra de acoger refugiados. Pero lo notable es que tanto en Alemania  como en Francia se han realizado distintas manifestaciones populares de apoyo a los migrantes. La voz de los fascistas y la extrema derecha no ha primado.

 

En Francia, a pesar del verano que es particularmente desmovilizador, 10.000 manifestantes salieron a la calle en París reclamando que se los acoja. También hubo marchas en otras ciudades. La manifestación fue convocada bajo el lema “No en nuestro nombre”,  en rechazo a la política represiva europea y del gobierno francés.

 

En el Reino Unido, con la consigna “Refugees Welcome Here” (Refugiados Bienvenidos Aquí), está convocada una manifestación unitaria en Londres el 12 de septiembre. Marcharán hasta Downing Street, la residencia del primer ministro para repudiar su política de no acoger refugiados y, al igual que Hollande, redoblar los criminales bombardeos en Siria. También habrá desfiles en otras ciudades.

 

¿Qué pasa con Alemania y Angela Merkel? 

 

Pero la clave –y a la vez el interrogante político– es ¿qué pasa con Alemania y Angela Merkel? ¿Por qué la canciller alemana –que al mismo tiempo es la emperatriz sin corona de la Unión Europea– se ha mostrado tan “piadosa” con los refugiados, cuando recientemente no se le movió un pelo, al condenar al pueblo griego a la peor miseria, a despidos en masa, a la rebaja de salarios y jubilaciones que ya son de hambre, a los hospitales sin medicinas…?

 

Por supuesto, la Sra. Merkel no ha cambiado. Lo que se esboza es un cambio de las circunstancias políticas, que tiene que ver esencialmente con una reacción popular favorable a los refugiados. Esto ha tenido múltiples expresiones, desde grandes carteles en los partidos de futbol del Bayern Munich –uno de los principales clubes de Alemania y del mundo– con consignas a favor de los refugiados y contra el racismo, hasta manifestaciones y actos en multitud de ciudades.

 

Uno de los tantos “síntomas” de esta ola de simpatía fue una canción “Made in Marxloh”, que en pocos días se convirtió en la Nº 1 del iTunes Chart de Alemania! La había compuesto y subido un grupo juvenil pro-refugiados de Marxloh, un barrio popular de la ciudad de Duisburg, para recaudar además dinero para los migrantes.[1]

 

Se pueden decir muchas cosas de Merkel, menos que no tiene olfato político, sobre todo hacia sus potenciales electores. En relación a Grecia, ella y los grandes medios tuvieron éxito en inculcar a gran parte de los alemanes una caricatura de los griegos perezosos, que no quieren trabajar ni pagar sus deudas… Pero en, relación a los refugiados, el viento sopla en sentido contrario.

 

Esto también implica que no hay que tener la menor confianza en las inesperadas bondades de la canciller. Además, según algunos, la radicación de refugiados sirios, seleccionados por su nivel de educación, puede ser un buen negocio para el capitalismo alemán, que enfrenta el envejecimiento de sus trabajadores calificados.

 

Pero, aparentemente, lo notable y decisivo ha sido esa movida popular y en buena medida juvenil. ¿Por qué esta reacción popular, de apoyo a los refugiados, que se ha expresado de mil maneras? ¿El pueblo alemán, y en especial las nuevas generaciones, quieren terminar de conjurar los espectros de un pasado en que el racismo llegó a sus peores extremos?

 

No lo sabemos. Pero lo indudable es la equivocación de ciertos sectores de la izquierda, que en Europa sólo ven avances de la derecha… e incluso que se viene el fascismo.

 

Nota:

1.- Natalie Ilsley, “Pro-Refugee Punk Song Goes to No. 1 in German Charts”, Newsweek, Sep.

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