Compartir el post "La protesta social y el discurso de Cristina Kirchner en el Congreso"
Todos unidos reprimiremos
Las manos rojas de aplaudir, las sonrisas de oreja a oreja en los rostros de los legisladores reunidos en la ceremonia de inicio de sesiones en el Congreso, unificó el pensamiento y el sentimiento de todos ellos cuando la Presidenta dijo claramente: “Creo que además todo el mundo tiene el derecho a protestar, pero no cortando las calles e impidiendo que la gente vaya a trabajar; y no complicándole la vida al otro. Creo que vamos a tener que legislar sobre una norma de respeto y convivencia urbana, donde todo el mundo proteste.” Para agregar a renglón seguido: “Por eso, organicémonos como sociedad. Permitámonos protestar; hay derecho a la protesta. Todos tenemos derecho a protestar, pero tenemos que respetar también a los demás ciudadanos. Tenemos que lograrlo entre todas las fuerzas políticas, aunque pensemos en economía en las antípodas, aunque no estemos de acuerdo con YPF, aunque no estemos de acuerdo con nada; por favor, en el respeto a los demás ciudadanos, pongámonos de acuerdo de una buena vez por todas. Es lo único que les pido. No les pido otra cosa.”
Por supuesto que no necesita pedirles nada más, porque está clarísimo que coinciden con el ajuste que está aplicando el gobierno, con las paritarias a la baja para que el salario y el poder adquisitivo de los trabajadores sean los principales perjudicados. Y para aplicar este plan en vigencia (y el que viene en marcha) no va a alcanzar el “relato” para parar la bronca y la resistencia de los perjudicados por sus alcances: el bolsillo y las condiciones de trabajo de los asalariados.
El desalojo en la Panamericana en el corte como parte de la jornada por la absolución de los petroleros de Las Heras, la represión en Kromberg, el desalojo del Parque Indoamericano a manos de la Metropolitana, son las primeras expresiones del gobierno nacional y popular y su “corte” de opositores para frenar la protesta social.
A la oposición ya sabemos que la tiene ganada de antemano para esta partida. Lo está pidiendo a gritos desde hace años. No necesita buscar más aliados.
Pero para confundir a honestos jóvenes, trabajadores o luchadores democráticos, necesita algo más que pedir apoyo: necesita tergiversar la realidad de los hechos para enmascarar su política represiva.
¿Qué es sino “su” relato de los sucesos ocurridos en Las Heras en el 2006? Según la Presidenta, un grupo de vándalos (que son, por supuesto, los trabajadores petroleros condenados a cadena perpetua) asesinó al policía Sayago. ¿Por qué no explica la señora Presidenta por qué debieron militarizar la ciudad, aterrorizar a la población, torturar a detenidos y testigos durante el juicio para llegar a un fallo que no tiene a su favor ninguna prueba fehaciente de la culpabilidad de los condenados? A esa “justicia” no la critica. Ese Tribunal fue imparcial y justo porque condenó a trabajadores que salieron a luchar: ese es el mensaje que nos quiere dejar en la memoria. Al que salga a reclamar, le va a pasar como en Las Heras.
Si el acuerdo político ya lo tiene, las fuerzas represivas a las que el gobierno les acaba de otorgar aumento, las FFAA “democráticas” que se dedicaron a salvar inundados en La Plata y “vinculadas con la industria”, se van a ocupar del resto.
Para que su reivindicación del rol de las FFAA fuera más patética, exaltó el hecho de que el “El 60 por ciento de las aspirantes a suboficiales de la Marina son mujeres. Vamos por más también allí.” Seguramente irá hacia allí ella y su gobierno. Porque el movimiento de mujeres nunca levantó la consigna de “más mujeres en las FFAA” y las feministas socialistas estamos por la destrucción de las FFAA, estén ellas integradas por hombres o por mujeres porque igualmente actúan al servicio del orden capitalista.
Este anuncio de la mandataria en la inauguración de las sesiones en el Congreso no deja lugar a dudas: para enfrentar la represión estatal debemos redoblar esfuerzos para lograr la más amplia unidad de acción. Es la única manera de parar la mano a la unidad de los de arriba que quieren quebrar la lucha obrera y popular y avanzar en la criminalización de los que reclamamos salario, salud, vivienda, derechos democráticos.
A las estrofas del “Todos unidos reprimiremos” que se entonaron en los salones del Congreso Nacional debemos oponerles:
-¡Unidad de los jóvenes, los trabajadores y los luchadores democráticos, independientes y de izquierda por la libertad de los presos de Las Heras!
-¡Por el desprocesamiento de todos los luchadores!
-¡No a los desalojos, por el acceso a una vivienda digna!
-¡Paremos el ajuste y los ataques a las libertades democráticas!