La Costa Rica después de las elecciones y las tareas de la izquierda revolucionaria

 

«El proceso electoral 2013-2014 se desarrolla en el contexto político más desfavorable desde que se tienen registros. En él convergen los débiles vínculos entre la ciudadanía y los partidos políticos (desalineamiento partidario), el desinterés de amplias regiones del país en la participación electoral (desalineamiento electoral) y un agudo incremento de la insatisfacción ciudadana con la democracia, sus instituciones y la gestión del Gobierno.»

XIX Informe sobre el Estado de la Nación

 

Las recientes elecciones nacionales expusieron las transformaciones políticas que operan sobre la sociedad costarricense. En estas se reflejó –de forma distorsionada y mediatizada- el malestar sobre el rumbo del país que impera entre amplias franjas de la clase trabajadora, asalariados, capas medias, así como el conjunto de los explotados y oprimidos.

De ahí que no se pueda definir a esta como una campaña más, dado que la burguesía no pudo asegurar un proceso electoral del todo cómodo para sus intereses, garantizando un cambio de su “elenco de gobierno” y, al mismo tiempo, un fortalecimiento de la democracia burguesa como tal.

Por el contrario, fueron unas elecciones incómodas para las grandes cámaras empresariales y los principales partidos burgueses, pues las discusiones políticas giraron hacia temáticas de izquierda y se colocaron en debate muchos de los pilares políticos, económicos y sociales que configuran la idílica y burguesa “Suiza Centroamericana”.

Las votaciones dieron como triunfador al Partido Acción Ciudadana (PAC) en la primera ronda, al obtener un 30,6%de los votos emitidos, seguido por el Partido Liberación Nacional (PLN) con un 29,7% y, el Frente Amplio (FA), ubicado en tercer lugar con un 17,2% (para la configuración de la Asamblea Legislativa ver la declaración del NPS en página 6 de esta edición).

En lo venidero, interpretaremos los resultados electorales con relación a elementos de fondo que operan sobre la situación política del país, a la vez que plantearemos las principales tareas políticas que sostenemos desde el Nuevo Partido Socialista (NPS) para la actual coyuntura nacional.

 

El agotamiento del modelo neoliberal y un giro electoral hacia el centro-izquierda

 

Un primer elemento por anotar  es que de los tres partidos que encabezaron los resultados, dos hicieron parte del NO al TLC aunque, en el caso del PAC, fuese desde una postura burguesa de renegociación del tratado comercial. Esto es algo importante por señalar, pues da cuentas de que durante esta campaña electoral se produjo un corrimiento político que podemos ubicar desde el centro hacia el centro-izquierda.

Esto responde a lo que desde el NPS denominamos como un agotamiento del modelo neoliberal en Costa Rica que, luego de tres décadas de aperturas comerciales, firmas de TLC, mayor explotación de la clase trabajadora y desfinanciamiento de los servicios públicos, dio como resultado un incremento de la desigualdad social en el país y la pauperización de las condiciones de trabajo y vida de los sectores explotados y oprimidos.

Esto lo constata el Informe sobre el Estado de la Nación (IEN en adelante). En materia de derechos laborales este informe señala que, tomando como parámetro el cumplimiento de seis garantías laborales básicas, en Costa Rica “el 59% de los asalariados disfruta de cinco o seis garantías laborales, mientras que un 10% prácticamente carece de protección. Cerca de un tercio se encuentra en una situación intermedia, pues recibe de dos a cuatro garantías.” (XIX IEN, pág. 50). Aunado a esto, para 2012, el coeficiente de Gini (que mide la desigualdad social) del país fue de un 0,518, ubicándose como el segundo más alto entre 1987-2012 y de los más elevados en Latinoamérica. Para completar el cuadro de situación, de acuerdo al IEN hay 201.870 jóvenes en el país que se catalogan como los “ni-ni” (ni estudian ni trabajan) quienes cuentan con pocas perspectivas de movilidad social.

Todo lo anterior, se comienza a traducir políticamente en un “desplome de las expectativas” entre amplios segmentos de los explotados y oprimidos, pues la burguesía y los sectores más conservadores promueven una visión idílica del país, que no guarda correspondencia alguna con la situación real de creciente pauperización social y mayor explotación sobre la clase trabajadora. Por este motivo, grandes segmentos de las capas medias, clase trabajadora y asalariados del Estado que anteriormente fueran base social del PLN y del PUSC, luego de hacer una experiencia de décadas con las políticas neoliberales, en esta elección se volcaran a votar al PAC y al FA. Esto constata la redefinición de las clases sociales que acontece en el país, el cual tiene como punto de apoyo la creciente proletarización del país: según el IEN, los hogares costarricenses obtienen el 80% de sus ingresos del mercado laboral. Esto confirma que el país no es una “Suiza” conformada por pequeños propietarios, sino que, el grueso de su población, subsiste a partir de vender su fuerza de trabajo a cambio de un salario.

Visto lo anterior, las votaciones del 02 de febrero dejaron en claro que hay un deterioro muy fuerte del “consenso político” sobre el cual funcionaba el país, constituido a partir de la derrota de la clase obrera de 1948 y la implantación del modelo neoliberal desde los años ochenta. En este sentido, la votación hacia el centro-izquierda y de ruptura con los principales partidos de la burguesía expresa, de forma mediatizada y distorsionada, que hay un sector de los explotados y oprimidos que están buscando un nuevo consenso como alternativa al neoliberalismo.

Con esto, no pretendemos “embellecer” un futuro gobierno de Luis Guillermo Solís (minutos antes de nuestro cierre editorial, Araya informó sobre su renuncia a la campaña), caracterizándolo como de “izquierda” o algo por el estilo, por el contrario, tenemos claridad de que una futura administración del PAC tenderá a realizar acuerdos con otros partidos y cámaras empresariales (algo que ya está haciendo en esta segunda ronda electoral), colocándose incluso a la derecha de un sector significativo de sus votantes, que lo identifican aún como una alternativa “anti-neoliberal” o como un recambio necesario  frente al continuismo del PLN.

Esto es un primer elemento para comprender el ascenso electoral del FA por su perfil anti-neoliberal, a la vez que explica el deterioro electoral del PLN y otros partidos directamente relacionados con las políticas neoliberales (como el Movimiento Libertario

 

El ciclo de luchas y la agenda electoral

 

Un segundo aspecto por destacar, es que durante la campaña, fue patente la incidencia del ciclo de luchas en la determinación de la agenda electoral, pues las discusiones políticas giraron hacia temáticas de izquierda y vinculadas al desarrollo de procesos de luchas en el país. Por ejemplo, se colocó en discusión el modelo de concesión de obra pública, como subproducto del reciente triunfo de los pueblos de Occidente contra la concesión de la carretera de San Ramón a la empresa OAS, así como la resistencia de SINTRAJAB contra la concesión de la terminal de muelles a la transnacional APM Terminals.

De igual manera, se discutió recurrentemente sobre el matrimonio igualitario, algo que está directamente relacionado con la campaña de firmas que impulsa el Frente por los Derechos Igualitarios (del cual el NPS hace parte activa desde un inicio). También se instaló el debate sobre el aborto en el país, reflejo de las recientes movilizaciones con reivindicaciones feministas en el país y a nivel internacional (por ejemplo la Marcha de las Putas, o bien, la próxima marcha del 08 de marzo con eje en el derecho al aborto, impulsada desde el NPS).

Estos casos son ejemplos de una tensión político-social cada vez más creciente en el país, entre los sectores burgueses y conservadores más reaccionarios, en oposición a los sectores oprimidos que están desarrollando luchas de carácter democrático, reivindicando una agenda “modernizante” en Costa Rica.

En menor medida, también se debatió sobre las conquistas salariales del sector público, como parte de las presiones de sectores empresariales por suprimir los pluses salariales y convenciones colectivas para financiar el déficit fiscal del Estado, lo cual está generando diversas movilizaciones sindicales en los últimos años.

Esto marca una diferencia sustancial de esta campaña electoral con otras anteriores, donde la tónica eran los debates más cómodos para la burguesía. Basta con recordar que en 2010, Laura Chinchilla resultó electa haciendo eje en la “seguridad ciudadana” y las soluciones de “mano dura” contra la delincuencia común.

Otro aspecto por destacar es que se produjeron movilizaciones durante las elecciones, las cuales parecen estarse intensificando inmediatamente después de finalizada la primera ronda electoral. Ejemplos de esto son la multitudinaria marcha sindical del 25 de febrero anterior, la pelea de los pueblos costeros para exigir la aprobación de la Ley TECOCOS, la movilización estudiantil en la UNA contra la violencia hacia las mujeres en el campus, las tomas de tierras de campesinos en Puntarenas, entre otros (ver notas sobre estas luchan en esta edición). Además, para las semanas venideras están convocadas la marcha del Día Internacional de la Mujer (08 de marzo), la movilización por un Estado laico del movimiento Invisibles (15 de marzo) y la marcha sindical del 20 de marzo.

 

El desgaste del régimen político, la crisis del sistema de partidos y la campaña del miedo

 

En tercer lugar, las elecciones reflejaron el profundo desgaste del régimen político en Costa Rica. La principal evidencia de esto es la crisis del sistema de partidos, pues la burguesía no pudo restituir el bipartidismo PLN-PUSC, a pesar de sus intentos al inicio de la campaña promoviendo la figura del “Dr” en el PUSC.

Durante los noventa, el 90% de la población simpatizaba con el PUSC o el PLN, y solamente un 10% no se adscribía electoralmente a ninguna de estas opciones (XIX IEN).  De ahí que las elecciones fueran, de principio a fin, un escenario muy cómodo y ajustado a los intereses de las grandes cámaras patronales y los políticos burgueses, pues el poder se alternaba entre dos alternativas que representaban directamente los intereses de los principales sectores empresariales. ¡Eran unas elecciones de “ganar-ganar” para la burguesía!

Muy diferente fue lo que aconteció en estas elecciones, pues durante varios meses el FA, un partido de izquierda reformista que no representa los intereses directos de los empresarios, encabezó las encuestas electorales, generando un temor entre un amplio sector de las cámaras empresariales y los partidos burgueses, ante una posible “chavinización” del país.

En este marco se desarrolló la “campaña del miedo”, impulsada por los sectores patronales más reaccionarios del país, los cuales procuraron atemorizar a los trabajadores y trabajadoras de sus empresas para que no votaran por el FA para garantizar sus trabajos y defender los “valores nacionales” y la “familia”. Aunque es difícil medir qué impacto tuvo  esta “campaña del miedo”, lo cierto es que desnudó los costados más cínicos de la democracia burguesa, abriendo discusiones sobre la necesidad de garantizar el voto libre de la clase trabajadora y demostrando la incapacidad o complacencia del Tribunal Supremo de Elecciones con estas patronales, a las cuales solamente les hizo una “advertencia”.

A todo lo anterior hay que sumar que durante esta campaña abundaron los casos de candidatos a diputados condenados o acusados por casos de violación y otras formas de violencia de género, demandados por estafas, otros por sostener deudas multimillonarios con la seguridad social, etc.

Por esto, valoramos que esta campaña electoral no subsanó el desgaste del régimen político costarricense, por el contrario, expuso las crecientes debilidades de la democracia burguesa en Costa Rica. A lo anterior, se suma la renuncia de Jhonny Araya de la campaña electoral, lo cual representa un duro golpe para el sistema de partidos políticos del país, pues el derrotado es el PLN, principal partido burgués nacional en los últimos 50 años.

 

¿Qué tareas plantea el NPS en la actual coyuntura y de cara a la segunda ronda?

 

Expuesto todo lo anterior, desde el NPS planteamos las siguientes tareas en el marco post electoral y de cara a la segunda ronda, así como en los procesos de luchas en curso y venideros:

1. Las elecciones dejaron entrever el profundo deterioro que atraviesa la idílica “Suiza Centroamericana”. Treinta años de neoliberalismo están erosionando el consenso político mediante el cual la burguesía estructuró el país desde la guerra civil de 1948, lo cual abre espacios para la instalación de debates políticos entre los sectores explotados y oprimidos.

Por esto, desde el NPS ordenamos nuestra intervención política durante las elecciones y en las luchas donde intervenimos, planteando la necesidad de una Asamblea Constituyente para refundar social y políticamente el país sobre nuevas bases sociales, en la perspectiva de constituir una sociedad socialista de, para y por los trabajadores y trabajadoras y el conjunto de los explotados y oprimidos.

2. Apostamos por profundizar el actual ciclo de luchas desde un ángulo de independencia de clase y socialista. Esto lo hicimos en las elecciones, al colocar nuestra campaña electoral como un punto de apoyo político a las luchas y reivindicaciones de los sectores explotados y oprimidos. Pero, también, lo asumimos como una orientación para la intervención en las nuevas movilizaciones en curso. Por esto, hacemos un llamado a todas las dirigencias sindicales a realizar un Encuentro Nacional Abierto a todas las organizaciones (sindicales, foros, estudiantiles, populares y políticas) que estén dispuestas a luchar para discutir y votar un plan de lucha unificado contra el gobierno de Laura Chinchilla y el venidero, pues solamente con la movilización independiente en las calles es como se lograrán imponer las reivindicaciones de los sectores explotados y oprimidos. Por esto, desde el NPS apoyamos la convocatoria a la huelga sindical del 20 de marzo.

3. Vinculado a lo anterior, desde el NPS hacemos un llamado a no votar en esta segunda ronda y, desde ya, le planteamos al movimiento sindical, social y popular, la necesidad de mantener una total independencia política del futuro gobierno de Luis Guillermo Solís. A pesar de sus diferencias específicas con Jhonny Araya del PLN, ambos son representantes de partidos de la burguesía, cuyo proyecto consiste en garantizar la continuidad de todas las formas de explotación y opresión social del capitalismo costarricense. En el caso de Luis Guillermo Solís esto es palpable en casos tan concretos, como su insistencia en presentarse como un hombre de confianza para los grandes empresarios nacionales y transnacionales, por ejemplo, al plantear que respetara los enormes privilegios fiscales de las Zonas Francas y mantener la concesión de la terminal de muelles a APM Terminals.

4. Profundizar la construcción del NPS como un partido socialista y clasista a nivel nacional, que reivindique las luchas de los sectores explotados y oprimidos. Durante los últimos años, nuestro partido viene desarrollando importantes experiencias de lucha en sectores sindicales, estudiantiles, feministas y LGBT, incluso colocándose al frente de multitudinarias movilizaciones. Esta experiencia la queremos extender al conjunto de los sectores de la vanguardia política y de las organizaciones de masas, en la perspectiva de profundizar, en un curso de independencia política, las luchas de los sectores explotados y oprimidos. Además, encontramos fundamental la construcción nacional de un partido socialista y clasista como el NPS, en la perspectiva de avanzar en la organización de la clase obrera industrial del país, sobre todo la que labora en las grandes Zonas Francas.

5. Aunado a lo anterior, aunque categóricamente denunciamos el carácter antidemocrático de las elecciones burguesas, encontramos necesario que la izquierda socialista participe en las mismas, aprovechando la tribuna electoral para visualizar ante cientos de miles de sectores explotados y oprimidos, un programa que sintetice sus reivindicaciones y luchas, planteando una perspectiva alternativa de sociedad desde la clase obrera, los sectores asalariados y oprimidos. Bajo estos criterios políticos, asumimos como una tarea política de nuestro partido, la extensión de nuestra inscripción electoral para las próximas elecciones.

 

Nuevo Partido Socialista de Costa Rica

 

Dejanos tu comentario!