Severino Ramos, Profesores en movimiento y juventud de ¡Ya Basta! 05/12/2015
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Una nueva generación de luchadores viene tomando por sorpresa al poder represivo del Estado de San Pablo y enfrentando al gobierno autoritario de Geraldo Alckmin, con mucha voluntad de lucha y resistencia los estudiantes mantienen la toma en cientos de escuelas de las afueras y de la Ciudad donde la represión policial es cada vez más fuerte.
Esta movilización ganó tanta importancia que se ha «exportado» al interior del Estado e incluso fuera del Estado, como en el caso de Mato Grosso. Y ha puesto en jaque un verdadero feudo electoral de los tucanes[1]. Esta juventud inspirada en la experiencia de los movimientos en la rebelión de junio de 2013, donde parte de esta juventud estaba en las calles del país o incluso en las grandes protestas contra los aumentos en los boletos del transporte público o en contra de los gastos para la realización de la Copa Mundial. Fue ahí donde aprendieron los métodos de lucha directa como el enfrentamiento con la policía o los cortes de calles y avenidas.
Nosotros, los Profesores en Movimiento y la Juventud de ¡Ya Basta! estamos hombro a hombro con los estudiantes secundarios. En el colegio público María Osorio Teixeira vemos un ejemplo de lucha que emociona; en pocos días los estudiantes instituyeron una organización interna que impresiona, lo que llegó a inspirar a compañeros de otras escuelas como fue en el caso de la toma de una escuela vecina como la EE João Batista (JB) que recibe todo el apoyo y solidaridad de los estudiantes. La primera escuela fue tomada a raíz de la indignación de los estudiantes, sus padres y profesores en contra del cierre de los turnos de enseñanza media y los segundos por la trasferencia de estas medidas a la enseñanza primaria y tanto el Colegio María Osorio como el JB no están dispuestos a dar marcha atrás hasta que la victoria sea completa.
En el camino a la victoria
Después de casi un mes de movilización, los estudiantes secundarios del Estado de San Pablo le impusieron una derrota aunque sea momentánea al gobierno de Geraldo Alckmin y su secretario de Educación. La caída del secretario de Educación, Herman Voorwald, fue la primera gran victoria del movimiento; hace años que un evento no tenía tal impacto sobre la burocracia gubernamental. Las tomas crecen día a día y consecuentemente también aumentan la represión policial e institucional de las Unidades Escolares y las Direcciones de Educación, sin embargo no hay ninguna perspectiva de retroceder por parte de los estudiantes.
Así se inicia un proceso de desgaste tanto para el gobernador Alckmin como para sus funcionarios de Educación. Se están dando cuenta que sólo la represión y la persecución no son suficientes para obstaculizar o impedir la lucha de los estudiantes. Las órdenes de embargo emitidas por el Gobierno y la burocracia local han sido rechazadas por la justicia, los padres de los alumnos toman las escuelas junto con ellos; universidades, entidades de renombre y artistas envían su apoyo y se posicionan contra la medida del gobierno, asimismo la prensa burguesa no sabe ya cómo negar la legitimidad de las tomas. Una vez más, de una manera u otra, la población se da cuenta que la medida del Gobierno no fue pensada pedagógicamente y afectará negativamente la vida de las personas más allá de no aportar nada para mejorar la educación.
La táctica utilizada por el Gobernador del Estado hace días atrás fue la de aumentar la represión hacia la juventud y elaborar un plan para descalificar y asociar al movimiento con agrupaciones políticas. Todo esto con el fin de aislar al movimiento y prevenir su crecimiento en otras ciudades, una táctica que no ha funcionado. La justicia burguesa que por más de veinte años estuvo al servicio del gobierno del PSDB rechaza las solicitudes para la evacuación de las escuelas y cuestiona la capacidad de negociación de los representantes de la secretaría de Educación y al propio proyecto de reorganización educativa. Tal desgaste llevó al gobernador Geraldo Alckmin a despedir también al Jefe de Gabinete y al Secretario de Seguridad en las últimas negociaciones con los estudiantes, porque ya no había ninguna posibilidad de negociación que no fuese retroceder la implementación del proyecto.
Luchar por la revocación definitiva del proyecto
Este último viernes 4 de diciembre uno de los representantes más truculentos del Estado le indicó al gobernador que no hay otra salida que no sea la suspensión del Proyecto de Reorganización de las Escuelas Estatales. Y apareció en la televisión nacional para explicar cómo una juventud compuesta por estudiantes secundarios, en sus amplias mayorías menores de edad y niños, estaban resistiendo al mayor aparato represivo del país sin demostrar ninguna intención de retroceder, aun después de una semana de ocupación de las principales avenidas y calles del centro de San Pablo. Los gobernantes ya no se podían esconder debajo de la mesa frente a los actos diarios y cortes de las principales avenidas y calles de la ciudad con la cobertura en vivo de la prensa.
Este es un importante revés pero no una categórica victoria. No es por nada que al gobernador le dicen Pinocho, es decir, por mentir y distorsionar la realidad. Su medida no fue revocar por tiempo indeterminado el proyecto sino apenas suspender momentáneamente su tratamiento (para desempolvarlo en cualquier momento) y así lograr desmovilizar a los estudiantes. A condición de presentar el proyecto para el próximo 9 de diciembre, durante la realización de una audiencia pública para debatir el proyecto que será realizada en el Memorial de América Latina. En nuestra opinión, esta comunicación del gobernador es una maniobra para dispersar y vaciar el movimiento y comprometer a los estudiantes y sus familias para abrir un canal de diálogo favorable al Gobierno.
Es preciso continuar en la lucha. Aún no se trata de una victoria definitiva, el simple hecho del anuncio del gobernador y su decreto no garantiza que será revocado definitivamente el proyecto. Por lo que es necesario mantener las tomas en las escuelas. No retroceder hasta que se haga concreto que todos los estudiantes serán mantenidos en sus escuelas y que no habrá ningún tipo de represalia hacia los jóvenes luchadores y los profesores que participaron de las movilizaciones.
[1] Se llama así a los integrantes del Partido da Social Democracia Brasileira en alusión al dibujo de su logotipo.