Por Rafael Salinas
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Grave derrota del chavismo en las elecciones parlamentarias
“Nací, me crié y hago mercado en Catia [barrio popular de Caracas]. Lo que vi el día de las elecciones fue lo mismo que en el 98 [primera elección presidencial que ganó Chávez]. Ahora la gente también bajó en cambote [en desorden] de los cerros, de los bloques, de las casitas, por su propia cuenta –no había punto azul, ni jeep, ni motos– pero para votar contra el gobierno de Maduro.
“Les pregunté a mis viejos amigos y amigas: «¿ustedes conocen al candidato de la MUD en Caracas?» Y la repuesta tajante fue: «No sé ni mi interesa quién es; yo simplemente voy a votar contra Maduro». Métanle «ojito» a los anteriores procesos electorales aquí y se sorprenderán por los resultados del domingo.
“La última vez que hice mercado en Catia, 1 kilo de Harina Pan bachaqueado [de contrabando] costaba Bs. 250,00 y 1 kilo de pollo Bs. 600,00 dentro del Mercado Libre de Catia. El día de las elecciones vi a muchas mujeres expresar su indignación y rabia por esta situación, las mujeres eran las más molestas…
“Le doy un dato a la MUD: la gente votó contra el gobierno y no por ustedes… El pueblo está arrecho [furioso].” (Fran Tovar, “¿Por la MUD? o ¿contra el gobierno de Maduro?”, diario El Joropo, 07/12/2015)
Finalmente, en las elecciones parlamentarias del domingo pasado, se produjo un categórico “voto castigo” al gobierno de Maduro. Algo más del 55% votó por las listas de la MUD (Mesa de la Unidad Democrática)… Y esto sucedió con una concurrencia a las urnas del 75% de los electores, una cifra insólita para Venezuela. El chavismo perdió por primera vez una elección trascendental,[[1]] aunque de ninguna manera fue “borrado del mapa”: logró retener casi el 42% de los votos válidos.
Asimismo, las tendencias esbozadas en los últimos meses en las encuestas de surgimiento de un voto “independiente” (tanto del gobierno como de la oposición de derecha), finalmente fueron mínimas.
El triunfo de la MUD en número de votos se multiplicó en las bancas del parlamento, gracias al antidemocrático sistema establecido por el chavismo. Es que la gran mayoría de los diputados a la “Asamblea Nacional de la República Bolivariana de Venezuela” se elige por “circunscripciones” y no por representación proporcional a escala del país o, por lo menos, de sus Estados.
Cuando el chavismo era mayoritario en casi toda Venezuela, eso “engordaba” artificialmente su representación. Ahora este mecanismo se le vuelve en contra. Así, en la Asamblea Nacional que resulta de esta votación, la MUD ha logrado, en principio, 109 diputados contra sólo 55 del chavismo. Además, los tres “diputados indígenas” se alinearían también con la MUD. Si esto se confirma, la MUD tendría en total 112 escaños (2/3 de la Asamblea). Esto es lo que se denomina “mayoría calificada” que, como veremos, tiene una importancia decisiva a nivel de las instituciones.
En un marco sudamericano e internacional con vientos desde la derecha…
Estos resultados se encuadran en una situación de deterioro del conjunto de los gobiernos “progresistas” sudamericanos. En ese cuadro, el triunfo de Macri en el ballotage de la elección presidencial de Argentina el 22 de noviembre pasado, fue un hecho importante que repercutió notablemente en Venezuela y dio aliento adicional a la derecha en el último tramo de la campaña.
En mayor o menor medida, los distintos gobiernos burgueses “anormales” de América Latina –a saber, los de Venezuela, Ecuador, Brasil, Argentina y Bolivia– venían enfrentando situaciones desfavorables, en primer lugar por el fin del boom de las materias primas… aunque hay diferencias enormes en el cuadro económico y político que tienen cada uno de esos países, y su gravedad.
Asimismo, esto se desarrolla en un momento internacional que tampoco es favorable, con hechos que van desde la degradación reaccionaria de la Primavera Árabe hasta la traición de Syriza en Grecia y las consecuencias políticas negativas de los atentados islamistas en Europa. ¡El mismo domingo en que los “pitiyanquis” de la MUD ganaban las elecciones venezolanas, en Francia los fascistoides del Frente Nacional de Marine Le Pen eran el partido más votado en las elecciones regionales!
Pero estas son todavía, tanto en Europa como en América Latina, situaciones coyunturales, donde se entrecruzan tendencias reaccionarias y progresivas. Aunque las primeras predominen en estos momentos, no hay tampoco derrotas contrarrevolucionarias aplastantes.
Está lejos de haberse consumado a escala a internacional vuelcos rotundos hacia la derecha… aunque las últimas oscilaciones vayan en ese sentido.
…un “voto castigo” al gobierno de Maduro y el PSUV
En este cuadro internacional, Maduro y su gobierno sufrieron un durísimo “voto castigo”… que además pone en cuestión su continuidad en el gobiernos.
El clima que describe Fran Tovar (citado al inicio de este artículo) en el barrio popular de Catia en Caracas, explica el por qué. Es el justificado mal humor que reina en todo el país, por el desabastecimiento y la inflación galopante.
Aclaremos que Catia es un barrio con un largo historial en las luchas sociales y políticas de Venezuela. Fue por ejemplo, bastión de la resistencia –incluso armada– contra la dictadura militar de Pérez Jiménez, derrocada en 1958. Cuatro décadas después, Catia sería también uno de los primeros y principales bastiones del chavismo. Que haya ganado allí la MUD (o más bien, que haya perdido el gobierno de Maduro) es un hecho político tan significativo como trascendental.
Pero, también con sus límites. Es que, como subraya este nativo de Catia, “la gente votó contra el gobierno y no por ustedes…” No le han dado a la MUD un cheque en blanco. Y votaron contra Maduro porque, en medio una inflación galopante, no garantiza comida, ni medicinas, ni otras necesidades de primer orden…
¿Pero acaso la MUD desde la Asamblea Nacional va a resolver eso? Por lo pronto, al otro día de las elecciones la central patronal Fedecámaras (principal patrocinador de la MUD junto con la Embajada yanqui) exigió a Capriles que ya mismo derogue la Ley de Trabajo y el resto de las leyes sociales del chavismo… no que se ocupen de garantizar la comida de los trabajadores y los pobres. O sea, que empeoren cualitativamente su situación.
La derogación de la Ley del Trabajo, facilitaría los despidos en masa, que es uno de los sueños de la patronal para barrer a las organizaciones obreras de las empresas, e instaurar un régimen de terror facilitado además por la actual crisis y desempleo. De la misma manera, se proyecta arrasar con el activismo en las empresas y organismos estatales.
Esto se combina con otras cuestiones no menos complicadas… y peligrosas. La consecuencia política-institucional de este voto castigo, es que el PSUV no sólo ha perdido el control de la Asamblea Nacional. La MUD habría logrado, como dijimos, 112 escaños. Eso constituye una “mayoría calificada” que permitiría, entre otras medidas, votar reformas de la Constitución, convocar para inicios del año que viene un “referéndum revocatorio” del mandato de Maduro, promulgar leyes fundamentales llamadas “orgánicas” o “habilitantes”. Podrían también remover y designar jueces del Tribunal Supremo de Justicia (TSJ) y a los funcionarios del Consejo Nacional Electoral (CNE), etc., etc.
En suma, la MUD, brazo electoral de la gran burguesía pre-chavista y del Departamento de Estado, no sólo ganó la elección parlamentaria. También ha logrado la posibilidad –a nivel institucional– de barrer con un régimen que nunca fue realmente “socialista” (ni del siglo XXI ni del siglo XX), pero que expresó una relativa resistencia e independencia (cada vez más débil y en retroceso) frente al imperialismo yanqui y a los sectores de la burguesía nativa que son sus sirvientes históricos e incondicionales. (Como es caso de los Capriles, familia de billonarios que integra esa reducida élite.)
Finalmente el chavismo no sólo no condujo a Venezuela al “Socialismo del Siglo XXI”. Por el contrario, terminó alfombrando el camino de retorno al poder de esa burguesía abyecta, de un entreguismo y una sumisión al Amo del Norte sin límites ni disimulos.
¿Qué va a suceder?
Como explicamos, Maduro necesitará acordar con los dirigentes de la MUD (incluida la Embajada de EEUU), cualquier ley que quiera aprobar. Pero no sólo eso. También está en cuestión su permanencia en el cargo. Con 112 parlamentarios se puede iniciar un proceso destituyente, vía referéndum revocatorio.
Pero, por el lado de la MUD, ¿se va a intentar un “acuerdo nacional” para gobernar con Maduro… o van a tratar de derribarlo ya? El mandato de Maduro dura hasta 2019.
Aquí se abren diversos caminos para la oposición. Destituir a Maduro, implicaría no sólo cargar con el muerto de una crisis fenomenal, sino también dar la cara para aplicar medidas “desagradables” que le garantizarían a corto plazo el odio popular. ¡No hay que olvidar que una buena parte de los votos de la MUD son votos “prestados” de ex-votantes chavistas, por la vía del engañoso mecanismo del “voto castigo”!
Por otro lado, no destituirlo, exigiría negociar con Maduro y el PSUV un acuerdo para gobernar… Pero eso, aunque no sea explícito ni directo, implicaría en alguna medida hacerse responsables.
Sin embargo, la otra opción no pinta más fácil. Si van a la guerra para derribarlo ya, pueden abrir una de esas situaciones que se sabe cómo empiezan pero no cómo (ni cuándo) terminan… A eso apunta, sin medir las consecuencias, uno de los principales dirigentes opositores –Ramos Allup de Acción Democrática–, en declaraciones a la Agencia EFE (07/12/2015): “Se acabó; empiecen su conteo regresivo… Creo que el Gobierno está en un proceso de franca disolución, se está derritiendo, y difícilmente llegue a su conclusión natural que son la celebración de las próximas elecciones presidenciales de 2019.”
Para la burguesía opositora (y sus patrocinadores de Washington y Miami) esto podría ser jugar con fuego, algo más peligroso que seguir soportando por cierto tiempo al detestado chavismo post-Chávez para que les haga el trabajo sucio….
[1].- En el 2007, Chávez perdió por escaso margen un referéndum de reforma constitucional, en donde casi la mitad de los electores no fue a votar. Pero no es comparable a esta elección, donde el gobierno pierde el control del Poder Legislativo, y en una elección en que votó más del 75%, cifra insólita para Venezuela.
Como antes señalamos, finalmente no cuajaron en las elecciones alternativas independientes de la polarización entre la MUD y el PSUV, como insinuaban las encuestas de meses atrás.
Sea cual fueren las relaciones que se establezcan entre el gobierno y la MUD –desde los acuerdos de “gobernabilidad” hasta la guerra destituyente–, lo indudable es que los trabajadores, la juventud y los sectores populares van a ser quienes sigan pagando los costos de la crisis.
La clase obrera venezolana y sus activistas han demostrado ser de una combatividad indudable. Aún hoy, en las difíciles condiciones de una crisis que genera cada vez más desempleo, sigue habiendo duras luchas. Esto es muy importante… pero lo decisivo es que sobre esta base pueda ponerse de pie una alternativa política independiente de ambos polos igualmente patronales y enemigos de los trabajadores.
¡Nada se puede esperar ya del PSUV y su gobierno! ¡El desastre del desabastecimiento, las colas y la carestía –que sólo sufren los trabajadores y los pobres– es consecuencia directa de su política! ¡La farsa de la “guerra económica” ya no puede esconder la realidad: que los grandes burgueses (opositores o chavistas) se llenan los bolsillos gracias a la especulación con el dólar y las importaciones, facilitada por el gobierno!
Pero un gobierno neoliberal de la MUD será igual o peor, y vendría acompañado del sometimiento colonial a Estados Unidos. Sería la vuelta al poder de los títeres de la IV República, que en su momento llevaron a los trabajadores y al pueblo a situaciones no muy distintas del actual desastre.
La situación actual impone a todas las corrientes políticas que se reclamen de los trabajadores y el socialismo, unirse y cerrar filas, cortando al mismo tiempo todo lazo político con este gobierno en bancarrota y con la oposición proimperialista.