En el mar de anuncios de miembros del gabinete del terror de Macri, apareció el fin de semana la designación de Fabiana Túñez de la Casa del Encuentro al frente del Consejo Nacional de Mujeres. Túñez declaró, con “alegría en el corazón”, que asumirá la tarea, la agradeció a “Caro” Stanley (ex ministra de Desarrollo Social de CABA, bien conocida por las y los trabajadores ultra precarizados de la Ciudad) por la confianza y explicó que llevará adelante la tarea con compromiso en la lucha contra la violencia hacia las mujeres, mientras prometió que su oficina tendrá las puertas abiertas para el movimiento.
El nombramiento de Túñez contrasta con el resto de las bestias del gabinete, porque la Casa del Encuentro ganó prestigio en los últimos años al ser la única fuente de estadísticas sobre femicidios y violencia, dado que en 12 años el gobierno K no había sido capaz siquiera de dar cuenta de las cifras reales que afectan la vida de las mujeres.
Desde la agrupación de mujeres Las Rojas queremos exponer nuestra posición frente al hecho de que Túñez haya aceptado el puesto, porque consideramos que no se trata de un avance ni una conquista.
Lo más general que hay que decir es que cualquier persona que acepte ser funcionario de un gobierno forma parte de una totalidad. Es decir, es parte de un proyecto político de conjunto que tiene un programa y un plan para la Argentina. Y ese plan no es otro que el de aplicar un ajuste brutal, ya anunciado de mil maneras (llámese dólar libre, levantamiento de los subsidios a las tarifas, despidos de estatales, ajustar a las y los docentes, hacer acuerdos con los burócratas y las patronales para aumentar la competitividad). ¿Cómo puede una activista que se reclama del “feminismo popular” aceptar ser parte de eso? ¿Cómo convivirá tan tranquilamente con los ajustadores, con tipos como Burzaco en seguridad, que era parte del gobierno de Sobisch cuando asesinaron a nuestro compañero Carlos Fuentealba? ¿O al lado de tipos que han sido gerentes y asesores de multinacionales como Shell, JP Morgan, Telecom, IBM, ex presidentes de la Sociedad Rural… a los que no les va a temblar la mano para hacer que sea la población trabajadora la pague con su sufrimiento el aumento de las ganancias patronales? Ni que hablar de un gobierno que ya anunció su alianza con lo más retrógrado del imperialismo, besitos y mensajitos con Obama mediante, su apoyo a los escuálidos venezolanos, y lo más rancio de los arrastrados gobiernos pro imperialistas de Colombia y otros. No en vano la futura canciller, Susana Malcorra, ya avisó que Macri le pidió tener “visión de afuera hacia adentro”. En castellano, poner a la Argentina en sintonía con el imperialismo y el FMI. ¿Va a renunciar a su puesto Túñez cuando Macri anuncie su alineamiento con los bombardeos imperialistas al pueblo sirio?
Si es fiel a sus supuestos postulados, Túñez ya tendría que renunciar. Porque el gobierno que todavía no asumió ya anunció una serie de medidas que van contra los intereses y necesidades de la población trabajadora. El ajuste que se viene va a afectar en primer lugar a las y los trabajadores, a los que además Macri no va a tener ningún problema en reprimir si es necesario (¿o no dijo ya una y mil veces que basta de protestar cortando calles?). Un “feminismo popular” marca Túñez, capaz de aceptar un cargo por un supuesto avance para las mujeres a cambio de avalar toda clase de barbaridades contra el conjunto de las y los trabajadores, es en realidad una transacción de los sufrimientos de algunas por los sufrimientos de otros.
Eso solo ameritaría no haber aceptado el puesto. Pero, dicen muchas feministas, es mejor Túñez que Zulma Faiad, una empresaria o alguna otra bestia. ¿Mejor para quién?, habría que preguntar. Porque está claro que la “gestión” de Túñez no va a poder cambiar el carácter patriarcal y machista del macrismo.
Pero como en el mundo fragmentario del corporativismo se puede creer que una cosa no quita la otra, y que es posible no estar de acuerdo con el carácter reaccionario del gobierno de Macri, integrar el gobierno de Macri y seguir siendo “feminista popular”, supongamos por un momento que sería creíble el cuento de que ella va a poder luchar desde ese lugar por los derechos de las mujeres. Un ejemplo de no hace muchos años servirá para graficar que tampoco esa ilusión es posible. Ginés González García, ministro de Salud de Néstor, antes, durante y después de su gestión, siempre se declaró a favor de la legalización del derecho al aborto. Jamás pudo pasar de su declaración de buenas intenciones, precisamente porque era parte de un gobierno que siempre estuvo contra el derecho a decidir de las mujeres. ¡Y eso que era ministro, no presidente de un consejo que tiene presupuesto para 20 empleados! Queda clarísimo, por las propias declaraciones de Túñez, que ella ya renunció a la pelea por el derecho al aborto al momento de aceptar el cargo en el Consejo. En sus primeras declaraciones al diario Clarín dijo que su principal tarea será abocarse a los temas de violencia. Traducido: nada de abrir la boca por el derecho al aborto. Es decir, no sólo acepta negociar un poquito de Ni Una Menos por todos los demás sufrimientos que padecerá el conjunto de los explotados y oprimidos, sino que también negocia algunos supuestos avances en el tema de violencia, a cambio de callarse la boca sobre el aborto clandestino que, dicho sea de paso, se lleva la vida de más de 400 mujeres al año. Lo mismo con relación al tema de la trata para la explotación sexual. Lorena Martins, hija del reconocido proxeneta Raúl Martins (dueño y regente de varios prostíbulos) ha denunciado reiteradamente que su padre es amigo y financista del gobierno del PRO en la ciudad. Cuando el gobierno de Macri no dé un solo paso en desmantelar las redes de trata para la explotación de mujeres, es decir, las siga amparando, ¿Túñez, seguirá siendo parte de ese gobierno o va a salir a denunciarlo?
¿Y qué va a pasar cuando Túñez reclame el presupuesto necesario para aplicar la ley contra la violencia? Hoy se destina menos de 1 peso por mujer a “resolver” el problema. ¿Con qué mágica varita “popular” Túñez conseguiría que Prat-Gay, Frigerio, Aranguren y los demás enviados del imperialismo le dieran el sí a un presupuesto mayor si están viendo cómo hacen para recortar el “gasto” lo más posible? Las trabajadoras de la línea 144, que depende del Consejo, ya vienen denunciando las condiciones de extrema precarización en la que trabajan. ¿Túñez va a pelear con ellas para que sean pasadas a planta permanente, para que cobren un sueldo digno? O avala la explotación y la precarización laboral, o no dura ni 15 minutos en su puesto.
Queda claro que a las mujeres no les sirve la designación de Túñez.
La pregunta, entonces, es a quién sirve Túñez en el Consejo
En un país donde hace menos de seis meses hubo una movilización de más de un millón de personas, porque la sociedad ya no se banca tanta impunidad con la violencia y los femicidios, el kirchnerismo empezó con el operativo desmontar el #NiUnaMenos. Pero la tarea es enorme para ellos, porque cada vez hay más femicidios, más violencia, y la sociedad sigue movilizada por los temas de las mujeres. La verdadera misión de Túñez en el gobierno de Macri no es avanzar en los derechos de las mujeres, sino barnizar de prestigio al gobierno. Con el prestigio de la lucha, sobre los hombros de las miles y miles de personas que se movilizaron el 3 de junio, sobre los hombros de las víctimas y familiares que se organizan para enfrentar a la justicia patriarcal, sobre los hombros de las miles de mujeres que nos organizamos y formamos parte del movimiento de mujeres, Túñez intenta utilizar toda esa lucha para barnizar al gobierno de Macri de “feminismo popular”.
Por eso decimos que Túñez asume en el Consejo ¡NO EN NUESTRO NOMBRE!
Más que nunca, los derechos de las mujeres los conseguiremos luchando en las calles, presionando para que lo que se ha instalado en la agenda social y política como un problema de primer orden esté en la agenda de los problemas políticos, luchando por el derecho al aborto libre, legal, seguro y gratuito, contra la impunidad y contra la violencia y los femicidios. Y sin bajar ni un minuto las banderas, luchar codo a codo con el conjunto de las y los trabajadores contra todas y cada una de las medidas que tome el reaccionario gobierno de Macri contra cualquier sector de los explotados y oprimidos.
Inés Zeta