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Defendamos la importante experiencia de los obreros ceramistas

El pasado jueves 17 de diciembre se realizaron las elecciones del emblemático sindicato ceramista de Neuquén (SEOECN) para renovar su comisión directiva por los próximos tres años, órgano gremial que nuclea a las tres fábricas recuperadas bajo administración obrera, Zanon, Stefani y Cerámica Neuquén. En esta ocasión, la histórica agrupación Marrón, dirección del sindicato desde hace 15 años, se dividió en dos listas, la “Marrón Independiente” encabezada por Alejandro López (quien ya fue secretario general del 2006 al 2009 y diputado un año en la banca provincial del FIT) y, por otro lado, la lista “Bordó-Marrón desde las bases” (PTS) encabezada por Andrés Blanco. La lista “Obrero Gris” (IS-PCR) no se presentó en esta oportunidad. La lista de López se impuso por bastante diferencia, obteniendo el 60% de los votos contra el 40% de la lista encabezada por Blanco, con una participación del 70% de los afiliados (sobre un total de 500), menor a la de la última elección en 2013.

Una primera observación al resultado es que el sector independiente de la marrón conserva el liderazgo en el sindicato, teniendo en cuenta que el secretario general saliente, Morales, pertenece a este agrupamiento. A la vez, debido a la distribución proporcional de cargos, el PTS sigue conservando una representación importante en la comisión directiva.

Sin embargo, surgen varios interrogantes acerca del significado de la elección a los que los balances y notas publicadas por las distintas fuerzas (PTS, PO) no dan respuesta. El importante dato político de la división de la agrupación dirigente en el marco del difícil momento económico que está atravesando la experiencia del gremio, y las perspectivas políticas de la experiencia en su conjunto. Intentaremos acercar una respuesta a estos interrogantes que de elementos para luchar por una perspectiva política a esta importante experiencia de la recomposición obrera.

Un contexto desfavorable

Partamos de señalar que la experiencia de lucha en el gremio se encuentra relativamente estancada. El ahogo financiero impuesto por el MPN y el gobierno nacional a los obreros ceramistas, negándoles los créditos necesarios para la renovación tecnológica a Zanon, que hoy se encuentra en una grave crisis económica, combinados con los reiterados ataques políticos a la experiencia, generaron un desgaste en la base de la fábrica.

Ya señalábamos en una nota anterior las dificultades de organización que se habían presentado durante el conflicto de Cerámica Neuquén (bajo administración obrera desde 2014). La falta de coordinación entre la lucha contra el abandono de Cerámica Neuquén por parte de la patronal y el pedido del préstamo a Zanon para su renovación tecnológica fueron por carriles diferentes. Esto es especialmente llamativo teniendo en cuenta que sólo 100 metros dividen a los obreros de una y otra fábrica. La falta de convocatoria a una asamblea unitaria de todo el gremio e incluso la ausencia de la base obrera de Zanon en la marcha realizada a la gobernación por los obreros de Cerámica Neuquén expresaban, aún en la última lucha dinámica del gremio, la grave crisis que hoy se profundiza al calor de la devaluación y ajuste macrista en curso.

La ruptura de la Marrón es, en algún punto, expresión de la crisis que vive esta importante experiencia obrera.

Una política equivocada

El PTS justifica la ruptura de la Marrón señalándola como una “delimitación política” debido a la adaptación del sector independiente al gobierno nacional y provincial. Según el PTS, estos compañeros abandonaron la estrategia de la lucha a la espera de los favores y promesas de los diputados y funcionarios (como los préstamos para la renovación tecnológica de Zanon), para evitar entrar en conflicto con ellos, orientación que llevó a la desmovilización de la base obrera.

Pero lo que el PTS no explica es por qué no surgió antes dicha “delimitación política” en forma de debates abiertos a la base de la fábrica, al activismo y organizaciones que apoyaron estas luchas. En los últimos años, nunca hubo un debate franco y abierto por parte del PTS acerca de las dificultades planteadas, en la perspectiva de luchar por una solución de fondo a las dificultades económicas de las cooperativas obreras. No se abrió el debate acerca de la orientación estratégica de la experiencia, error que fue funcional a la adaptación a las inercias y contradicciones propias de mantener cooperativas obreras en el marco de la economía capitalista.

Creemos que la desmovilización respondió a presiones objetivas que no se combatieron a tiempo, más bien se fomentaron desde un enfoque “cooperativista” haciendo propaganda del “control obrero” sin un abordaje crítico del mismo. El PTS pasó años haciendo propaganda con el logro de la “expropiación de Zanon a los capitalistas” sin plantear seria y honestamente las dificultades y contradicciones que suponía esta experiencia, y cuando estas dificultades comenzaron a aflorar en toda su magnitud, no fueron hasta el final en las discusiones, no pelearon por una orientación revolucionaria de la experiencia, por poner en pie una amplia campaña unitaria por la estatización bajo control obrero de las fábricas ceramistas recuperadas, pelea que, de triunfar, garantizaría la continuidad laboral y el salario digno bajo convenio de los obreros ceramistas, obligando al estado a hacerse cargo de mantener los puestos de trabajo, “esquivando” de alguna manera, las leyes de hierro de la competencia capitalista.

Claro que la formulación y planteo de este programa no “garantiza” en si mismo el triunfo de la experiencia, ni soluciona mágicamente los problemas, pero es en sí, la única manera de poder darse una política para enfrentarlos concretamente.

Las contradicciones de administrar una cooperativa obrera bajo el capitalismo (teniendo en cuenta que el abandono de la patronal se dio en condiciones de falta de inversión en mantenimiento y desgaste de la maquinaria) obliga a los obreros a intervenir en las “reglas del juego” de la economía compitiendo en inferioridad de condiciones con empresas nacionales y extranjeras que tienen acceso a créditos y apoyo estatal, o incluso plantea la paradoja de que fábricas ceramistas hermanas bajo control obrero compitan entre sí.

La dura auto-explotación a la que se vieron sometidos los compañeros planteó contradicciones tales como administrar las ganancias, aumentar o reducir sus propios salarios, administrar los ritmos de producción y la jornada laboral, invertir en mantenimiento, marketing o ventas a costa de su propio nivel de vida, de los ingresos de sus familias, para poder “ser competitivos” y no ir a la quiebra. Todo esto en condiciones de ahogo financiero, sin acceso a crédito estatal y con total hostilidad del gobierno provincial y nacional.

Al no tener una política para dar respuesta a estas dificultades, los problemas fueron a veces vistos como “ineficiencia” de la dirección en la administración de la empresa. La falta de una perspectiva clara por parte de sus dirigentes para dar una salida al embrollo fue erosionando las relaciones en la fábrica y minando la desmoralización, y es la razón de fondo de la ruptura de la Marrón, una agrupación que supo ser la dirección de esta importante experiencia durante 15 años.

Sin embargo, los obreros de la Marrón independiente (así como, claro, los militantes del PTS) son compañeros de lucha con los que se puede discutir y accionar en conjunto, que han puesto el sindicato al servicio de importantes peleas por distintas luchas democráticas, obreras y populares, así como con ellos hemos realizado en Zanon y Cerámica Neuquén actos unitarios por el primero de mayo los últimos dos años dónde se ha planteado la necesidad de unificar las luchas contra el ajuste y avanzar en la convocatoria a encuentros de luchadores para pelear contra los ajustes y por las reivindicaciones de los trabajadores.

Es por esto que lamentamos que no se hayan dado los debates necesarios a tiempo, y alertamos sobre la necesidad de unificarnos más que nunca, sin sectarismos, en el marco de los duros enfrentamientos que plantea en el horizonte la puesta en pie de un gobierno reaccionario como el de Macri.

Es hora de unir fuerzas contra el ajuste

El gobierno de Macri y su gabinete reaccionario ya comenzaron a aplicar un duro ajuste a los trabajadores y el pueblo. La quita de las retenciones al agro y la devaluación ya comenzaron a expresarse en el aumento de los precios de los productos de la canasta básica. Ahora Macri busca regimentar la protesta social con un “protocolo” que le dé legitimidad para “terminar con los cortes de calle” y reprimir a los trabajadores que salgan a enfrentar el ajuste. En este contexto, es necesaria la más amplia unidad de los luchadores para derrotar a este gobierno reaccionario.

La importante experiencia de los obreros ceramistas, su indiscutible referencia como ejemplo de lucha para los luchadores y la sociedad neuquina y la vanguardia de todo el país debe ser puesta al servicio de la pelea general contra el ajuste y por derrotar al gobierno reaccionario de Macri, a la vez que esta unidad entre los luchadores será imprescindible para dar una respuesta estratégica y defender el ahogo económico que el gobierno provincial y nacional impusieron a Zanon y quieren imponer también a Stefani y Cerámica Neuquén. Si los ceramistas resisten, avanzan, conquistan sus reivindicaciones, esta experiencia será una trinchera para fortalecer las luchas obreras y populares contra el ajuste de Macri.

Creemos que es necesario discutir la conformación de una multisectorial para defender la importante experiencia ceramista, poniendo en pie campañas unitarias apelando a la comunidad, para poner la estatización de las tres fábricas a la órden del día y exigir los créditos necesarios para la renovación tecnológica necesaria, al tiempo que coordinar la pelea contra el ajuste de Macri y su gabiente reaccionario de gerentes y empresarios, en la perspectiva de convocar a un gran encuentro nacional de luchadores para enfrentar el ajuste de conjunto.

Facundo M.

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