Por Ale K
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Nota del 12/1/16: El siguiente artículo fue publicado en la edición digital de SoB del día 30/12/15. En los siguientes días, la situación se agravó aún más. Las Fuerzas Armadas turcas continuaron su ofensiva con aún más brutalidad. Dos casos fueron emblemáticos: el asesinato de tres reconocidas mujeres activistas kurdas en la ciudad Silopi (Seve Demir, Pakize Nayır y Fatma Uyar) y la ejecución a sangre fría de 12 jóvenes kurdos en la ciudad de Van.
El toque de queda continúa en muchas de las localidades afectadas, y las muertes provocadas por el mismo ya pueden estar rondando o superando las 300. No se trata solamente de las fuerzas de seguridad disparando a los civiles: también significa corte de suministros, imposibilidad de salir a la calle, bombardeos indiscriminados, y algo tan cruel e inhumano como la negativa a que se retiren los cuerpos de los muertos, que entonces quedan tirados en las calles. Todo esto configura un auténtico crimen humanitario, que genera oleadas de desplazamientos poblaciones y por lo tanto contribuye también a una limpieza étnica de las regiones de mayoría kurda.
Esto se entiende con mayor claridad si se tienen en cuenta las palabras del propio Erdogan, presidente de Turquía. Ante la pregunta de si el modelo presidencialista que él defiende puede funcionar, respondió afirmativamente, poniendo como ejemplo exitoso “la Alemania de Hitler”. No hace falta profundizar en el significado de sus declaraciones ya que son auto-explicativas. Lo criminal es que esto provenga del jefe de Estado de un país de la OTAN, y no genere ni el más mínimo cuestionamiento por parte de sus aliados (en primer lugar, Estados Unidos).
Por otro lado, la autodefensa popular kurda también parece haber pegado un salto cualitativo. En muchas localidades comenzaron a formarse milicias armadas populares, denominadas YPS (Unidades de Protección Civil), que están causando considerables bajas en las fuerzas de ocupación turcas. Las YPS también cuentan con una rama femenina, las YPS-JIN, siguiendo el mismo ejemplo de la milicia de mujeres YPJ que opera en el norte de Siria.
Es importante remarcar que la lucha armada es sólo uno de los aspectos de la resistencia popular kurda: esta se apoya centralmente en un muy importante proceso de movilizaciones en las que participan organizaciones políticas, estudiantiles, sindicales, etc.
La resistencia del Kurdistán turco es una gesta heroica en una relación de fuerzas muy adversa. En el terreno militar, ya que las Fuerzas Armadas de Turquía son las segundas más numerosas de la OTAN. En el terreno político, ante el silencio de una “comunidad internacional” que le da vía libre a Erdogan para que haga lo que quiera, siempre y cuando cumpla con la función que la dirigencia de la Unión Europea le asigna: evitar que sigan fluyendo refugiados de Medio Oriente hacia Europa. En el plano de la política interna turca, porque Erdogan acaba de ganar unas elecciones y parece contar con el consenso de un importante sector de la sociedad, inflamada por prejuicios racistas y por la campaña de odio lanzada desde el Estado.
Por todas estas razones, el pueblo kurdo necesita la más amplia solidaridad internacional para que su lucha triunfe. El enorme valor de la resistencia se expresa en una de sus consignas populares: “Si Turquía actúa como el ISIS, nosotros seremos Kobane”.
¡Todo el apoyo al pueblo kurdo!
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El Estado turco, encabezado por el presidente Erdogan y su partido islamista AKP, avanzó cualitativamente en las últimas semanas en su política de agresión hacia el pueblo kurdo.
Ya desde el mes de julio de este año[1] que las fuerzas armadas turcas comenzaron nuevamente a bombardear las posiciones de la guerrilla kurda ligada al PKK (Partido de los Trabajadores del Kurdistán). Simultáneamente avanzaron en la represión a los civiles en las ciudades y aldeas del Kurdistán (sureste de Turquía). De esta manera el Estado turco rompió la tregua vigente desde 2013, retomando un sangriento conflicto que desde los 80 dejó decenas de miles de muertos.
Las fuerzas represivas turcas cercaron las poblaciones kurdas declarando el “estado de sitio”, que sirvió para disparar indiscriminadamente contra los civiles, provocando más de 180 muertes hasta el día de la fecha. Al mismo tiempo, removieron y encarcelaron a las autoridades locales democráticamente electas por las poblaciones.
Ante esta escalada represiva, en distintos núcleos urbanos se desarrollaron las YDG-H (Movimiento patriótico revolucionario de la juventud), fuerzas locales de autodefensa juveniles ligadas políticamente al PKK. Las YDG-H levantaron barricadas sellando el acceso a varios barrios kurdos, para que las fuerzas represivas turcas no pudieran ingresar. Así en diversas localidades las asambleas populares fueron declarando el autogobierno democrático y desconociendo las instituciones del Estado turco. Las fuerzas represivas turcas vienen desde entonces intentando sin éxito asaltar las barricadas y aplastar las experiencias de auto-gobierno, ante el masivo rechazo popular.
Este proceso fue incrementando su ritmo en la medida en que se fueron multiplicando los ataques del Estado turco. Entre ellos, fue especialmente brutal el atentado de Ankara[2], que dejó más de cien muertos: lo que se reventó allí fue una movilización pacífica convocada por los sindicatos, el partido pro-kurdo HDP y las organizaciones democráticas turcas con el objetivo de frenar los ataques de Erdogan. Los perpetradores, presuntos miembros del Estado Islámico, no pueden haber llevado adelante semejante ataque sin complicidad del propio Estado turco.
En las últimas semanas el conflicto recrudeció luego de que el Estado turco decretara simultáneamente el estado de sitio en gran cantidad de barrios y ciudades, movilizando tanques y soldados para aplastar las experiencias de auto-gobierno y provocar un desplazamiento en masa de población. En respuesta a esto se convocó el pasado fin de semana en la ciudad de Diyarbakir (según su denominación turca) o Amed (según la denominación kurda) un congreso popular con la asistencia de miles de delegados[3], que proclamó la conformación de regiones kurdas autónomas a lo largo de todo el Kurdistán turco. Estas regiones desconocerían al Estado central turco, se gobernarían por asambleas populares y estarían defendidas por sus propias fuerzas de auto-defensa.
En este sentido, es claro el impacto de la propia experiencia de los kurdos de Siria (Rojava), donde desde 2012 los cantones de auto-gobierno administran los asuntos políticos, económicos y sociales, al mismo tiempo que las fuerzas de autodefensa YPG-YPJ garantizan su defensa frente a las amenazas externas (Estado Islámico, jihadistas varios, Estado sirio, etc.).
Ante la escalada represiva del gobierno, los sindicatos y organizaciones populares vienen convocando movilizaciones masivas (especialmente entre los kurdos), e inclusive una huelga general que está desarrollándose al momento de escribir este artículo.
¡Todo el apoyo al pueblo kurdo y sus experiencias de autogobierno democrático!
¡Fuera el Estado turco del Kurdistán!
[1] Erdogan le declara la guerra al pueblo kurdo y a la izquierda, por Ale Kur, Socialismo o Barbarie, 26/07/15.
[2] Repudiamos los salvajes atentados de Ankara, Declaración de la Corriente internacional Socialismo o Barbarie, 10/10/15.
[3] “DTK PUBLICÓ SU RESOLUCIÓN RESPECTO AL AUTOGOBIERNO”, tomado del blog https://newrozeuskalkurduelkartea.wordpress.com/2015/12/28/dtk-publico-su-resolucion-respecto-al-autogobierno/.