Compartir el post "Las consecuencias de la precariedad de la agricultura como política"
Desde el partido me piden que hable de la situación en Agricultura Familiar, y voy a intentar un bosquejo, pero como suele pasar las cosas no son tan simples, ni tan lineales como uno pensaría y menos si pensamos desde la dialéctica.
Para poner las cosas en contexto y dar un marco, voy a dar algunos parámetros. La Secretaría de Agricultura Familiar surge luego del conflicto con el campo, por la ley de aumento de retenciones móviles a las exportaciones graníferas, también llamada 125, votada y derogada en Senadores en el año 2012. A partir de esta derrota del oficialismo, el mismo oficialismo rearma la estrategia con el sector rural de cara al nuevo panorama del contexto“gobierno kirchnerista”.
Situación de los trabajadores:
Antes de este conflicto los trabajadores del Ministerio de Agricultura que trabajaban con las comunidades campesinas e indígenas se encontraban en el PSA, Programa Social Agropecuario, que funcionó desde el año 1993 hasta 2013, derogado ese mismo año por el Ministerio de Agricultura, para dar lugar a la Subsecretaría de Agricultura Familiar. Surge esto a partir de la derrota del oficialismo en el Senado en las votaciones por la 125, para luego y por último elevarla a rango de Secretaría, en el año 2014. En este vericueto nos encontramos los trabajadores, ya que en ninguno de los casos y con persistentes reclamos, paros y movilizaciones, logramos pasar a una situación de mejora en la condiciones laborales, al menos en términos específicos, ya que hasta el día de hoy y tomando como parámetro el año 1993 a la fecha, todos los que trabajamos en este espacio somos contratados, a pesar de los incontables reclamos y paros llevados adelante por presupuesto, estructura y planta permanente. Antes de esto el Estado sólo atendía a los grandes productores asociados en la Federación Agraria, o la Sociedad Rural, con políticas de sanidad como vacunación de aftosa, y brucelosis como generalidades, para el sector, así como aportes presupuestarios de fondos del tabaco. O el algodón, que se desembolsaban directamente a las provincias; en algunos casos algunas provincias instrumentaban aradas y entrega de semillas por intermedio de los municipios, y estos fondos por lo general se distribuían a los afines partidarios del intendente de turno y los gobiernos provinciales. La reseña histórica es a los fines de la comprensión y el análisis para entender que todos los gobiernos burgueses-capitalistas indistintamente del partido que sean, siempre intentan y mantienen situaciones de explotación y precariedad laboral de los trabajadores y desvío de fondos.
Miremos de costado
Intento mirar la integralidad de los hechos. El aporte que realizan los trabajadores en las comunidades es difícil de cuantificar, ya que se trabaja desde una perspectiva social, productiva, cuidado del ambiente, gestión de proyectos, mejoras productivas, ganadería mayor y menor, cría de aves de corral, mejoras en infraestructura de agua, para consumo y producción, así como talleres en derechos de defensa de la tierra, y resolución de conflictos legales, mejoras en las viviendas, etc.
Si lo vemos por arriba y desde la economía política, podremos decir que es correcta la mirada y hasta coherente con los gobiernos burgueses que sucedieron. Desde la dialéctica los técnicos y las comunidades perdemos la mirada histórica sectorial, y de clase, y esa es la principal crítica a todos estos años de Agricultura Familiar, al Ministerio de Agricultura y al sector campesino e indígena, la pérdida de identidad en la perspectiva social y de clase. O sea, podemos gestionar un proyecto pero no sabemos cuáles son los aportes al conjunto del sector y la clase. Acá me hago unas preguntas: ¿los trabajadores y las comunidades nos identificamos como clase? ¿Nos identifica más el ser profesional y productor que el ser parte de la clase trabajadora? ¿Desde qué perspectiva vemos el mundo que nos rodea? La idea del gobierno de derecha del PRO juega en esta cancha al plantear la idea “40 millones de emprendedores”, consigna ultra liberal y funcional al modelo actual capitalista, quedaba mal decir “sálvese quien pueda como pueda”, quedando todo en manos del Dios Mercado.
Miro patas para arriba
Sigo, en la mirada ambiental, los campesinos y las comunidades de los pueblos originarios logran ser un tapón para el avance de la frontera agropecuaria, ya que resisten al modelo hegemónico de sojización o pampeanizacióndelterritorio. Por lo tanto, en este punto los pueblos en el territorio son una alternativa muy válida, ya que acá las miradas sobre las formas de producir son muy opuestas. Una apuesta al ambiente y a la vida, la otra apuesta a la explotación y concentración de la riqueza y los recursos naturales; en este punto sería correcto analizar “las revoluciones verdes del siglo XX”, desde Mendel y sus leyes de selección genética, pasando por la las semillas híbridas y la mecanización en los 60, y los fertilizantes y la aplicación de químicos en los cultivos en los 80, así como la última revolución verde, la de la biotecnología y la modificación genética de las semillas en los 90. Todas ellas han tenido una única premisa: acabar con el hambre del mundo. Y sin embargo el hambre en el mundo sigue tan vigente como hace siglos, falacias del capitalismo que promueven tecnologías para solucionar problemas y con ellas sólo las empresas acumulan capital y el hambre en el mundo se agrava, a lo que le sumamos desplazamientos masivos de poblaciones. Recordemos que en el año 2015 la población urbana superó a la rural en cantidad de habitantes por primera vez en la historia de la humanidad. Por lo tanto, las revoluciones verdes han servido para aumentar el hambre, y socavar las tierras cultivables,así como para lograr la concentración de la tierra en manos de unos pocos, ya sean empresas o privados, asegurando la riqueza de un modelo dominante.
Para analizar algunos datos, tan sólo en la Argentina el 5% de la población vive en zonas rurales. Es decir, que sobre 43millones de habitantes menos de 2 millones viven en zonas rurales contando en esta población todo concepto de comunidades originarias, campesinos, villas rurales y peones de campo, sobre un total de 31 millones de hectáreas cultivables, y sobre un total de 278.040.000 millones de hectáreas del país. Estos números analizados nos indican un despoblamiento drástico de las poblaciones rurales en detrimento de soberanía alimentaria e incremento de la frontera agropecuaria, poniendo en duda la capacidad de aprovisionamiento de alimento para otros sectores de la sociedad. En este punto podemos analizar la concentración del mercado de alimentos, y los índices inflacionarios crecientes; para tal situación véase “dueño de las góndolas pág. 12, 29 de mayo de 2011.” Este informe certifica la concentración de la economía y el grado de concentración en producción y venta de alimentos; por lo tanto me surge una segunda tanda de preguntas: ¿quién tiene el control de los medios de producción de alimento? ¿En manos de quién debieran estar estos medios de producción? A partir de esto hay que analizar dos conceptos bien definidos: soberanía alimentaria vs. seguridad alimentaria. Uno promueve saber qué consumimos y quién lo produce y cómo lo produce; el otro sólo sabemos que llevamos algo al estómago, casi en un estado de producción fordista.¿Qué modelo queremos para producir alimento? ¿Quién está en condiciones de llevarlo adelante?
Para analizar otro aspecto, la Argentina entre 1880 y el 2003 perdió el 78% de la masa boscosa nativa, en manos del agro-negocio, y la implantación de especies para la industria de la celulosa. Acá vale recalcar lo sucedido en comunidades de distintas provincias por los efectos de la deforestación, como ser las inundaciones de Tartagal 2009, Luján 2015, cuenca del Paraná 2015, 2016 y la directa relación que esto tiene con las deforestaciones en tierras arriba y cercanas a los centros urbanos. Para dar un dato no menor: el 60% del agua de lluvia lo absorbe la masa boscosa.
Vuelvo sobre los que trabajamos en la SAF. Al día de hoy,en la Secretaría de Agricultura Familiar hemos logrado la reincorporación de la gran mayoría de los trabajadores; sobre un total de 1.522 hemos logrado la reincorporación de 1.300, y el resto se está peleando en asambleas directas y gremiales con todo lo que eso implica. Burocracia de por medio y digo esto porque luego de varios días de lucha terminan las primeras negociaciones con la reunión de “Cachorro” Godoy por ATE y el ministro Ricardo Buryaile en el acuerdo de una mesa de negociación unipersonal, muy lejos de la idea primigenia de llevar adelante una negociación con delegados provinciales o regionales y de conjunto, mediante asambleas con mandato de las bases. También podemos mencionar que el grado de movilización de los compañeros en las provincias es desigual, ya que en algunas se ha logrado la permanencia pacífica en los puestos de trabajo hasta lograr la reincorporación de los contratados por el artículo 9o ley marco, y que en algunas provincias no se logran movilizaciones importantes. Por lo tanto,se encuentran provincias con mayor o menor movilización de asamblea obrera, ya que considero que esta es la forma genuina de los obreros. Es así que llegamos a abril de 2016, con 220 trabajadores echados de la SAF, y con la firme decisión de continuar con el achique y seguir echando trabajadores; esta es la cara del gobierno represivo neoliberal trasnochado del PRO.
Otra burocracia sindical como la CGT sigue amagando con un paro por Ganancias, mientras siguen echando trabajadores, incluso afiliados a la misma CGT. Es en estos casos donde los trabajadores podemos ver con absoluta claridad de qué lado se posicionan.
Incluso la misma UPCN arma listas de despidos de trabajadores no afiliados a este gremio.
Última reflexión. El capitalismo, el capital especulativo, financiero, y de producción del capitalismo nos está llevando a un callejón sin salida desde el punto de vista ambiental y social, a los trabajadores y al mundo. Por eso los trabajadores debemos redoblar la apuesta por el socialismo y el marxismo, ya que somos lo explotados los que tenemos la difícil tarea de revertir la grave situación de explotación del hombre por el hombre y la situación ambiental del mundo en el que vivimos.
Cero Rojo