El comienzo de una larga lucha
Dos meses pasaron ya desde que el 9 de Marzo, a raíz de iniciativas «espontáneas» como el #OnVautMieuxQueÇa («Valemos más que esto») y de organizaciones políticas y sindicales de la juventud, centenas de miles de personas tomaron las callas para dar el puntapié inicial a la lucha contra la reforma El Khomri. Esta movilización masiva y por fuera del control de las organizaciones tradicionales (que habían llamado a movilizarse por primera vez para el 31 de Marzo) sacudió de manera significativa la situación social y política, poniendo en el centro de la escena las reivindicaciones de los trabajadores, los precarios, los jóvenes, y marcando el comienzo de un amplio calendario de movilizaciones que dura hasta el día de hoy.
Movilizaciones masivas, jornadas de huelga, ocupaciones de plazas en todo el país, de teatros, de universidades, marcaron dos meses de explosión social que, aún con los límites que mencionaremos, constituye sin duda un giro en una situación que estaba marcada hasta el momento por los retrocesos de nuestro campo social, por los discursos racistas y xenófobos, por el aumento de las políticas derechistas y securitarias (Estado de Urgencia, intervenciones imperialistas en Medio Oriente), por el ambiente apesadumbrado engendrado por los atentados reaccionarios de Daesh.
El movimiento contra la reforma El Khomri es una bocanada de aire fresco para todos aquellos que peleamos por nuestro futuro, por una sociedad libre de explotación y de opresión. Permitió aglutinar una serie de broncas que se acumulaban desde hace años y que no encontraban una expresión, permitió hacer retroceder toda una serie de ideas reaccionarias en el seno de la sociedad. Fue una escuela de lucha para sectores amplios de la juventud y de los trabajadores. Sobre todo, aún no ha terminado y anuncia una primavera bien caliente. No es sino el comienzo de una larga lucha.
El vapor sigue ahí
El primer elemento que hay que señalar para dar cuenta de la situación actual es que, luego de dos meses de lucha, la determinación de pelear y de obtener la retirada pura y simple de la reforma El Khomri se mantiene muy fuerte.
Claro, no hay que ocultar las debilidades del movimiento: hay que señalar que en las universidades, que han sido el motor del movimiento en el comienzo, la llegada de las vacaciones de primavera y de los parciales han impactado la movilización. Vemos columnas de las universidades más pequeñas al principio (pero que aún reagrupan miles de jóvenes), Comités de Movilización que se reducen (pero que continúan activos), las Coordinaciones Nacionales Estudiantiles que reagrupan menos de Universidades (pero que siguen organizándose).
Hay que señalar entonces que la movilización en las universidades ha dejado como conquista una serie de equipos militantes que siguen reuniéndose y realizando actividades, formas de auto-organización que existen aún, una capacidad de organizar columnas interfacultades en las manifestaciones, de impulsar jornadas de movilización, de dirigirse hacia otros sectores. Además, toda una parte del activismo de las universidades se dirigió hacia fenómenos como NuitDebout (la ocupación de plazas), a fin de paliar la llegada de las vacaciones, o bien porque les resultaba más « atractivo » que las formas de organización que existen en las universidades. Por otra parte, si el movimiento dura aún, no hay que excluir la posibilidad (es más, hay que batallar para que se vuelva realidad) que una vez el efecto desmovilizador de las vacaciones y de los parciales pasados, miles de jóvenes vuelvan a las Asambleas Generales, a las Coordinaciones, a las acciones y a la calle.
El vapor sigue ahí y aumenta incluso del lado de los trabajadores. Este último tiempo hemos visto los « intermitentes » (trabajadores precarios de la industria del espectáculo) entrar en lucha, con Asambleas Generales masivas, movilizaciones y ocupaciones coordinadas de teatros en toda Francia. Incluso lograron arrancararle una victoria a los patrones del sector que debieron firmar un acuerdo que retoma una serie de reivindicaciones de los trabajadores.
Por su parte, los ferroviarios han realizado una huelga muy seguida el 26, contra la destrucción de sus condiciones de trabajo y se trata de una lucha que recién comienza. A pesar de la división operada por las direcciones sindicales entre el movimiento entre los ferroviarios y aquél contra la reforma El Khomri, la conciencia de que se trata de un mismo ataque de fondo y de enemigos comunes y el deseo de construir la unidad es fuerte entre los ferroviarios. Se trata, como lo hemos dicho, del comienzo de la lucha en el sector ferroviario: las negociaciones con las patronales van a extenderse durante todo mayo e incluso junio, y el llamado a una huelga « reconducible » (es decir que cada día se vota su continuidad o no) debería salir pronto. Un calendario nada mal para confluir con la lucha contra la reforma El Khomri que aún se mantiene viva.
De manera general, las diferentes jornadas de huelga y de movilización han sido un éxito (con fluctuaciones y desigualdades según la jornada, la región, etc.): varios cientos de miles de personas hicieron huelga y se movilizaron el 31 de marzo, el 9 de abril, el 28 de abril, el 1ero de mayo. Para darse cuenta de que han sido un éxito, alcanza con ver la propaganda abyecta de nuestros enemigos: desde el 9 de Marzo los medios y el gobierno se apuran cada jornada de movilización a decretar « el fin del movimiento », sólo para verse obligados a decretarlo nuevamente durante la próxima jornada de movilización, tanto o más importante que la anterior, que había sin embargo marcado supuestamente la « debilidad » del movimiento.
Las « NuitDebout » (« La noche en pie »), por su parte, expresan también la fuerza del movimiento. Más allá de los debates a veces inconducentes que podemos encontrar allí, se convirtieron en espacios de encuentro y de confluencia del movimiento. Jóvenes, precariostrabajadores, sindicalistas, militantes asociativos o políticos, se encuentran allí para plantearse la cuestión de cómo ganar contra la reforma El Khomri, de cómo cambiar esta sociedad inmunda. Las ocupaciones de plazas se están convirtiendo (esa sigue siendo la pelea política a llevar adelante) unos « cuarteles generales de la lucha », con Asambleas Generales interprofesionales, los « Hospitales en pie », los stands de las facultades movilizadas. Se trata de un punto de apoyo no menor para construir la confluencia de las luchas y la huelga hasta la victoria.
En resumen, el movimiento contra la reforma El Khomri mantiene, dos meses luego de comenzar, una fuerza considerable. Lejos de sentir « el fin del movimiento », lo que miles de trabajadores, de precarios, de estudiantes, se preguntan es: ¿para cuándo la huelga general por tiempo indeterminado? ¿Para cuándo una política para dar un salto en la lucha? Todo el quid de la cuestión es por lo tanto cómo organizar todas esas fuerzas militantes, todo este vapor, hacia una verdadera pulseada con el gobierno, hacia la huelga por tiempo indeterminado y el bloqueo del país.
Obtener la retirada de la ley para continuar la lucha
En la situación actual, es posible ganar. Aunque ya se extiende por casi dos meses, la lucha acaba de comenzar. Es posible organizar los equipos militantes, continuar reforzando los lazos entre estudiantes y trabajadores, construir la auto-organización de los movimientos a través de Asambleas Generales y Comités de Movilización y construir la huelga por tiempo indeterminado.
La disposición a luchar está presente, el deseo de ir hasta el final también, las personas movilizadas pelean por que la movilización de un salto. En cada jornada de movilización, miles de personas se preguntan:¿cuándo es la próxima?
Justamente, nos corresponde a nosotros decidir, no esperar nada de las direcciones sindicales, construir nuestro propio plan de lucha, nuestro propio ritmo, nuestros medios de acción para lograr la huelga por tiempo indeterminado y el bloqueo del país. Sobre la base de la importante participación a la huelga de los últimosdías, hay que pasar de la huelga pasiva a la huelga activa, a la construcción consciente y militante de la ampliación del movimiento. Nadie lo hará en nuestro lugar.
El vapor está ahí: nos falta construir la caldera, el pistón, el conjunto de la máquina, sin los cuales el vapor se disipará. Construyamos entonces nuestros propios organismos de lucha, nuestras propias formas de coordinación, nuestros comités de huelga, de lucha, de acción.
Construyamos también una organización revolucionaria, capaz de impulsar en todas partes una política para que la lucha gane, para profundizar el enfrentamiento, por la huelga general. Pero capaz también de ir más allá de la cuestión de la reforma El Khomri, de plantear una perspectiva y una estrategia para sacarse de encima esta sociedad de explotación y de opresión, para hacer de la lucha contra esta reforma el punto de partida de una lucha contra la precariedad, contra las guerras, contra la « Europa fortaleza », contra el sexismo, contra el racismo y la xenofobia, contra todas las podredumbres del mundo actual. Vencedores contra la reforma El Khomri, ajustaremos también nuestras cuentas con todo el mundo que la rodea. Esta es la tarea a la cual los militantes de Socialismo o Barbarie, en el Nuevo Partido Anticapitalista, se consagran.