Por Antonio Soler, Socialismo o Barbarie, 29/04/2016
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Las protestas del 1° mayo – Día Internacional del trabajador –se llevarán a cabo bajo el signo de una nueva situación política que se abrió después de la aprobación del procedimiento de juicio político (impeachment) a Dilma en la Cámara de Diputados, paso decisivo en el avance de la ofensiva reaccionaria de la clase dominante que pretende imponer un gobierno con mejores condiciones políticas para imponer los ajustes neoliberales.
Ahora el caso está siendo procesado en el Senado que constituyó una comisión especial para «escuchar a las partes» y para el final de la primera quincena de mayo, votar un dictamen que será apreciado por el pleno. Por supuesto, todo esto es un mero ritualformal porque la decisión de iniciar el procedimiento de juicio político se da por la mayoría simple y ya está tomada, tanto en el Comité Especial como en el plenario.
Una vez votada la apertura efectiva del proceso por crimen de responsabilidad, Dilma será removida de la presidencia durante 180 días para que el juicio que se haga definitivamente. Pero el voto para la eliminación permanente de Dilma requiere una mayoría cualificada de 2/3 de votos de los senadores, que hasta ahora no está asegurada. La indecisión ocurre porque la eliminación Dilma por 180 días se puede utilizar para evaluar la viabilidad de un gobierno de Michel Temer, en un escenario de crisis profunda.
El Impeachment al servicio de las políticas regresivas
Con la inminencia de un gobierno de Temer – al menos durante 180 días –se está montando ungabinete con figuras prominentes del neoliberalismo para dar una señal clara al «mercado» de que apostar en Temer vale la pena, ya que, a diferencia de Rousseff, obligará a satisfacer, de hecho, la totalidad de los intereses capitalistas en los próximos años. Como será (probablemente) un gobierno sin la legitimidad de la votación y no contarácon popularidad [1] para imponer una ofensiva brutal contra los trabajadores a la Mauricio Macri [2], probablemente ante el juzgamiento definitivo de Dilma, Temer tratará de desarrollar políticas que son tangencialmente medidas más iantipopulares para preparar estratégicamente más contrarreformas estructurales en 2017.
El gobierno de Dilma tras las elecciones de 2014 traicionó las expectativas populares, porque las promesas de campaña de que no habría marcha atrás en programas sociales y que los trabajadores no pagarían la crisis han sido escandalosamente incumplidas. Sin embargo, a diferencia de la destitución de Fernando Collor en 1992, no podemos prescindir de las fuerzas políticas y sociales que están por delante del proceso del juicio político, tanto en las calles cuando el Congreso, son accionadas por la perspectiva política abiertamente regresivas.
A pesar de que estamos en contra del gobierno de Dilma y quecombatimos sus políticas, la caída del gobierno por la acción de estas fuerzas no puede desembocar en una coyuntura favorable a los intereses de los trabajadores y la juventud. Así que hoy, la política de «Fuera todos» defendida por algunos sectores de la izquierda,además de ayudar a la ofensiva burguesa, no contribuye a que en medio de esta crisis los trabajadores abandonen suestado dedesconcierto y construyan una solución política adecuada.
Por otro lado, la estrategia del gobierno de agitar que estamos en medio de un «golpe» también enredó a varios sectores de la izquierda. Creemos que definición política de “golpe” de ser llevada en seriodemandaría de la izquierdahacer una política coherente de una unidad de acción con el gobierno para defender – con las armas si fuese necesario – el régimen democrático antes del ataque contrarrevolucionario, eso sí de hecho el golpe fuese la situación real.
Pero como se trata de puro marketing político y no de una caracterización seria, ni el gobierno es consecuente frente al marco político que plantea. Eso es lo que se hizo evidente en el discurso de Dilma en la ONU. La presidente, una vez advertida por el Tribunal Supremo de que no hablara en términos de «golpe de Estado» delante de los micrófonos de la Asamblea General de las Naciones Unidas, el 22 de Abril, se limitó a decir que el país estaba pasando por una crisis y no sería aceptarían retroceder… ¿qué presidente amenazado por un golpe de facto no usaría este espacio en los medios internacionales para hacer una denuncia contundente?
Es importante encontrar una evaluación justa de la situación actual, de modo que podamos armarnos para luchar. En este sentido, para nosotros, ni la política de «Fuera de todos» que atrapa a la izquierda para el juicio político burgués, ni la «lucha contra el golpe» que atrapa a otra parte en la defensa política del gobierno, sirven para armar a los trabajadores en este momento. Pues, las dos parten de una caracterización política errónea y proponen políticas que no dan cuenta de la necesidad de luchar contra el avance de las medidas regresivas y luchar contra la reaccionaria solución a la crisis a través de una salida propia de los trabajadores.
Pensamos que estamos en medio de una ofensiva reaccionaria que dio un paso importante en la deposición de Dilma y en construir una coalición burguesa más eficiente para la aplicación de las políticas neoliberales. Por lo tanto, es necesario combinar la lucha contra la ofensiva económica y política con la construcción de una salida política propia de los trabajadores en esta nueva coyuntura.
En primer lugar, es necesario que la izquierda rompa con su fragmentación política y construya inmediatamente un Frente de Izquierda Socialista para que tenga la oportunidad de hacer frente a la polarización política entre el gobierno y la oposición de derecha, sin eso no tenemos ninguna posibilidad de pasar a través de la barrera burocracia para llegar con la política a los sectores de masas.
Ante la posibilidad inminente de un gobierno reaccionario e impopular Temer / Cunha es necesario denunciar y exigir su caída ahora. Cada vez es más obvio para todos los trabajadores que una solución a la crisis sin ningún tipo de consulta pública es parte de la ofensiva reaccionaria contra de sus intereses y no puede ser aceptada. [3]
También es evidente que a este sistema político corrupto en aras de las necesidades de las clases dominantes hay querevolucionarlo de arriba a abajo. Por lo tanto,impulsamos la movilización masiva para las Elecciones Generales y una Asamblea Constituyente Democrática y soberana. Sin embargo, para este proceso de suplantar el poder económico de la clase dominante y construir una base política favorable para los trabajadores avanzar en sus demandas es paso necesario que la clase obrera entre en escena con sus movilizaciones y sus métodos de lucha, tales como jornadas unificadas de lucha, huelgas generales y ocupaciones.
[1] Temer tiene 2% de popularidad según una investigación de Datafolha.
[2] El presidente neoliberal de argentina que al inicio de su mandato haimpuesto una serie de medidas antipopulares.
[3] Según Datafolha 79% de los encuestados están a favor de nuevas elecciones en caso de quedar vacante el cargo de vicepresidente.