Compartir el post "Todos a la marcha por obras hídricas y castigo a los responsables"
El 2 de abril del año pasado vivimos la peor inundación en la historia de La Plata. Una lluvia intensa puso en evidencia la situación terriblemente precaria de la ciudad, que se convirtió de “ciudad soñada” a pesadilla en tan sólo unas horas: obras hídricas, cloacas, servicios de electricidad; asistencia, comunicación y transporte; todo colapsó. Y quedó demostrado de lo que se trata la “racionalidad” en esta sociedad capitalista: todo en función de las ganancias de los grandes grupos económicos, y ni un mínimo de inversión para, ya ni siquiera mejorar, aunque sea salvaguardar la vida de la población trabajadora, que vio como la corriente se llevó el fruto de su trabajo de años y la vida de sus seres queridos sin poder hacer nada.
Bruera, Scioli y Cristina: una cadena de responsabilidades
Un informe presentado por la Facultad de Ingeniería de la UNLP advertía ya en 2007, a un recién asumido intendente Bruera, sobre el riesgo de inundación que tenía la ciudad por no contar con la infraestructura hídrica necesaria. Advertencias que cayeron en saco roto, y en todos esos años ni el intendente Bruera, ni Scioli ni el gobierno nacional invirtieron un solo peso, dejando correr sin control la especulación inmobiliaria y manteniendo intacta la estructura precaria de la ciudad.
Después de la inundación, ante la necesidad acuciante generada en los barrios ¿Cuál fue la respuesta del gobierno? Lo primero que hizo, ante el hambre, el frio, la falta de electricidad y agua, y la desesperación de la gente por saber dónde estaban sus familiares, ¡fue llenar de gendarmes y policías los barrios y los frentes de cada supermercado, a que cumplan bien su función, que no es otra que proteger la propiedad privada de los capitalistas, sobre todo en tiempos de crisis!
Cuando la bronca de la gente comenzó a estallar, y fueron abucheados los funcionarios del gobierno nacional en los barrios más afectados, la militancia k se reacomodó y salió a lavarle la cara al gobierno con un “operativo de solidaridad” con base en la Facultad de Periodismo, repartiendo las donaciones que llegaban de todo el país de la mano de la gendarmería. Esto le sirvió, por un lado, para lavarle la cara a las fuerzas represivas, devenidas en “nacionales y populares”, y por el otro, para dar un claro mensaje de control sobre la población de los barrios más indignada y desesperada.
Una enorme ola de solidaridad desde abajo que hizo tambalear a los de arriba
Ante la desidia del gobierno, lo primero que se puso en marcha fue una impactante ola de solidaridad masiva, donde todo el mundo participó y la juventud estuvo claramente a la cabeza, llevando colchones, alimentos, agua y velas a los barrios afectados. Desde el Nuevo MAS llevamos grandes cantidades de comida donada por la FTC a los barrios, y nos jugamos a que este proceso saliera desde las estructuras de trabajo y de estudio, funcionando como polos de atracción para toda la gente que quería ayudar y no sabía a dónde ir, pero además para que sirvieran de espacios de deliberación para ir politizando lo que pasaba, y se pudieran organizar medidas de lucha concretas, exigiendo reparaciones e indemnizaciones a los damnificados, obras públicas para soluciones de fondo y sobre todo que caiga Bruera, responsable político principal, de la mano de Scioli y Cristina, de la catástrofe que se vivió.
Se fue el agua… pero quedaron los responsables
La universidad, las patronales y la burocracia sindical se jugaron a “normalizar la vida cotidiana” desde un principio. La universidad acopió ropa unos días y de a poco fueron volviendo a clases y a tomar exámenes. Las patronales… son patronales, y después de sacar el agua lo primero que hicieron fue decir que todo el mundo vuelva a trabajar cuanto antes, ignorando totalmente la realidad de los trabajadores que habían sido afectados. La burocracia sindical cumplió un rol bien rastrero, sin realizar ninguna medida de lucha concreta, sin pedir algún tipo de licencia o beneficio para los trabajadores que habían sido afectados, y Baradel llego al colmo de hacer exactamente lo contrario: en vez de llamar a luchar, levantó el paro que venían haciendo los docentes con la excusa de la inundación.
A diferencia de lo que paso en la facultad de Periodismo, en Psicología, una de las facultades más afectadas por su ubicación, se gestó un proceso independiente con cientos de personas, basado en asambleas, donde los estudiantes fueron los que se organizaron por sí mismos para llegar a los barrios, trayendo donaciones desde sus pueblos y coordinando con otros sectores. Se pusieron a la cabeza de organizar la solidaridad y confluyeron con el activismo de las demás facultades en una asamblea inter estudiantil que fue histórica, con más de 800 estudiantes cortando la calle en el centro de la ciudad a pocos días de la catástrofe, lo que le impuso a la FULP una marcha para exigir subsidios, obras públicas y para que se vaya Bruera.
El electoralismo, una traba para la lucha
Este sector juvenil que realmente se constituyó como la cabeza de la organización de la solidaridad, que se ligó con vecinos y planteó una salida de lucha, fue contrapuesto por el FIT, el MST y los radicales, a un “acto” acordado por arriba que hicieron en Plaza Moreno, que no convoco a más de 150 vecinos de la clase media, y que no dio ninguna alternativa de acción para canalizar la bronca, más que una salida electoral a largo plazo. Sobre esto se montó la conducción de la FULP para dejar atrás con facilidad la medida votada en asamblea, y recién un mes después, el 2 de mayo, se hizo una marcha importante, cuando los ánimos ya se habían enfriado un poco y luego de que el MST y un sector de los vecinos marchara con los cacerolazos, confundiendo aún más el panorama…
Hoy, a un año de la inundación, las responsabilidades siguen intactas, no hay subsidios, ni se han hecho obras para evitar una catástrofe similar. Por eso nos jugamos con todo a marchar este miércoles 2 de abril
Por indemnizaciones efectivas para todos los afectados
Esclarecimiento del número de víctimas
Infraestructura y obras hídricas ya
Juicio y castigo a los responsables políticos