Por Claudio Testa



 

La izquierda revolucionaria debería sostener una posición independiente, de rechazo a la trampa de “Salir” o “Permanecer”

 

Falta apenas una semana para el jueves 23. Ese día se realizará en el “Reino Unido de Gran Bretaña y el Norte de Irlanda” (y, además, en el enclave de Gibraltar) el referéndum del “Brexit”. Es decir, se consultará si “el Reino Unido debe “permanecer” (remain) como miembro de la Unión Europea” o si debe “salir” (leave) de la Unión Europea”.

En un artículo anterior –“¿Salir de la Unión Europea o permanecer allí?”, SoB, Nº 383, 09/06/2016–, explicamos el cuadro de múltiples crisis que cruzan tanto al Reino Unido como a los Estados de Europa y a la misma UE.

Sobre la base de una crisis económica y de estancamiento que se prolonga sin final a la vista, se extiende un creciente descontento social, agravado por los planes de ajuste neoliberales que aplican los gobiernos de derecha o (falsamente) de “izquierda” (como el del “socialista” Hollande en Francia).

La Unión Europea misma está cada vez más cuestionada. A través de organismos elegidos por nadie (como la “Troika” del FMI, el Banco Central Europeo y la Comisión Europea) la UE opera como una dictadura transnacional que aplica medidas brutales de hambre y miseria por medio de gobiernos títeres, como el de Tsipras en Grecia. Detrás de todo eso, están los verdaderos patrones  de la UE, en primer lugar, el imperialismo alemán secundado por su socio menor de París. Así, en toda Europa, aumenta la crisis de legitimidad y consenso en relación a la UE.

En el Reino Unido esto se expresa en la división que, de arriba abajo, ha generado el referéndum del próximo jueves. Al convocarlo el año pasado, el primer ministro conservador pro-UE David  Cameron, creyó que lo ganaría fácilmente… Ahora resulta que los tories no sólo se han dividido, sino que las últimas encuestas dan como posibilidad que se imponga el “salir” (leave)… Aunque nada es seguro:  aún existe un porcentaje relativamente alto que no está conforme con ninguna de ambas alternativas.

El debate en la izquierda revolucionaria

No sólo los conservadores y laboristas se han dividido frente al referéndum, aunque en distintas proporciones: los tories estarían un 58% por “salir” (leave) y sólo un 38% por “permanecer” (remain); en cambio, los laboristas votarían al revés: 32% por “salir” y 59% por “permanecer”.[1]

También la izquierda revolucionaria –que en el Reino Unido es principalmente trotskista– tiene opiniones divididas.

Un sector encabezado por el Socialist Workers Party (SWP), el Socialist Party (SP), Counterfire, y otros llaman a votar por “salir” (leave) de la Unión Europea. También el Communist Party  (CP) comparte esta posición.

En cambio, Socialist Resistence (sección británica de la IV Internacional [SU]), la Alliance for Workers’ Liberty (AWL) y otros  se inclinan por votar “permanecer” (remain).

No nos convence ninguna de ambas posiciones. Objetivamente, el referéndum configura una situación desfavorable, porque han logrado instalar (aunque, como veremos no absolutamente) una alternativa entre dos opciones igualmente contrarias a los intereses de los trabajadores británicos, europeos e inmigrantes. Veamos esto más de cerca.

La peligrosa ilusión de un “Lexit” y la amarga realidad del “Brexit”

En este caso, votar por una ruptura con la Unión Europea no implica un curso a la izquierda, sino que en concreto significa el triunfo de una coalición hegemonizada por una derecha tan xenófoba y racista, como ultra-neoliberal y enemiga de los trabajadores. Está constituida por el racista UKIP (United Kingdom Independence Party) más los tories que se le insubordinaron a Cameron.

Ante esa realidad de la campaña por el “Brexit” –contracción de “British Exit”: salida de los británicos de la UE– las organizaciones de izquierda que llaman a votar por “salir” han inventando el “Lexit”. Esta es la contracción de “Left Exit”: salida de izquierda (de la UE).

Lamentablemente, esto es de “política-ficción”. La campaña por “salir” (leave) ya ha sido copada por la derecha UKIP-conservadores disidentes. A nivel de masas, el “Lexit” no existe o es abrumadoramente débil (y difícil de distinguir) en relación al Brexit. ¡Y, más allá del nombre que se le ponga, el Lexit llama votar lo mismo que el Brexit del UKIP o los conservadores anti-Cameron!

Todo esto va acompañado de otra ilusión, que simultáneamente es el otro gran justificativo de llamar a votar por “salir”. El SP, el SWP y demás organizaciones sintetizan esto en una consigna: “vote leave to get Cameron out!”.[2] O sea, “¡vote por ‘salir’ para echar a Cameron”!

Sostienen  que la derrota del “permanecer” (remain), sumada a la división de los conservadores, provocaría de inmediato la caída de Cameron y su gobierno y la convocatoria a elecciones parlamentarias. Y que esto “llevaría a… un gobierno anti-austeridad, dirigido por Jeremy Corbin”.[3]

Pero no tienen en cuenta un “pequeño problema”: que, como señalamos, la campaña por “salir” está totalmente hegemonizada por esa recontra-derecha y se hace bajo las banderas del chovinismo y el racismo más desenfrenado. ¿Cómo dan por descontado que luego a Cameron lo reemplazará un gobierno “más a la izquierda”… cuando esa derecha sería la gran triunfadora del referéndum?

Aunque esto no es automático, hay que esperar más bien lo contrario: que si hay elecciones inmediatas, el “envión” de los resultados del referéndum puede favorecer los que encabezaron el triunfo del “salir”. Es decir, la derecha racista y xenófoba UKIP-conservadora.

El voto por  “permanecer” (remain) es avalar a la UE, enemiga de los trabajadores

Nos parece que un error opuesto pero simétrico lo cometen los sectores de izquierda revolucionaria que llaman, como “mal menor”, a votar por “permanecer” (remain), como lo hacen Socialist Resistence (sección británica de la IV Internacional [SU]), la Alliance for Workers’ Liberty (AWL) y otros.

Al convocarse el año pasado el referéndum, Alan Thornett, dirigente obrero y socialista revolucionario de larga trayectoria, publicó en Socialist Resistence un extenso artículo de caracterización de la Unión Europea y de la posición que debía asumirse en el referéndum.[4]

En él, Thornett hace una denuncia implacable de la naturaleza archi-reaccionaria y enemiga de los trabajadores de la Unión Europea:

“La naturaleza fundamental de la UE… es actuar como autoridad supra-nacional encargada de asegurar que los Estados miembros cumplan con la agenda neoliberal que está en el corazón de la UE, de incrementar la explotación… Esto exige tremendos ataques en los niveles de vida y bienestar… La UE es una máquina para reventar el nivel de vida de los trabajadores, como estamos viendo en acción en Grecia…”

Pero, según Thornett, esto no es lo único. La Unión Europea es también rotundamente anti-democrática:

“De tiempo en tiempo, en cada uno de los Estados miembros, los gobiernos pueden ser reemplazados mediante elecciones, por más inadecuadas que sean esas votaciones.

“Pero esto no es así en la Unión Europea como institución. El Parlamento Europeo ha sido establecido para dar la impresión de una democracia que no existe. […] La verdadera cara de la Unión Europea es la Troika… El brutal rol de la Troika en Grecia imponiendo la miseria a los trabajadores, es consistente con rol y el carácter de la UE.”

Y así Thornett se extiende en páginas y más páginas de denuncias del carácter antiobrero, antipopular y antidemocrático de la UE. Pero, al final, llega a una conclusión sorprendente:

“La campaña por ‘salir’ estará totalmente dominada por el UKIP y la derecha conservadora. Esto pone frente a un dilema para los que en la izquierda vemos a UE como una institución reaccionaria para asegurar que los gobiernos nacionales impongan la austeridad e incrementen la explotación. Pero no queremos estar asociados a la derecha bajo ninguna forma.

“Entonces, en mi opinión, lo correcto sería votar por “permanecer”.

¿Pero acaso son menos “de derecha” los campeones del “permanecer”? Entre ellos está en primer lugar el archi-conservador y austericida Cameron. Y es expresamente apoyado por Obama, la gran mayoría de la City, los principales bancos, los ultra-neoliberales de The Economist y la legión de hambreadores de la UE y su Troika. Y este coro se agregó recientemente la directora del FMI, miembro de la Troika y hacedora de planes de hambre a escala mundial.

¡Votar “permanecer”, no es votar por el “mal menor”!

 Notas:

1.- “The UK’s EU referendum: Voting intention 7 days to go”, The Economist, Jun 14th 2016.

2.- “Vote leave to get Cameron out”, The Socialist,  June 1, 2016

3.- “Vote leave…”, cit.

4.- Alan Thornett, “What position should the left take on the EU referendum?”, Socialist Resistance, June 09, 2015.

 

Por un voto “ni-ni”

¡No hay modo de maquillar como “progresivo” o como “mal menor” al voto por “Salir” o por “Permanecer”! Tanto uno como otro, aunque de distinta manera, son igualmente reaccionarios, y contrarios a los intereses de los trabajadores. Sólo difieren en que sirven a distintas fracciones, intereses y proyectos del capitalismo británico, europeo y estadounidense.

En este caso, la política de los socialistas revolucionarios no puede ser la de tomar la lupa para ver cuántos micrones hay de diferencia. ¡No hay ninguna prestidigitación que puede cambiar las opciones de una consulta diseñada para meter a los trabajadores y sectores populares en una trampa!

Sin embargo, hay un flanco débil que comienza a provocar cierta alarma. Es una “anormalidad”: hay un porcentaje demasiado alto de gente que se ha inscripto para votar,  pero que aún, a muy pocos días, no está decida a hacerlo ni por “salir”, ni por “permanecer”.

Entre los jóvenes, ¡esto llega a un 12% de los inscriptos! Entre los trabajadores más pobres, alcanza al 11%! Y entre las mujeres, el 10%. (Encuestas de The Economist, al 15 de junio).

Esta “anormalidad” empieza a ser comentada. Es que el sistema electoral británico, al imponer que en cada elección el ciudadano debe inscribirse para votar, es un filtro de indecisos y disconformes que, directamente, no se inscriben. No es habitual que a escasos días de una votación, haya tal porcentaje de gente que no le gusta ninguna de las ofertas.

Nos parece que las corrientes de la izquierda socialista deberían dirigirse a esos sectores de trabajadores y jóvenes insatisfechos, que no se han tragado tan rápidamente la tramposa opción de “salir” o de “permanecer”. La boleta del referéndum da la chance de no votar ni a una ni a otra. Si esto lograse cierta amplitud, sería un verdadero voto de rechazo a la doble trampa del referéndum.

 

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